Legalizar
los recursos obtenidos a través de actividades delictivas es el
verdadero objetivo del mecanismo que en los últimos cuatro años ha
provocado una devaluación por el orden del 20 mil por ciento de la
moneda venezolana.
El llamado dólar paralelo en realidad no funciona como un mercado para intercambiar divisas sino pesos colombianos.
Y tampoco va en el mismo sentido que la cotización legal, sino que
más bien es transversal y cruza como un cuchillo que pretende destruir
la economía venezolana.
Los beneficiarios directos del mecanismo son los paramilitares que
requieren lavar los ingresos que obtienen fundamentalmente por el
tráfico de drogas hacia EEUU y Europa, por una parte.
Por otra, las organizaciones empresariales que operan en Venezuela y
que han logrado apoderarse de divisas suministradas a tasas oficiales
por medio de prácticas fraudulentas en las importaciones como la
sobrefacturación.
Cúcuta: base de la guerra económica
En la operación del ataque al bolívar se utilizan dos herramientas o armas localizadas en dos frentes de ataque.
Una, un sistema de cambio no regulado, que es tradicional en la
capital del departamento Norte de Santander, y que involucra
directamente al bolívar venezolano y al peso colombiano.
Y la segunda, al establecimiento de un mecanismo de fijación de
precios basado en la relación cambiaria y no en un análisis de las
estructuras de costo.
En lo que respecta al mecanismo cambiario vale anotar la decisión del
Banco de la República que en el año 2000, a través de la resolución 8,
legalizó las actividades de los cambistas informales, conocidos como
"profesionales del cambio".
Esta medida les garantiza la potestad de fijar la tasa de cambio
libremente y los supuestos indicadores que se derivan de tales
operaciones es usado por el portal web Dólar Today para sustentar sus
supuestos cálculos de una cotización real del bolívar con respecto a la
moneda estadounidense.
"Día tras día, el periódico colombiano La Opinión publica
una cotización del bolívar que se corresponde con el valor del flujo de
divisas y bienes que circulan producto de actividades criminales",
explicaba en 2015 la entonces ministra de Comercio, Isabel Delgado, en
un análisis.
Dos frentes de ataque se usan para atacar la moneda venezolana
Y precisaba que "gracias al mercado libre de bolívares y moneda
extranjera en Colombia, los especuladores pueden acceder fácilmente a
dólares y dar sustento al cambio paralelo dentro de Venezuela. Estos
operadores cambiarios están facultados de hecho para operar moneda
extranjera sin necesidad de declarar ni su existencia, ni la frecuencia
de las operaciones ni los montos de las transacciones a las autoridades
colombianas".
Por lo tanto esa zona de frontera se ha convertido en una especie de
"paraíso fiscal" de hecho que permite blanquear las ganancias de los
narcotraficantes.
El mecanismo opera en tanto que las divisas que pretenden legalizar
están depositadas en EEUU y son usadas para la compra de bienes que
serían importados a Colombia y Venezuela.
En el contexto legal e institucional de Cúcuta termina siendo muy
sencillo evadir el seguimiento de transacciones mayores toda vez que el
monto puede fraccionarse y porque simplemente los controles son
inviables.
Algo similar puede ocurrir con las divisas que los importadores
venezolanos han logrado acumular en los centros de comercio mundial como
Miami o Panamá, tras operaciones fraudulentas de comercio
internacional.
El escenario cambiario de la frontera les permite justificar la tenencia de unas divisas que obtuvieron a través del delito.
En ese proceso el interés de todos los involucrados es obtener la
máxima ganancia. Por lo tanto es inevitable la tendencia constante y
acelerada para la devaluación acelerada del bolívar.
El tenedor de capitales ilegítimos recibirá más bolívares. El
cambista tendrá un mayor volumen de operaciones y los importadores y
contrabandistas aumentarán su margen de utilidad.
Contrabando y política de precios
El mecanismo cambiario es además el soporte y estímulo del contrabando de extracción.
