“Es el momento de hablar con quienes durante algún tiempo confiaron en un modelo que ya fracasó, pero que habían puesto su esperanza en él. Tenemos que seguir haciéndoles saber que tienen cabida en nuestra idea de futuro” publicó ayer en su columna dominical Henrique Capriles Gobernador del Estado Miranda y líder de una parte de la oposición. Una convocatoria a destiempo, muy distinto hubiese sido si ese discurso lo muestra en tono cordial de madurez democrática la noche del 14 de abril y las 48 horas siguientes de incendio, asedio, arrechera y saqueos de los CDI que estremecieron al país y ocasionaron la muerte de 11 venezolanos.
Pero las cosas se complican en la MUD, tres agendas cada una por su lado fraccionan a la base opositora y a sus cuadros medios. María Corina Machado astuta, hábil y millonaria le ronca en la cueva a Capriles capitalizando el voto duro y la frustración de tantas derrotas. Leopoldo López por su cuenta insiste en consolidar su proyecto político en la creencia de que el Gobierno de Nicolás Maduro hace aguas y no pasa de este año. Y Henrique Capriles que percibe su propio desgaste político y la carencia del “Partido Globovisión” se desespera y busca con afán retener un liderazgo que nunca fue de él, una votación silvestre que creció espontanea sin ningún esfuerzo organizativo y que ahora está a la desbandada sin perspectivas de llegar al gobierno.
Capriles es el “enchufado” más antiguo de Venezuela, en 1998 a los 25 años su acaudalada familia lo ubicó de primero en las listas de elección de diputado al Congreso de la República, por el Partido COPEI del estado Zulia. Allí fue Presidente de la Cámara de Diputados, posteriormente Alcalde de Baruta en dos oportunidades y ahora va para dos periodos de Gobernador en Miranda.
Asaltó la embajada de la Republica Socialista de Cuba en Las Mercedes aprovechando los desmanes del golpe de estado de Abril de 2002. Encabezó la persecución en caliente del Capitán Rodríguez Chacín y del Poeta Tareck Willians Saab. Ahora nos sorprende en “su plan de conversación, inclusión, futuro y paz” con los sectores que apoyamos a la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Es bueno decirle a este “yupi inconsistente, inestable y poco confiable” que el socialismo en Venezuela no ha fracasado, lamentablemente la consolidación de la Revolución y sus políticas sociales se han tropezado con una derecha hostil, poderosa y enquistada que ha frenado el avance de la construcción del poder popular en Venezuela.
El Pueblo Revolucionario no anda buscando salvadores ni burócratas a quien entregarle el poder, el Pueblo Revolucionario es el poder. Ese discurso de dialogo e inclusión está direccionado para pescar en el descontento de sectores afectados por la inflación, la inseguridad y la escasez. Ablandar a las capas populares hastiadas de la corrupción y la ineficacia de funcionarios que practican la vieja política y sostienen las estructuras obsoletas del poder burgués saboteando al naciente estado revolucionario.
No andamos los Trabajadores mendingando aun Burgués la liberación, la conquista de nuestras reivindicaciones, una conversación, un espacio, una vocería, una oportunidad o un gobierno decente y eficiente. El Socialismo en Venezuela lo conquistaremos peleando, construyendo un estado revolucionario y profundizando la participación del pueblo en el poder popular.
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