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domingo, 31 de octubre de 2021

El "silencioso" ingreso de divisas a la economía venezolana

Axie Infinity es el juego más popular para el intercambio de tokens en Venezuela


En septiembre de 2020 el presidente Nicolás Maduro anunció lo que sería la cifra más catastrófica jamás registrada en la economía venezolana y sus más de 100 años de rentismo petrolero: para el momento, y comparado con el año 2014, se consumó una caída del 99% de las divisas que ingresaban a la economía.

La causas han sido más que evidentes: un periodo de depresión del precio internacional del crudo desde 2014, al cual se unen, desde 2017, un conjunto de medidas coercitivas estadounidenses que prácticamente erradicaron las exportaciones petroleras, que han representado históricamente más del 90% de los ingresos de moneda extranjera al país. En otras palabras, Venezuela se "secó" de dólares.

Sin embargo, la economía venezolana ha sido también un espacio de contradicciones. Mientras la renta histórica de petrodólares menguó, a la par de procesos demoledores de devaluación irrumpió el dólar en operaciones domésticas, cada vez más, en cada esquina, en cada lugar, hasta que el Estado venezolano despenalizó las operaciones con los billeticos verdes.

La economía venezolana, bajo bloqueo y de estado de suspensión coyuntural del rentismo petrolero, ha diversificado los procesos de mutación y desfiguración de la economía como la conocíamos. Bodegones, remesas, gasolina en dólares, compras en dólares, compras en criptos, sueldos en la empresa privada y productos de consumo calculados en dólares, en fin, paremos de contar.

Según la firma Datanálisis, para este año se calcula un ingreso de 3 mil millones de dólares en remesas. Existe también un proceso de inversión de capitales a gran escala en el país de la mano de carteras privadas de inversión. Existe además un proceso todavía incalculable de manera exacta, de reinserción de capitales nacionales, en procesos que regularmente llamamos "repatriación", que según Henkel García provienen de venezolanos que "los ahorraron en el exterior". No dudemos que este es un eufemismo para referir al robo a Cadivi.

Pero en sumatoria, podría hablarse de un proceso de drenaje de dólares provenientes de diversas fuentes, que en buena medida explican la relativa estabilidad de los tipos de cambio que han sido apreciables durante este año. Tanto el llamado "dólar paralelo" como el "Dólar BCV" han fluctuado en condiciones de libre cambio demostrando niveles de estabilidad mucho mayores a los de años anteriores.

Para poner un ejemplo, a finales de enero, luego de un alza pronunciada, el dólar paralelo alcanzaba el precio de 1 millón 800 mil bolívares soberanos. Al momento de redactarse esta publicación, mediados de octubre, el precio del dólar paralelo es de 4,10 bolívares digitales, luego de la reconversión. Es decir, la devaluación acumulada en casi nueve meses ha sido menor a 140%, una cifra alta, pero mucho menor a lo que vivimos en años anteriores, con devaluaciones interanuales de hasta 1.000 ó 3.000%.

En la economía de lo cotidiano, el flujo de divisas no se explica únicamente por remesas. Lo que en muchos casos llamamos "remesas" en realidad consisten en transferencias en bolívares realizadas por familiares en el extranjero mediante cambistas, quienes no ingresan dólares a la economía real del país. Aunque vemos muchos billetes verdes, es un hecho que muchísimas operaciones financiadas con "remesas" son en realidad operaciones sin moneda extranjera en el país.

El cuadro de explicaciones es incompleto frente a las singularidades de la economía venezolana, pues en ocasiones pasa por alto otros procesos de asimilación que existen en la economía real y que referimos a continuación.

El cripto-boom venezolano

En 2018 cuando el Ejecutivo venezolano propuso el Petro como primera criptomoneda oficial de un país, había la intención solapada de navegar frente a una nueva inercia. Para el momento, ya había aguas abajo un proceso real de operaciones en Bitcoin, al punto de que Venezuela fue durante años uno de los principales países donde se realizaban operaciones con la mayor de las criptomonedas.

