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sábado, 23 de abril de 2022

Venezuela ante un mundo sin petróleo

 


¿Cuánto durarán las reservas probadas de petróleo en el mundo? Para  2016, se calculaba que restaban 1,65 trillones de barriles, que a la tasa de consumo anual de 35.442.913.090 darían para  47 años, de los cuales han transcurrido  ya siete (Statistical Review of World Energy – British Petroleum) (U.S. Energy Information Administration (EIA).  Estas cifras tienen precisas consecuencias para el  planeta; veamos lo que significan para Venezuela.

RECURSOS

Disponemos  de las mayores reservas de hidrocarburos,  suficientes para mantener funcionando el  mundo durante las duras, problemáticas y conflictivas décadas que  tomará una posible transición hacia las energías renovables. Debemos preservar de manera celosa, soberana, inflexible, la propiedad pública sobre ellas y sobre las industrias que las extraen, reelaboran y exportan, siguiendo el modelo de PDVSA, y con mayor rigor en lo que respecta a las subsidiarias. Sería  suicida fragmentar el territorio en Zonas ricas en recursos naturales y cederlas gratuitamente a transnacionales exentas de pagar impuestos y de respetar normas laborales, sociales y ecológicas.

SOCIEDAD

Debemos descartar  planes de desarrollo fundados en la sobreexplotación de una fuerza laboral mantenida como la más barata del mundo, progresivamente despojada de derechos laborales y gremiales, crecientemente pauperizada por el alza del costo de la vida.  El dominio de la energía sin la cual no puede funcionar el  mundo hace  posible e inevitable restituir a nuestros trabajadores su nivel de vida e incluso incrementarlo en la medida en que nuestros recursos devengan imprescindibles para la economía global. 

ECONOMÍA

Son improcedentes planes centrados en atraer mediante privilegios, ventajas y exenciones exorbitantes todo tipo de capitales foráneos, al extremo de proporcionarles fondos  para que habiliten sus explotaciones y costearles con el gasto  público vías, instalaciones y equipos para las zonas donde se instalen. Las medidas coercitivas de Estados Unidos han puesto fin a los extremos de la globalización. Los países hegemónicos adoptan  políticas de autonomía e independencia antes que de dependencia y mundialización. Venezuela debe alcanzar la soberanía en producción de alimentos y de  los rubros básicos para la economía nacional. Revisar  tratados y políticas sobre Propiedad Intelectual y Normas Industriales, que implantan e incrementan la dependencia tecnológica. Sustituir políticas de privilegio, inmunidad tributaria y otras ventajas hacia la inversión extranjera  por otras de protección, estímulo e incremento de la  producción nacional  pública y privada. Revisar la apertura irrestricta para el lavado de capitales infames, la dolarización y la prosecución de las subastas de divisas que sólo pueden ser adquiridas por los grandes capitales privados, vía Paraísos Fiscales. El dólar ha  perdido su condición de divisa de respaldo universal, artificialmente prolongada desde 1971 por el petrodólar. China, Rusia, la India, Arabia Saudita lo desechan. Sería desastroso aceptar o ampliar la dependencia hacia un circulante en declive. Podemos y debemos  respaldar nuestro signo monetario en otras divisas, en petróleo o en oro, del cual poseemos  la primera o segunda reserva del mundo, y cuyo valor crecerá a medida que otros signos monetarios colapsen.

POLÍTICA

La carga más pesada del criminal bloqueo  ha recaido  sobre el pueblo trabajador. Políticas de anulación de derechos sociales y laborales  y de  perpetuación de la insuficiencia salarial en beneficio de capitales extranjeros o nacionales pueden enajenar a los trabajadores. La prolongación de esta injusta división de  cargas  podría traducirse en  descenso de la participación electoral e incremento de la conflictividad social. Restauremos y mejoremos  prioritariamente  las condiciones de vida del sector laboral  y la participación en el Producto Interno Bruto que con su trabajo genera.

DIPLOMACIA

En un mundo multipolar Venezuela no  puede ni debe entregarse a uno solo de los bloques en pugna, sino manejar inteligente y equilibradamente sus relaciones  apelando a los intereses de todos. Sin desmedro de  la propia  soberanía, utilizar los acrecentados ingresos futuros para una diplomacia de la solidaridad, fortaleciendo el Alba, la Celac, Unasur, Caricom, Mercosur y otras organizaciones regionales que se crearen; estrechando vínculos con el  Movimiento de los No Alineados y con los poderosos grupos asiáticos emergentes.