Mientras más devaluada esté la moneda venezolana los contrabandistas
podrán obtener mayor cantidad de productos venezolanos o combustible por
cada peso invertido. Esto en virtud de que las compras se realizan en
bolívares.
"Mediante la imposición criminal de la tasa de cambio del bolívar
subvaluado, decenas de veces por debajo de su valor real, todos los
productos básicos regulados se convierten en más baratos que en Colombia
o cualquier otro país del mundo, generando un margen especulativo
gigantesco para funcionar el contrabando de extracción", agrega Delgado
en la nota citada.
Tal relación de utilidad exacerbó el desabastecimiento y obligó al
Gobierno venezolano a tomar la decisión en agosto de 2015 de cerrar la
frontera.
Asimismo, tras la apertura, un año después, el flujo de alimentos no
industrializados y ganado en pie hacia territorio colombiano se ha
profundizado, a tal punto que está afectando la estructura de precios de
los productores de ese país.
Pero adicionalmente el mecanismo ha impactado la política de precios
en Venezuela tal como ha ocurrido en septiembre y octubre, cuando un
conjunto de "importaciones complementarias" de alimentos y bienes
esenciales han provocado un alza especulativo adicional.
Con el argumento de que se trata de productos importados, quienes los
han distribuido han fijado precios que superan la relación cambiaria no
sólo conforme a la tasa oficial (Dicom), sino las propias tasas del
tipo de cambio paralelo.
Es decir, los precios fijados por los importadores contemplaban una
tasa de cambio implícito que, una vez generalizado, terminó por empujar
al alza el dólar ilegal.
Llama la atención que los precios que se comenzaron a observar hace
tres o cuatro semanas ya estaban calculados sobre una relación cambiaria
cercana a los 3 mil bolívares por dólar.
El mecanismo cambiario es soporte y estímulo del contrabando de extracción
Por lo que vale anotar que no sólo el comportamiento arbitrario del
paralelo impacta la determinación de los precios internos. Si no que
también tales precios han comenzado a influenciar la relación cambiaria,
en una especie de círculo vicioso.
Parar importaciones complementarias
Revertir las acciones recientes que modificaron la situación de
cierta estabilidad que tuvo el dólar paralelo entre mayo y septiembre
son parte de los planteamientos del economista Luis Gavazut.
Además de apuntarse en el lado de quienes exigen poner fin a la libre
convertibilidad, el experto es partidario de volver a cerrar la
frontera.
En tal sentido advierte que el comportamiento de indicadores
informales como el "Bolívar Cúcuta" y el Dólar Today es económicamente
inconsistente y está relacionado con eventos políticos y no con
variables econométricas.
De ahí su objeción a medidas como la reapertura de la frontera en
agosto, la autorización y promoción de las compras de venezolanos en
ciudades de Colombia, y las importaciones de productos colombianos.
Por lo tanto, las recomendaciones apuntan a revertir tales medidas en
lo inmediato, entendiéndolas como parte de un conjunto de acciones de
emergencia dirigidas a frenar el efecto especulativo de los indicadores
que agudizan la ofensiva.
Cortar el nudo
Para el equipo del portal web de economía
www.15yultimo.com, la salida ante el ascenso exponencial del paralelo es "cortar el nudo".
Concretamente han propuesto suspender la libre convertibilidad del
bolívar y el peso colombiano en la frontera. Si el caso es favorecer el
comercio binacional, precisa el editorial, está visto que este es un
"intercambio" en el cual nuestro país sale totalmente perjudicado, y
ninguna importación que hagamos desde Colombia -las cuales muchas veces
pagamos en dólares y no en pesos- justifica todo lo que en
contraprestación debemos padecer.
Por lo demás, si el caso es que los colombianos quieren venir a
comprar a Venezuela, pues que conviertan sus pesos a dólares y luego
estos dólares a bolívares dentro del territorio venezolano a un tipo de
cambio fijado por Venezuela y no por los paramilitares de Cúcuta, lo que
además sería una vía adicional de captar divisas.