El sitio LocalBitcoins registraba volúmenes enormes de operaciones, en tiempos en que la devaluación empujaba a los venezolanos a resguardar su capital en instrumentos como el bitcoin. Durante el transcurso de 2020 las operaciones de compra y venta de criptomonedas, realizadas desde Venezuela, representaron 12,3% del volumen total transado en LocalBitcoin, que tiene alcance global. El país es de los líderes mundiales en la materia.

Pero el proceso evolutivo de la inserción de criptos en la economía real se ha acelerado en proporciones inimaginables.

El auge del Bitcoin en Venezuela detonó el auge del "trading" como actividad (Foto: Criptonoticias)

El país pasó de procesar pago de gasolina en Petros en las estaciones de servicio a la normalización de algunas palabras entre algunos sectores informados en el país: Trading, Brokers, Binarias, BTC, Tokens, BNB, Binance, Axie Infinity, Play-To-Earn, son algunas de las palabras clave, parte de ese lenguaje instrumental, que algunos hemos escuchado alguna vez, pero que son en realidad el medio de vidas de decenas y cientos de miles en Venezuela.

Las "cripto-fuentes" de dólares en la economía

Hemos visto carteles en el centro de Caracas sobre talleres de trading, que de entrada nos parecen una estafa piramidal, o promesa farsante de algún gurú económico que nos promete "ganar hasta 500 dólares sin salir de tu casa".

Alguna vez hemos sabido de jóvenes colocando molestos en sus estados de WhatsApp que "bajó el SLP" y de entrada no sabemos de qué diablos habla. Particularmente tuve mi primer llamado de atención cuando supe de un amigo, con ya 45 años y de barba canosa, jugando con animalitos que parecen pokemones y me decía que estaba "trabajando".

"Binance", "Binance", "Binance", "pásamelo por Binance": quizá hemos escuchado, como un secreto a voces.

¿De qué se trata todo esto?

Hablando de trading, se trata de inversión en capitales de riesgo, es decir, en activos, que bien pueden ser mediante criptomonedas o dinero fiat (dinero convencional), donde los "inversionistas" apuestan a la subida o a la bajada en un indicador determinado.

Para ponerlo en maneras más simples, con una inversión mínima en un broker (o plataforma) correcto, una persona que haga trading y logre entender el mercado, puede ganar o "generar" ingresos, modestos o exponenciales. Esto depende de muchos factores, como si el trader (o inversionista) forma parte de alguna escuela donde ha adquirido las herramientas, y también de su capacidad de inversión.

El proceso consiste en entrar a diferentes "índices" o bolsas, como Crash 500 Index, Boom 1000 Index, Volatility 100 Index, entre muchos otros, mediante brokers (plataformas) como Metatrader, eToro, Robinhood, SelfBank, donde se ingresa de manera gratuita y hay mecanismos para aprender a hacer operaciones con dinero simulado, para no perder dinero real.

Tratándose del trading predominan las historias en que los traders principiantes ingresan y exploran en este mundo, perdiendo algunas decenas de dólares y, por ende, se retiran de estas prácticas. Sin embargo, son muchas las historias de traders venezolanos principiantes que pagan cuentas para seguir indicaciones de traders más consolidados.

Vale la pena decir que muchos de los traders famosos para adquirir seguidores y suscriptores a sus canales exhiben una imagen parecida a una mezcla de corredor de bolsa de Wall Street con facha de narco colombiano.

Sin embargo, quienes les siguen y aprenden sus técnicas, o incluso, si siguen sus señales, pueden generar al mes cientos de dólares, sin tener en muchos casos verdaderos estudios financieros.

En el mundo de las criptos, con el Bitcoin (BTC) al frente, ha surgido toda una generación de compradores y vendedores de porciones de BTC y de otras, como Ethereum, Dogecoin y Ada Cardano.