ESTRATEGIA

Ser dueña de las riquezas decisivas para la civilización impone a Venezuela la decisión y la capacidad para defenderlas. Nos amenazan el South Command y Fuerzas Interamericanas convocadas por el TIAR, un cinturón de bases de Estados Unidos y de la OTAN dispuestas a saquearnos. La desagregación del territorio nacional en zonas ocupadas por corporaciones extranjeras no sometidas a nuestras leyes y tribunales sería la más peligrosa situación imaginable para nuestra soberanía. Para defenderla, fortalecer la aplicación de la doctrina de la guerra popular, incrementar y pertrechar contingentes en disposición de combate y clausurar la ofensiva de la infiltración paramilitar. Requerimos  sistemas de vigilancia y defensa  como los desarrollados por Rusia y China;  entrenamiento para enfrentar las amenazas de la Guerra de Cuarta Generación, el Conflicto de Baja Intensidad, la Guerra Informática, la Guerra Cognitiva;  concertar alianzas con organismos de la región y  del mundo disuasivas de toda agresión.

CULTURA

Un fuerte sentimiento de identidad nacional es el cimiento de la defensa de la República. Debemos adoptar medidas proteccionistas para la  difusión de contenidos de producción autóctona que expresen los valores de la venezolanidad. Multiplicar medios y emisoras de servicio público. Mantener  indagación permanente sobre las necesidades, creencias, valores, actitudes, motivaciones, conductas y en general la identidad de los venezolanos. Migrar hacia el software libre y de ser posible, operar con sistemas y redes propias. Actualizarnos de manera constante en las nuevas tecnologías de la información, a fin de defendernos y vencer en la guerra cognitiva que a través de ellas se nos hace. 

viernes, 15 de abril de 2022

Venezuela tocó fondo con el bloqueo financiero y económico impuesto por los EEUU

 


Venezuela actualizó cifras del daño causado por EE.UU.: En seis años de persecución y bloqueo criminal pérdidas alcanzan 99% del volumen de ingresos en divisas

“El bloqueo económico, financiero y comercial que se ejecuta contra nuestro país desde el año 2015 es la materialización en el campo de la economía de un política de guerra. Su objetivo es asediar, ahogar, asfixiar la economía venezolana hasta implosionarla, y generar una crisis interna que justifique una intervención externa y un cambio de régimen en Venezuela”, denunció el presidente Nicolás Maduro Moros, al aseverar que el país ha perdido aproximadamente 30 mil millones de dólares al año solo por la imposibilidad de vender petróleo, por culpa de la persecución financiera del imperio estadounidense a PDVSA.

Desde el Palacio Federal Legislativo, donde encabezó el acto de entrega formal del proyecto de Ley Constitucional Especial Antibloqueo ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el Mandatario Nacional llamó a la unidad de todos los venezolanos para apoyar las iniciativas que continúen la protección delpueblo de estas agresiones económicas, financieras y geopolíticas que perpetra el régimen imperial que gobierna EE.UU.

Tras su llegada al Palacio Legislativo, en Caracas, acompañado de la Primera Combatiente, Cilia Flores y de otros funcionarios del gabinete ministerial, tras los actos de honor militar por su alta investidura, el Jefe de Estado tomó la palabra para actualizar las cifras del daño económico ocasionado a la República, a consecuencia de las fases de agresión ilegal sin precedentes cometida contra el país.

PRIMERA FASE: Asfixia. En cinco años el bloqueo cortó el financiamiento al país, impidiendo que el Estado disponga de las divisas, del oxígeno que requiere para adquirir alimentos, medicinas, insumos, repuestos y materia prima esenciales para la actividad económica.

