Bajo el eufemismo de "Paro Nacional" convocado para el día de
hoy la dirigencia del antichavismo y sus aliados empresariales aceptan
lo que han venido negando durante tres años.
El
desarrollo del conflicto político y económico venezolano se va
decantando, quitando máscaras y colocando en su sitio los principales
actores del antichavismo.
Lo hecho con las manos lo desbaratan con los pies
Todo el manto discursivo construido durante tres años con las manos
para esconder las maniobras golpistas del antichavismo, fue desbaratado
en cuestión de días: dijeron que la Asamblea Nacional "resolvería los
problemas económicos del país" y terminaron intentando un golpe de Estado parlamentario.
Lorenzo Mendoza afirmó, palabras más palabras menos, que su interés
no era la política y que tampoco usa su empresa como un arma económica,
pero asistió muy contento a la marcha opositora del pasado 26 de
octubre, aceptando precisamente todo lo contrario. En momentos y
coyunturas de alta conflictividad política como la actual, Empresas
Polar tiene como maniobra extrapolítica disminuir su producción para
afectar la vida cotidiana de la población con fines políticos. Su foto
en la marcha opositora no es de gratis.
Igual sucedió con la supuesta intención de no ir a Miraflores "hasta juramentar un nuevo presidente", según lo expresado por Freddy Guevara, como con la negación permanente de que la idea de "Paro Nacional" era un invento del diputado Diosdado Cabello.
No hacemos guerra económica, eso es un invento del gobierno, pero
convocamos a la paralización laboral, económica, financiera y comercial
en Venezuela para acentur la crisis en Venezuela, buscando exacerbar los
ánimos de desestabilización y el clima de inestabilidad política.
Las máscaras se terminaron de caer. La agenda de golpe de Estado
continuado contra el chavismo ya no resiste ser ocultada o difuminada.
Todos se muestran como de verdad son y han sido siempre, ahora en alta
definición, en 3D y con pantalla gigante.
Lo que hay detrás del llamado a "Paro Nacional"
Aunque el denominado "Paro Nacional" convocado por la MUD,
propagandizado con alta intensidad por redes sociales y medios de
comunicación privados el día de ayer, no ha resultado efectivo a estas
horas de la mañana, es necesario develar los factores y elementos que
están detrás de ese llamado.
Grandes carteles económicos nacionales, como Fedecámaras y
Conindustria, han dicho que no se sumarán directamente al paro, pero que
si algunas de sus empresas agremiadas (en su mayoría corporaciones
transnacionales) deciden paralizarse e interrumpir el proceso de
producción de medicinas y alimentos, ellos no se opondrán.
Entre la contradicción de "no apoyar" el "Paro Nacional" convocado
por la MUD y apoyar a quienes decidan acatarlo, se mueve Conindustria.
Supuestamente no aplican sabotajes a la producción y distribución, pero
si las empresas que ellos representan lo hacen, no se oponen. Es decir,
son partes activas del sabotaje y del llamado a "Paro Nacional".
Sin embargo, Conindustria (que concentra el 60% del aparato de producción y de distribución de bienes esenciales de Venezuela) ha reinventado sus formas de hacer paros y huelgas en contra el gobierno. Desde 2012, como refiere una investigación realizada por Misión Verdad,
el 40% de las empresas afiliadas a Conindustria disminuyeron su
producción, justamente cuando recibieron 16% más en divisas para
aumentarla.
El último informe
de Conindustria sobre la producción del sector privado en Venezuela
para este año es idéntica a la presentada más arriba: una reducción del
40% en los inventarios y empresas afiliadas.
Tienen tres años de paro y disminución continuada de la producción de
bienes esenciales y apoyan que las empresas que representan se peguen
al paro convocado por la MUD. Ante esto, la tesis de la guerra económica
ya no se parece tanto a un invento propagandístico del gobierno.
Error: hacer "política" en Venezuela sin conocer al venezolano
El llamado a "Paro Nacional" buscaba, más allá de su expresión en el
frente empresarial, que la gente se quedara encerrada en su casa, no
saliera a trabajar, no llevara a los chamos al colegio ni que se
dedicara a hacer diligencias personales o laborales. Eso también forma
parte de la estrategia de guerra económica, que en tanto recurso
asimétrico debidamente propagado por los medios, plantea la afectación
y/o sabotaje a la cotidianidad económica -sumando a actores con
distintas capacidades operativas- del país para su capitalización
política por parte de los sectores antichavistas.
Con esta convocatoria a "Paro Nacional" buscaban expandir el radio de
influencia y de afectación de la guerra económica, trasladándolo a la
calle y a las personas directamente como protagonistas y víctimas a la
vez.
Aunque el paro termine infructuoso, el recurso de la guerra económica
se engrana a discurso antipolítico y forma parte de su portafolio de
operaciones extralegales contra el país. Así lo han ratificado ellos
mismos. Este nuevo escenario del conflicto, en lo político, financiero
internacional y constitucional, los obliga a llevar hasta las últimas
consecuencias esta estrategia de guerra, pues dependen de que esa
situación se perpetúe y se mantenga el tiempo para seguir capitalizando
el descontento que produce.
Pero no conocen al venezolano de a pie mayoritariamente pobre: un
patacaliente, echao palante, trabajador y malabarista de las
dificultades, que no se quedará encerrado ni dejará de resolver su día a
día porque un cónclave de sifrinos se lo exija.
Comercios, transporte público, servicios y empresas públicas y
privadas, tanto en las refinadas zonas del este como en las zonas
populares del oeste de Caracas, siguen funcionando como cualquier
viernes. El país sigue en movimiento contra la demencia de la MUD. Nadie
suicidará su comercio un viernes -cuando se vende más- ni el disfrute
de su quincena, bonos y horas extras porque Freddy Guevara lo ordene.
Las dificultades económicas que impone el momento actual le imprime
una intensa velocidad al día a día. Resolver la comida para el fin de
semana o para ese mismo día, llevar y traer a los muchachos del colegio,
atender asuntos personales y buscar redondear el salario para llegar a
fin de mes, es la causa principal que ha hecho infructífero este nuevo
llamado de paralizar al país.
La MUD, detrás de ese llamado, demuestra su desconexión con el país y
el teatro del absurdo que soñaban con imponerle: no salga a resolver la
comida para el fin de semana, no trabaje y pierda el dinero de ese día,
haga que sus chamos pierdan clases, que no almuercen ni cenen, no salga
de su casa.
Es decir, vuélvase protagonista activo de su propia asfixia económica. Sí, Luis.
El venezolano no dejará de vivir ni se quedará deprimido en su casa porque la MUD se lo pida arrodillada.