La lógica es muy simple: comprar cuando baja, vender cuando está arriba, en la misma lógica de cualquier revendedor de los tantos que pululan en la economía venezolana, pero desde la parsimonia sofisticada de la inversión de riesgo en el criptomundo. Es decir, al acaparador acá se le llama holder (o más bien hodler) por comprar fracciones de BTC y sostenerlas a la larga, manteniendo una base de ahorro, pero es más que eso.

Un modesto propietario de fracciones BTC puede incrementar su patrimonio en BTC adquiriendo más, cuando baja el precio, para luego "hodlear" solo una parte de sus BTC y vivir surfeando la inestabilidad de esa criptomoneda, al punto de aprovechar las subidas para vender arriba, ganar dinero con eso y hasta costear necesidades básicas, hasta por cientos de dólares al mes.

Es decir, gastar BTC para vivir, pero al mismo tiempo preservando una base de ahorro constante que se mantiene por la tendencia alcista al largo plazo de esta criptomoneda. Hace poco el BTC volvió a superar los 61 mil dólares, donde estuvo en el pasado mes de abril.

Axie Infinity, en cambio, es un juego de la generación Play-To-Earn (Jugar para ganar) basado en NFT (Non Fungible Token, o token no fungible), que básicamente, por jugar, premia a sus jugadores con SLP (Smooth Love Potion) un token que representa un valor en dólares.

La plataforma Binance es la más usada en Venezuela por los jugadores de Axie Infinity para intercambiar sus tokens por dólares o bolívares (Foto: Binance)

Axie Infinity es el juego más consolidado en esta generación de cripto-juegos, le siguen Plants vs Undead y Binamon, e incluso hay un cripto-juego basado en CounterStrike. La lógica es la misma: juegas, ganas y lo que ganas es intercambiable en dólares en Binance, que es una plataforma de intercambio de criptomonedas y dinero fiat, con su billetera incorporada.

Hasta antes de una actualización del juego que se hizo en septiembre, y otra actualización que se hizo el 15 de octubre, el juego podría generar a los propietarios de los "pokemones", mejor conocidos como "Axies", unos 600 u 800 dólares de ganancia al mes para pequeños propietarios, al punto de que al crecer su patrimonio el juego brindaba la facultad de "becar" a quien no tuviera la posibilidad de adquirir las "mascotas", para ganar entre un 35 ó 40% de las ganancias que dejaba el juego.

Muchos grandes propietarios de Axies en Venezuela y el mundo, quienes ganaban incluso miles de dólares al mes, becaron a jugadores venezolanos para que operaran con sus mascotas.

Axie Infinity, particularmente popular entre muchos jóvenes, en un momento de boom permitió que decenas de miles de jóvenes en Venezuela pudieran ganar, por mediados de julio, desde 250 hasta 400 dólares al mes sin hacer ninguna inversión relevante y jugando con Axies propiedad de otras personas.

Acorde al medio El Diario, Venezuela está en el segundo lugar del mundo donde el juego es más popular, luego de Filipinas. Según Criptotendencias, a mediados de septiembre el juego sobrepasaba los 2 mil millones de ventas en todo el mundo y contaba con 1.5 millones de jugadores activos al día.

El incalculable ingreso

Desde una perspectiva meramente holística, la sumatoria de ingresos de quienes realizan estas actividades en el país está arrojando cifras todavía incalculables, pero cuantiosas para el volumen actual de la economía venezolana.

En otras palabras, las propias inflexiones que ha generado el bloqueo a las exportaciones estatales generaron boquetes y evoluciones en la economía interna que han servido para el auge de actividades que hasta hace algunos años eran impensables en escalas masivas en el país.

De ahí que los rasgos de la economía y el consumo nacional, en plena evolución, no podría explicarse solamente por el auge de bodegones, Nutella y "venta de tequeños por 1 dólar", tal como en muchos casos trivializamos sobre el devenir económico.

Las nuevas tecnologías han venido empujando un proceso, no tan silencioso, que aguas debajo de la economía consiste en uno, insisto, todavía incalculable, de capital foráneo ingresando al país, mediante porciones disgregadas y diferenciadas, mediante criptovías que en buena medida contribuyen a resolver la situación particular de muchas personas y familias. La relevancia de esto, veámoslo así, reside en su gran potencial por sumatoria.