  • Entre 2014 y 2019, Venezuela experimentó la más brusca caída de ingresos externos de su historia. En seis años, perdió 99% del volumen de ingresos en divisas. De cada 100 dólares o euros que el país obtenía por la venta de petróleo en 2014, hoy obtiene menos de 1.
  • La causa inicial fue la guerra declarada contra los precios del petróleo, diseñada por el imperialismo y las transnacionales de la energía para atacar a países productores. Ocasionó un terremoto en los cimientos mismos de las economías. Tras la recuperación del mercado mundial del crudo gracias a la OPEP y OPEP+, el imperio ejecutó la fase dos: el colapso y bloqueo total a la economía.
  • A partir del 2015 se acelera la caída de ingresos externos de Venezuela, cuando comienza la persecusión financiera contra PDVSA, que culmina en 2019 con el robo de CITGO, la operación de despojo más grande que se haya cometido en la historia reciente contra alguna nación el mundo.
  • Desde 2015 en adelante, el ritmo de caída de los ingresos externos de Venezuela se eleva a 30 mil millones de dólares al año, una cantidad inaudita que ninguna nación desarrollada hubiera soportado durante 5 años como lo soporta Venezuela pese a las consecuencias.
  • La abrupta caída de los ingresos externos deterioró profundamente los equilibrios macroeconómicos, afectando severamente todos sus indicadores: las reservas del país, la balanza comercial, el producto interno, el índice de precios, la liquidez monetaria, las tasa de interés.
  • Se desató un implacable ataque al signo monetario; se indujo una  crisis en el funcionamiento normal de los circuitos de producción, distribución  y consumo de la economía productiva,  creando de facto un proceso de informalización económica caótico y especulativo. Causó graves consecuencias para la economía real: la industria, el comercio, la producción agrícola.

“Este es el bloqueo, ejecutado través de la llamada política de sanciones, que el clínico discurso de la Derecha venezolana niega, no se trata de una simple lista de personas a las que se le retira la visa, como hipócritamente dicen los medios de desinformación del imperialismo. La guerra es total, y se extiende sobre nuestra forma de vida, sobre nuestra forma de trabajar, de producir, de consumir. El bloqueo es, como diría Von Clausewitz, la continuación de la guerra por otros medios, en este caso a través de medios económicos”, expresó el presidente Maduro. 

Para minar la economía y arrodillar a Venezuela, el imperialismo golpeó a PDVSA. Una declaración del Departamento de Estado de Estado Unidos en enero de 2018 lo confirma:

  • “La campaña de presión contra Venezuela está funcionando. Las sanciones financieras que hemos impuesto han obligado al Gobierno a comenzar a caer en default, tanto en la deuda soberana como en la deuda de PDVSA, su compañía petrolera. Y lo que estamos viendo (…) es un colapso económico total en Venezuela. Entonces, nuestra política funciona, nuestra estrategia funciona y la mantendremos”.

“Esta es la confesión de un delito internacional, de un acto de salvajismo económico con la única intención de hacerle daño a un país y a su pueblo. Esta es la confesión de un crimen de lesa humanidad”, denunció el Presidente Maduro.

Ataque a PDVSA

SEGUNDA FASE: Colapso y bloqueo total a la economía.

Desde el año 2015, la criminal persecusión contra PDVSA ha seguido las siguientes acciones:

  • Primero:  Persecución financiera para asfixiarla económicamente.
  • Segundo: Operaciones jurídico-políticas en tribunales extranjeros para despojarla de sus activos en terceros países.
  • Tercero: el embargo al comercio internacional del petróleo venezolano.
  • Cuarto:  Sabotaje interno para producir la caída de la producción.
  • La confiscación de los recursos y activos de PDVSA, incluyendo varias refinerías y la empresa CITGO, cuyos activos superan los 40 mil millones de dólares, pasarán a la historia como el más canalla acto de infamia entre una nación poderosa, sus tribunales y una banda mafiosa y criminal.

Las órdenes ejecutivas de Donald Trump impidieron que PDVSA lograse financiarse en los mercados financieros; ello mermó su capacidad de inversión y de producción, en una industria como el petróleo, cuya característica principal es el uso intensivo de capital.

  • Entre 2014 y 2019, la producción petrolera de Venezuela cayó 66,5%. Para el año 2019 Venezuela sólo generó un tercio del petróleo que producía en 2014.
  • Entre 2015 y 2019, Venezuela dejó de producir en total cerca de mil 195 millones barriles de petróleo, es decir: 1,19 millardos de barriles.
  • Estudios independientes estiman que las sanciones fueron responsables de aproximadamente 58% de la caída total de la producción de PDVSA desde 2015.
  • Esas mismas investigaciones calculan que el ingreso no percibido por la República debido a la caída de la producción petrolera entre 2015 y 2019 se ubica en el orden de los 65 mil millones de dólares.

El último de estos actos de filibusterismo económico, lo constituye el asalto de buques y despachos que traen a Venezuela los productos que nos permitirán reactivar las refinerías, producir gasolina y surtir el mercado interno de combustibles, alertó el presidente.