Uno de los elementos más distintivos de este proceso, y que podríamos caracterizar, es que aunque muchos participantes de estas prácticas hacen saber a quienes les rodean de su "trabajo", también hay muchas personas que las realizan como actividades complementarias, emprendimientos y fuentes de ingreso segundarios, en muchísimas ocasiones sin manifestarlo abiertamente, dando a estas actividades una forma de tabú.

Lo cual nos permite sugerir que en muchísimos casos usted podría tener a un trader, a un hodler o a un jugador por tokens, justo a su lado. La dimensión de estas actividades podría ser mucho más grande de lo que generan las actuales impresiones.

Mision Verdad/ Franco Vielma

'El juego del calamar': nuestro retrato en los códigos del capitalismo

La exitosa serie de Netflix establece claras analogías con el sistema capitalista liberal que rige el mundo 
Para hablar de El juego del calamar y de capitalismo, hay mucho que decir, comenzando por el rotundo éxito de la serie para la plataforma streaming Netflix.

La serie batió los récords en la plataforma, con 111 millones de visualizaciones tras su primer mes de estreno en septiembre pasado. Es, por hoy, la serie con mayor audiencia en el registro de Netflix y la tendencia solo sigue creciendo como la espuma.

Hablando de capitalismo puro y duro, el medio de noticias RT reveló que documentos internos de esa compañía que fueron filtrados, revelaron que El juego del calamar permitiría generar casi 900 millones de dólares de ingresos para Netflix. Por otra parte, la producción de la serie surcoreana costó 21,4 millones de dólares, unos 2,4 millones por episodio. En números, hablaríamos de unos más de 878 millones de dólares en plusvalor, para disgusto de Karl Marx.

Los detalles de esta publicación parten de los inquietantes "parecidos razonables" entre la serie y el mundo real. Así que desde este punto activamos nuestra gran ALERTA DE SPOILER adelantando que solo tendría sentido seguir leyendo si usted ya ha visto la serie completa.

El juego del calamar, que en teoría parece un retrato distópico de la sociedad surcoreana y de un sórdido y sangriento concurso, es mucho más que la historia de personas endeudadas o una referencia a la crisis de endeudamiento entre los ciudadanos surcoreanos, lo cual es una realidad. La serie es un planteamiento entre líneas de lo más brillante que ha surgido en los últimos años, desde la industria cultural, en clara referencia al sistema capitalista mundial.

En referencia al éxito de la serie, son comunes críticas y expresiones en los medios declarando, a modo de asombro, cómo es que una serie con códigos coreanos podría tener trascendencia global. La respuesta está en que los códigos del capitalismo han sido homologados a escala global.

Para no matizarlo, y en palabras del propio Hwang Dong-hyuk, creador y director de la serie, esta es "una fábula acerca de la sociedad capitalista moderna, algo que representase una competición extrema".

En el juego del calamar real, todos jugamos

La serie refiere de manera abierta a un grupo de aspirantes, endeudados, empobrecidos, en ocasiones dejando claro que su destino en el juego es inexorable por sus "propias faltas" económicas que los llevaron a la bancarrota. El punto de partida estigmatizante de la serie no se refiere estrictamente a un grupo de surcoreanos. En realidad hablan de todos nosotros, pues usted, al igual que yo, formamos parte del 99% de la población mundial que no es parte de la elite del capitalismo global.

En la serie dejan por sentado de manera clara que las decisiones económicas de los participantes los han llevado hasta ahí. Sin embargo, los participantes que retoman el juego luego de haberse suspendido son, sin duda, reincidentes que "no tienen otra opción" sino participar.

La serie nos refiere la falsa creencia en la democracia liberal, la inutilidad de decidir "salir del juego", pues obligatoriamente debemos volver a él "a voluntad".

Por supuesto que la serie no se refiere a surcoreanos endeudados, sino que se refiere a todos nosotros, por nuestra obligatoriedad de participar en el juego del capitalismo y hacerlo "a voluntad". Nosotros, al igual que los personajes de la serie, elegimos entre reglas de un sistema económico que no decidimos y en un contexto que no podemos controlar.

En términos estrictamente prácticos y reales, y aplicando esta lógica para nosotros, quien quiera deslindarse del capitalismo tendría que retirarse a una montaña y volverse ermitaño, sumido y relegado en lo que en el capitalismo entendemos como "pobreza". En caso contrario, y ese es nuestro caso, formamos parte del sistema, pues este nos obliga a vivir en él, a convivir con él y acorde a sus reglas.

El tratamiento que la serie da a los endeudados, apostadores, maleantes y pobres que participan en el juego es idóneo para quienes cometen "faltas" dentro del capitalismo. La principal de ellas es no contar con privilegios económicos y, por ende, tener que participar en un juego extraño, que tampoco eligieron. ¿Les suena familiar?

Otra máxima que explica la serie es que, para ser rico, para adquirir los privilegios, necesariamente hay que aspirar y seguidamente competir.

La serie relata una lucha supervivencial y aspiracional de los participantes, que va frente a las propias reglas impuestas por el sistema y contra los demás participantes, en un planteamiento claro, de competitividad y de canibalización.

"El juego del calamar" expone códigos propios del totalitarismo capitalista (Foto: TMZ)

Más allá de los dilemas morales que son planteados por el personaje principal, Seong Gi-hun y otros participantes, quienes sufren los estragos del "sistema", lo que prevalece es la obligación de competir, o tal como reza la regla número 2 del juego, "el jugador que se niegue a competir será eliminado".

Tal como en el capitalismo, en nuestro mundo, si no juegas, mueres (a menos que decidas irte a vivir solo a una montaña).

Algunos microrrelatos del capitalismo, hechos personajes

La semiótica de El juego del calamar es brillante, por presentar de manera diferenciada una especie de retrato de la estratificación social y la división de roles sociales.

Vestidos con monos verdes, estamos todos los participantes, víctimas, sobrevivientes y aspirantes en este juego que jugamos "a voluntad". Vestidos de fucsia, y también con su propia estratificación basada en figuras geométricas en sus máscaras (en clara alusión a las teclas de un Playstation) tenemos a las representaciones del Estado, sin rostro real, con sus expresiones de poder, de fuerza y control, su impartición de reglas, justicia y orden.

La serie presenta a un "líder" enmascarado de negro, otro personaje anónimo, con posición superior, pero que a fin de cuentas es un servidor, un organizador y un articulador más, como una representación de las altas instancias del poder político. Y en la sombra, a quienes los enmascarados sirven, un grupo de VIPs, privilegiados, artífices y principales beneficiarios de todo ese andamiaje. La referencia es obvia.

La serie incluso se permite presentar los mecanismos de legitimación del sistema. Es decir, las escenas de los guardias y el médico que extraían órganos de las víctimas son un retrato de la corrupción en el capitalismo liberal, cuando algunos con ciertas posiciones mínimas de poder vulneran el aparato violentando las reglas. Tal lógica de corruptos y corruptores procesados por el "sistema" también aparece en la serie mediante la modalidad de castigo y exhibición (en la serie, con cuerpos colgados), un mecanismo de autorregulación en esa microsociedad, para que permanezca la creencia y el espíritu de la meritocracia entre los participantes.

Adicionalmente figuran otros estereotipos sociales que son representados por los personajes de la serie, dejando poco para la reflexión del espectador por su obviedad.

Tenemos en segunda línea a Cho Sang-woo, el segundo personaje más importante, quien es un clásico aspirante, ejecutivo y graduado de la Universidad de Seúl. Un yuppie y estereotipo liberal, quien seguramente vota a la derecha y repite que "la gente es pobre porque quiere".

Abdul Ali, un inmigrante paquistaní, quien representa evidentemente a los inmigrantes explotados y traicionados por el capitalismo y sus meritócratas.