El embargo de facto a las ventas de crudo de Venezuela hacia el mundo, la descarada presión contra empresas de varios países para que cesen sus operaciones en Venezuela, el chantaje sobre los proveedores de la industria para que nieguen repuestos y servicios, todo, absolutamente todo, está escrito en las órdenes ejecutivas de Donald Trump contra la industria petrolera nacional.

“¿Cuánto más de lo que hemos hecho, cuánto más podríamos haber realizado con esos recursos, cuántas viviendas habríamos construido, cuántas vidas hubiésemos salvado, cuánto alimento y medicinas habríamos podido comprar o producir, si Estados Unidos y sus peones internos no se hubiesen ensañado contra PDVSA?”, se preguntó el Jefe de Estado.

Venezuela enfrenta con valentía y creatividad el bloqueo

El bloqueo es una política de Estado y debe ser respondida con acciones y herramientas de Estado que estén a la altura la gravedad del problema, adelantó el Presidente Maduro, y la Ley Antibloqueo es una de ellas.

Refirió el presidente Maduro que Venezuela acudió a la Corte Penal Internacional (CPI) para denunciar a quienes desde Estados Unidos han cometido estos atroces crímenes  de lesa humanidad, pero mientras la justicia internacional determina el daño gigantesco que el gobierno imperial ha provocado, es necesario actuar en otros escenarios.

El Dignatario venezolano pidió el concurso de todos sus ciudadanos de bien, de todos y todas las patriotas, de sus sectores productivos, intelectuales y científicos, Fuerzas Armadas y Poder Popular, responder al bloqueo y las sanciones con una estrategia al mismo nivel.

Aunque el daño causado por el imperialismo y sus lacayos a Venezuela es inconmensurable y en buena parte, irremediable, dijo que la respuesta con una acción estratégica flexible, de defensa y contraataque, que permita enfrentar el bloqueo, y evitar que siga produciendo más dolor y daño a nuestra Patria.

“A esta política excepcional de Estados Unidos, debemos responder con audacia y creatividad, adaptando y flexibilizando nuestro marco jurídico y administrativo, y adaptándonos a las amenazas sancionatorias y a complejas, y cambiantes circunstancias.

«No podemos seguir permitiendo que nuestros recursos y activos sean congelados, bloqueados o confiscados. Es obligante, es un deber patriótico defender el patrimonio de los venezolanos. Proteger nuestros recursos para producir más distribuir mejor. Es tiempo de inventar sin errar”.

Notas y contexto para pensar el presente económico venezolano


En boca de muchos está la noticia de que Credit Suisse, empresa de servicios financieros, emitió un informe donde afirma que este año Venezuela tendrá un crecimiento de su PIB real de 20%. La entidad suiza da estos pronósticos luego de examinar los datos en términos de producción petrolera en aumento.

"Nuestra previsión para este año se basa en gran medida en la expectativa de que el PIB petrolero aumente más del 20%", dice el documento, citado por diversos medios financieros.

Pero este crecimiento está supeditado a una variable política: la "relajación" (según el banco) del bloqueo financiero y el embargo petrolero que Estados Unidos lidera desde la era Trump, que corta el acceso de Venezuela a los mercados occidentales y al financiamiento extranjero estadounidense y europeo.

A esta variable hay que agregar los altos precios del petróleo, que muy probablemente se sostendrán por un tiempo debido al conflicto en Ucrania y la ofensiva de sanciones contra la Federación Rusa.

Credit Suisse llega a la conclusión de que "los datos fiscales y de comercio exterior nos reafirman en la probabilidad de que Venezuela registre un fuerte crecimiento este año".

Los analistas de Credit Suisse consideran que sus pronósticos son optimistas, pero que tienen razones de peso para sostener el entusiasmo, entre ellas las variables de producción y exportación petrolera ya mencionadas, además de un superávit de cuenta corriente de aproximadamente 4 mil millones de dólares y una tasa inflacionaria mucho menor a la calculada en los últimos años.

Refiere el banco: "Creemos que la mejora en el proceso de formación de precios se debe en parte a las intervenciones de las autoridades para evitar una mayor depreciación del bolívar, que está proporcionando un ancla nominal a la economía. Además, pensamos que la dolarización y la reactivación del sector privado probablemente han reducido la escasez y mejorado la competencia de precios entre las empresas".

Este panorama en efecto resulta positivo, pues supone que la economía venezolana ha salido de los números rojos que marcaron su desempeño en los últimos años, producto de la agresión económica extranjera.