Tenemos al hombre de los memes, Oh Il-nam, el anciano, quien pese al giro de su personaje al final de la serie, representa a lo largo de su trama el trato de "chatarra humana" que reciben los viejos en una sociedad competitiva.

Jang Deok-su, el gánster, el matón con intenciones de volverse millonario, un símbolo de la transgresión y la aspiración por métodos violentos y de la creencia en el ascenso desde la lógica del crimen.

Figura con mucha relevancia es el personaje de Kang Sae-byeok, la desertora norcoreana, que en la serie perece más bien representar a una mujer que intenta abrirse paso en un mundo dominado por hombres. Relegada en ocasiones por un contexto que privilegia el uso de la fuerza o las capacidades del macho en un contexto competitivo.

La serie, en medio de los cuestionamientos morales que hace, también presenta un factor de transgresión al "sistema", que es representado por el personaje de Hwang Jun-ho, un policía que se infiltra en la isla y que intenta desbaratar al sistema desde adentro. Es, acorde a la semiótica de la serie, el factor que representa la disidencia.

La exacerbada competencia y su moraleja

El arco narrativo de la serie, pero especialmente sus mensajes en códigos abiertos y entrelíneas, se fundan en el "gran premio final", un cerdo transparente lleno de billetes, como propósito crucial para los participantes. Acorde a la lógica de los juegos y acorde a la misma lógica del sistema capitalista, concurre un sistema piramidal, en el que si otros "pierden" el premio es más gordo.

El metamensaje de la serie es que el capitalismo es un "juego" en el que participamos "a voluntad" (Foto: Infogeeks)

En el mundo real esta lógica se explica por los propios procesos metabólicos del capitalismo liberal. Para que existan muy pocos ricos, debe haber muchísimos empobrecidos o "fracasados". En eso consiste el sentido de la competencia y tal cosa está respaldada en cifras. Acorde a datos de 2020 de Oxfam, las 2 mil 153 personas más ricas del mundo poseen más riqueza que los 4 mil 600 millones de personas más pobres del mundo. Por cada gran rico en el mundo, ocurre la multiplicación de pobres.

El juego del calamar plantea de manera nada inocente a los juegos infantiles como vehículo narrativo, pues son esos mecanismos de programación que vivimos desde la infancia y que nos desarrollaron el sentido de la competitividad, determinantes en nuestro devenir.

De hecho, cada juego en la serie deja un mensaje. Tal es el caso del juego "Luz roja, luz verde", o el establecimiento de hecho de que si te equivocas, si das un mal paso, un mal movimiento, pierdes, acorde a las reglas del sistema capitalista. Es decir, la referencia va a nuestro marco de acierto y apego a las reglas.

En el "juego de la galleta" la referencia es mucho más obvia. Si decides mal, tienes más posibilidades de perder. Tal como en el capitalismo, a la hora de elegir a temprana edad una carrera universitaria, o un puesto de trabajo o un plan de negocios.

El juego "Kkanbú" o el juego de las canicas nos enseña que en el capitalismo, para ganar, alguien debe perder, no importan aquí los vínculos ni las relaciones de distancia. La promesa del ascenso social aparece en este juego, pues su resultado es el mismo que el que concurre en nuestro mundo real y que asumimos con naturalidad. El talento, la inteligencia, pero también la astucia y el aprovechamiento del de al lado, es un denominador de las relaciones laborales en todo el mundo. En ocasiones debes superar o timar a tu compañero de al lado para una promoción laboral.

En el juego del "Puente de cristal" queda más cristalina la lógica del mundo liberal. Otros deben caer para tú avanzar, para tú saber donde pisar. El conocimiento y la pericia es un bien apreciado en el capitalismo, desde todos sus ángulos. Esto aplica al hombre que sabía reconocer los tipos de cristal, pero no siempre basta para alcanzar el éxito, pues en ocasiones se impone la astucia, el sentido de la oportunidad y la capacidad de empujar a otros al vacío.

En El juego del calamar, el juego final, la lógica imperante de la competitividad queda más expuesta. Consiste en el uso descarnado de la fuerza y la confrontación como único medio para el éxito. Esa lógica aplica desde la confrontación entre empresas y hasta de países, es transversal al mundo capitalista, nos concierne, pues de alguna manera estamos imbuidos y obligados a ella.

El denominador común de todos los juegos es que la situación de "fracaso" de los participantes siempre recae sobre su propia responsabilidad, nunca por el contexto, nunca por las reglas, nunca por la agresión ni el abuso de otros. El perdedor siempre es responsable de su derrota por no haber contado con la fuerza, la inteligencia y, en muchos casos, la malicia.

Ese es un componente narrativo claramente conectado con el metarrelato del capitalismo liberal, el lenguaje de coaching, el discurso del emprendimiento y toda esta parafernalia que el filósofo también surcoreano Byun-Chul han ha cuestionado en La sociedad del cansancio: el sistema nos culpabiliza y nosotros asumimos ello sin confrontarlo, protegiendo al sistema y centralizando exclusivamente en nosotros nuestro destino, como si no hubiera un contexto.

Entre un juego y el otro, la lucha supervivencial y aspiracional de los participantes transita por las presentaciones más abyectas, como matarse entre sí, eliminar a los débiles, crear alianzas y traicionar. Evidentemente, la serie apunta a la presentación más abyecta de la ética individualista y oportunista, claves del "éxito" en nuestro mundo.

La serie también tiene referencias y contrapesos lógicos y morales. Seong Gi-hun, el héroe de la serie, es de principio a fin un referente de ingenuidad, de justicia y de apego a la ética, de hecho, a lo largo de casi toda la serie es un transgresor de la lógica del juego incluso hasta luego de este, luego de ganar y luego desafiando a los organizadores al final, lo cual promete una nueva temporada sumamente distinta a lo que se vio en estos nueve capítulos.

A fin de cuentas, como en toda fábula, pero repleta de ironía, resulta vencedor uno de los menos indicados. Lo que debe entenderse como una abierta mofa a las propias lógicas del capitalismo, o también, un guiño a la creencia de que "cualquiera puede lograrlo". Eso debemos decidirlo como espectadores. Digamos que los creadores de la serie prefirieron un "final feliz" para gusto del espectador y nuestra creencia de quiénes deben ser "los merecedores del éxito". Los de la audiencia siempre nos inclinaremos por "los buenos", aunque el mundo real nos diga que no siempre ganan.

Eso sí, no olvidemos que incluso el más benévolo de los personajes tuvo que mancharse las manos timando al anciano en el juego de las canicas. El capitalismo puede hacer de un hombre bueno, una bestia, si es sometido a ciertas circunstancias y todo ello será entendido y legitimado por el propio contexto.

El final moralizante de la serie propone un demoledor discurso moral. Nada es gratuito, las pérdidas son dolorosas, el "fracaso" en este juego es la muerte, en sentido literal y figurado. Pero quizá la más demoledora de todas es la proposición de que una vez usando las sudaderas verdes, estaremos atrapados en una isla sin escape, donde lo único que tenemos son las armas deshonestas disponibles para nosotros en un sistema que no diseñamos ni decidimos, sino que nos fue impuesto.

mision verdad/ Franco Vielma

martes, 5 de octubre de 2021

Cómo empezar a jugar Plant vs Undead en Venezuela | Criptomonedas

¿Quieres saber como jugar Plant vs Undead en Venezuela? En Venezuela los videojuegos están de moda, especialmente los que permiten ganar dinero a través de criptomonedas. Uno de los mas jugados actualmente es Plant vs Undead, un juego emocionante donde se obtienen recompensas económicas por realizar ciertas tareas o trabajos dentro del juego.

¿Qué aprenderás sobre el juego Plant vs Undead para Venezuela?

Los pasos a seguir para poder jugar en Venezuela son los siguientes:

PASO 1
Entra en Binance y crea una cuenta. Tendrás que validar algunos documentos necesarios.