Lejos de un retorno hipotético a la época de la "bonanza petrolera", Credit Suisse describe un escenario de reactivación y recuperación de la economía venezolana que comprende factores tanto coyunturales como estructurales, cuyo marco fundamental es la actualización de los métodos de gestión económica emprendida por el Gobierno Boliviariano.

En torno a ello vamos a pensar la economía venezolana desde una visión no economicista, ya tomando por sentado lo dicho por Credit Suisse, a tono con lo expresado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Actualización normativa y nuevos consensos

Sí, la economía venezolana venía desacelerándose antes de que la guerra económica, financiera y comercial estadounidense terminara por darle una puñalada casi mortal que la desangró hasta dejarla en terapia intensiva. Esto nos lleva a plantear una base para el análisis de cómo debemos entender el actual momento económico en Venezuela.

Debemos partir del hecho de que la estrategia de guerra estadounidense ha consistido en cortar la circulación de capitales en el país para ahogar la industria petrolera, erosionar el ingreso de caja por exportaciones y minimizar al máximo las importaciones.

Sin producción no hay ingresos, sin ingresos no hay importaciones, sin importaciones no hay producción, consumo ni comercio. Se trata de un circuito interconectado.

En el caso venezolano, la renta petrolera es vital para el flujo de mercancías y de capitales, pues de ella depende todo el ecosistema económico. Por eso en esta tribuna hemos adoptado la nomenclatura de "cerco y asfixia" a la estrategia guerrerista estadounidense.

El Estado, en consecuencia, ha adoptado una serie de medidas que responden a una circunstancia insólita en lo que va de siglo XXI para nuestro país. Tal marco de acciones ha consistido en reanimar la circulación de capitales por vías alternas, que han modificado la economía política de años anteriores, atendiendo de manera pragmática al actual escenario y ofreciendo válvulas de escape.

Algunas de ellas ya fueron mencionadas por Credit Suisse, con el Banco Central de Venezuela tomando medidas cambiarias, monetarias y financieras que han comprimido la oferta monetaria para aliviar la inflación, impulsado en paralelo el uso de divisas extranjeras (dólar, euro en menor medida) y reorientando la política de créditos hacia los ámbitos fundamentales de la producción interna. Todo ello ayudó a desacelerar el ritmo de la inflación; es más, contribuyó al fin de la hiperinflación sufrida durante años.

Al mismo tiempo, se otorgaron incentivos fiscales a empresarios nacionales e internacionales para que introdujeran capitales frescos a diversas áreas productivas y comerciales en el país. Es decir, a la clase empresarial, históricamente dependiente de petroestado venezolano, se le amplió un margen de maniobra mayor en términos de rentabilidad, a cambio de estimular la actividad comercial, sostener el empleo, un creciente dinamismo en el consumo de la población y el aumento de la recaudación fiscal.

Esto solo pudo lograrse bajo una égida política, propiciada por el gobierno chavista, que creó un marco de actualizaciones normativas y un nuevo tipo de consenso en la relación económica entre el Estado y el sector privado, como bien expresa William Serafino desde Twitter.

La situación de los salarios de la clase trabajadora, sobre todo en los sectores privados, mejoró en mayor medida, como producto de este cuadro de reactivación, lo que también ha ampliado la recaudación tributaria para establecer un aumento de salarios en el sector público.

También, la recepción de remesas ha sido un factor clave que ha contribuido a una mayor circulación de mercancías y de masa monetaria, sea en divisas, sea en bolívares. Las criptomonedas también han tenido un papel, menor pero no menos importante como activos cambiarios y de resguardo.

Las regulaciones estatales en estos dos ámbitos han sido flexibles, como bien puede atestiguar la mayoría de venezolanas y venezolanos que han sostenido sus hogares con ayuda de familiares en el exterior.

En resumen, ha habido una actualización normativa y nuevos mecanismos de gestión y conducción en las áreas monetaria, financiera, salarial y fiscal con el objetivo de atraer capitales frescos, con los cuales el Estado busca sostener sus políticas públicas de bienestar con ingresos diferentes a los petroleros.

Producción, renta y geopolítica

En Venezuela, la producción alimentaria ha tenido un auge que da perspectivas de una casi autosuficiencia en muchos rubros de la dieta básica venezolana. Bien es cierto que aún dependemos de la importación de materias primas como el trigo y el maíz, aun cuando aún no se ha tenido mayor complejidad en su abastecimiento, a pesar de la crisis de suministros que está experimentando el mundo producto de la guerra atlantista contra la Federación Rusa con el conflicto en Ucrania como excusa.