PASO 2
Una vez tengas estés registrado y con tu cuenta en Binance, lo ideal es que metas unos 100-120 dolares en Binance Coin (BNB). Esta será la moneda que usarás para comprar la moneda del juego.

PASO 3
El siguiente paso es crear una cuenta en Metamask

PASO 4
Al tener tu cuenta en Metamask debes introducir la dirección del token (el contract que sale en los enlaces) BNB (el que has comprado en Binance) y el PVU (la moneda oficial del juego).

PASO 5
En ese momento ya puedes retirar los BNB de tu cuenta de Binance a tu cuenta de Metamask. En Binance, ve a tu billetera, selecciona Visión general y elige la opción Retirar. Escoge BNB como la moneda a retirar y en Dirección pon la de tu cuenta de Metamask (te saldrá en la parte superior, empieza con un 0x).

PASO 6
Cuando la transacción finalice ve a PancakeSwap. Allí con tu cuenta de Metamask conectada, cambia tus BNB por PVU (introduce la dirección de PVU que tienes en el enlace de arriba). IMPORTANTE: no cambies TODOS tus BNB, porque tendrás que pagar una pequeña parte de esta moneda en algunas transacciones del juego, déjate unos 0.02-0.03 para ir empezando.

PASO 7
Ahora que ya tienes los PVU en tu cuenta de Metamask, ve a la página web oficial del juego. Selecciona la opción farm, y conéctate con tu cuenta de Metamask.

Ahora si, te encuentras ya listo para comenzar a jugar Plant vs Undead en Venezuela.

¿Qué diferencia hay entre Plant vs Undead y Axie Infinity?
A diferencia de Axie Infinity, donde debes invertir mucho dinero en la criptomoneda ETH, en Plant vs Undead puedes comenzar a jugar con poca inversión. De hecho para comenzar a jugar Plant vs Undead necesitas comprar 5 o más PVU (la cripto del juego) e invertirlos en la plataforma para comprar plantas y así poder ganar dinero.

¿Cuánto dinero se gana en Plant vs Undead en Venezuela?

Tu beneficio económico en Plant vs Undead dependerá de las plantas que hayas sembrado. Por ejemplo, si compras una planta parásita que cuesta 102 PVU podrás generar 1306 LE cada 6 horas. Entonces, si una planta parásita te produce 1306 LE cada 168 horas, tendrás 5602,74 LE al mes, es decir 56,0274 PVU mensuales. Ahora, si calculas el PVU a 20 dólares, los 56,0274 PVU mensuales serían 616,30 $ de ganancia al mes.

Algo que tienes que considerar es que si comienzas a jugar Plant vs Undead invirtiendo 5 PVU, poder comprar una planta parásita o cualquier otra planta NFT te llevará 2 meses aproximadamente.

¿De qué trata el videojuego Plant vs Undead?
El videojuego se desarrolla dentro de un mundo llamado Planeta Plantas el cual ha sufrido la caída de un meteorito y casi toda la vida en ese lugar se extinguió, excepto un grupo de plantas que logró sobrevivir gracias a que tuvo la capacidad de absorber algunos elementos que estaban en la tierra y así pudieron desarrollar propiedades únicas y especiales.

Por otro lado, todos los animales que vivían en ese planeta se convirtieron en criaturas llamadas no muertos (Undead), los cuales eventualmente llegan para tratar de atacar a todas las plantas existentes y evitar que estas sobrevivan.
Nuestro rol dentro del juego se divide en 3 actividades, de las cuales hasta el momento de la redacción de este artículo solamente están disponibles dos de ellas, una como granjero y otra como jardinero. Estos dos roles serán los encargados de sembrar las plantas, regarlas con agua y cuidarlas para que puedan producir puntos de LE, los cuales son la moneda que se usará dentro del juego. También se podrá regar y cuidar las plantas de otros jugadores y esta actividad nos recompensará con algunos puntos de LE.
Esperamos haya ayudado a aclarar muchos puntos
Frente comunicadores sociales de michelena