Los mercados de alimentos están abastecidos, es un hecho empírico más que cualquier dato cuantitativo para cualquiera de a pie.

En otros ámbitos productivos, en específico el sector industrial, está siendo insuflado de capitales, tanto públicos como privados. De acuerdo al ministro José Gregorio Biomorgi, de la cartera Industrias y Producción Nacional, 65% de la industria nacional está en fase operativa.

En cierta forma, el bloqueo estadounidense ha dado la oportunidad de que la producción nacional tenga un auge importante, que marca un punto de inflexión con la dinámica de dependencia extranjera mediante importaciones.

Ahora, por ejemplo, la industria nacional tiene la capacidad de abastecer todo el cemento requerido por los sectores público y privado, de acuerdo al ministro Biomorgi.

Además, debemos enfatizar que el área productiva retroalimenta directamente las medidas de liberalización monetaria, financiera y fiscal en Venezuela. El valor producido a escala nacional se ve reflejado en el coste del bolívar y, por ende, en la relativa estabilización del mercado cambiario.

Pero, sin duda, ha sido el repunte de la producción petrolera la que ha marcado la tendencia en el alza del PIB real de Venezuela. Para febrero de este año, de acuerdo al último boletín OPEP correspondiente a marzo, el país produjo un total de 788 mil barriles por día (bpd), a un precio de 71 dólares el barril.

Las perspectivas de que Chevron, a través de licencias (ya que Estados Unidos no levantará el embargo petrolero, sería un costo político altísimo aun para el deslegitimado gobierno Biden), adhiera 400 mil bpd a la exportación, según un portavoz de la compañía estadounidense, aumentaría el flujo de caja de PDVSA.

Tampoco se puede descartar que otras empresas europeas tengan luz verde en la explotación y exportación en la Faja Petrolífera del Orinoco.

La ayuda internacional aportada por el eje multipolar China-Rusia-Irán, sobre todo la República Islámica, ha sido clave tanto para la inyección de materias primas en la producción y refinación de energía fósil en Venezuela.

Las alianzas estratégicas con los poderes euroasiáticos asimismo han permitido crear otra válvula de escape al bloqueo financiero a través de esquemas que han burlado en buena medida las sanciones occidentales, creando otras vías de pago por las importaciones necesarias como bienes consumibles, servicios y materias primas.

El bucle interconectado de producción, ingresos e importación vuelve a tener rostro en este escenario, siendo innegable el papel que han jugado las relaciones internacionales de Venezuela en el presente marco de recuperación económica.

A su vez, podemos citar la célebre frase del economista Asdrúbal Baptista, estudioso del capitalismo venezolano (bajo una mirada neokeynisiana, pero al menos crítica), cuando afirmaba que "la renta del petróleo no es el futuro del país, pero sin la renta del petróleo no tenemos futuro". No se puede pensar el presente, el pasado y el futuro de la economía venezolana sin el factor petrolero como protagonista, a sabiendas de que es un recurso que tiene un valor estratégico tanto para el país como para los mercados internacionales.

En el fondo de la economía venezolana

Dibujado un panorama económico nacional, de manera sucinta y no economicista, podemos delinear unas cuantas conclusiones.

  • El optimismo de un escenario propio para el crecimiento económico como el expuesto por Credit Suisse está subordinado a una negociación política con Washington.
  • Las medidas del Gobierno Bolivariano atienden a una circunstancia especial de nuestra historia reciente, basadas en negociaciones políticas con la clase empresarial para la repatriación de capitales.
  • Todas las variables (monetarias, fiscales, financieras, salariales, productivas y geopolíticas) se relacionan entre sí como en toda economía. Cualquiera que intente ver un solo árbol y no el bosque fracasará en el análisis.
  • Porque la realidad petrolera venezolana fue pensada por políticos y hombres de acción, y no economistas, a lo largo de nuestra historia, no podemos salir de los parámetros políticos para analizar y estudiar la economía nacional.
  • Y que, por la raigambre política en la que está basada nuestra escena económica contemporánea, no podemos pensarla en términos de estabilidad sino más bien en un marco de inestabilidad, propia de la coyuntura de la guerra total que ha desatado Estados Unidos contra todo lo que se le oponga, en clara actitud de desmesura ante el declive de su discutida unilateralidad.

Por lo que existen razones de sobra para pensar en una recuperación económica inestable en Venezuela, aunque notoriamente en acción.