Desde los meses de octubre y noviembre del
año pasado el presidente Nicolás Maduro ha estado
dirigiendo investigaciones para detectar y desmantelar grupos de
corrupción incrustados en los aparatos económico, judicial y político de
Venezuela. En la operación participa la Policía Nacional Anticorrupción
y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), los cuales
cuentan con la colaboración del Ministerio Público y la Contraloría
General de la República.
Los primeros resultados se dieron a conocer
de manera pública en el transcurso del mes con las detenciones de
funcionarios que ostentan cargos importantes en el sistema judicial, en
Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y en la Superintendencia Nacional
de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), acusados de formar
parte de las mafias de corrupción.
El 20 de marzo, en horas de la noche, el jefe de Estado venezolano hizo una alocución
para explicar la operación en curso y ofrecer su reflexión al respecto.
Estaba acompañado de los 20 integrantes del buró político ampliado del
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En principio, el presidente Maduro confirmó
que esta nueva etapa de la lucha contra la corrupción en Venezuela está
llevándose a cabo con la presencia de la alta dirigencia política del
Gobierno, y que se trata de un primer avance que estará seguido de otras
acciones hasta llegar a "la raíz misma para desmembrar todas estas
mafias que hemos descubierto con las manos en la masa".
Lo central de su discurso estuvo en ubicar el
flagelo de la corrupción como un comportamiento estructural, vinculado
con las prácticas del capitalismo y en detrimento de la cual la
Revolución Bolivariana se presentó como una alternativa, lo que debe
seguir así.
"Nuestra
revolución nació como una respuesta a la descomposición moral del
antiguo régimen de la Cuarta República, nuestra revolución nació como
una alternativa a la descomposición moral, a la desmoralización
colectiva del modelo capitalista neoliberal y del modelo del capitalismo
dominado por las oligarquías internas".
Antes de ahondar en este punto al que dio una
extensa lectura, hay que mencionar algunos detalles que ofreció sobre
los avances de la operación anticorrupción. Cuando habló de los arrestos
de empresarios y funcionarios públicos por distintos crímenes de
corrupción, hizo una mención especial a Pedro Hernández, alcalde del
municipio Santos Michelena del estado Aragua (Las Tejerías), quien está
acusado de tener vínculos con bandas criminales de la región,
específicamente la liderada por Carlos Gómez, alias "El Conejo".
El presidente Maduro recordó que con este
alcalde se realizaron coordinaciones para atender los estragos de las
comunidades en Las Tejerías por eventos climáticos.
"Y quién
iba a pensar que aquel que nos ponía la cara, sencillamente por detrás
cuando se daba la vuelta estaba coordinando con uno de los criminales
más buscados, enemigo público número uno de la paz y la estabilidad del
pueblo aragüeño, criminal, narcotraficante, asesino, alias 'El Conejo'".
Aunque en esta ocasión se trata del
desmantelamiento de bandas de corrupción a nivel interno, el presidente
también hizo un llamado a responder a los crímenes cometidos por
sectores de la oposición venezolana, que en el marco de la estrategia
del falso interinato, y bajo instrucciones y tutelaje del gobierno de
Estados Unidos, saquearon miles de millones de dólares pertenecientes a
la nación y fueron los que clamaron por la imposición de sanciones
ilegales. Nombró directamente a Juan Guaidó, pidiendo con firmeza su
encarcelamiento.
"Juan
Guaidó, por ejemplo, híper ladrón que debería estar detrás de las rejas
hace tiempo. ¡Pido justicia! ¡Pido justicia por el dinero robado por esa
ultraderecha también!".
Por otro lado, informó que había aceptado la renuncia del hasta entonces ministro de Petróleo, Tareck el Aissami.
"El
ministro Tareck El Aissami me ha hecho llegar su renuncia al cargo de
Ministro de Petróleo (...) Él ha ratificado su condición de militante
revolucionario y está en la disposición de tener la voluntad de cooperar
en todas las investigaciones. Yo he decidido aceptar la renuncia para
facilitar todas las investigaciones".
Retomando lo anterior, el discurso del Jefe
de Estado se enfocó en dar un análisis estructural al problema de la
corrupción, y no fue indulgente en su lectura. De hecho, comenzó
resaltando lo difícil que ha sido para la clase trabajadora generar los
recursos del país en medio de la política de bloqueo y medidas
coercitivas contra la industria petrolera y las instituciones
financieras nacionales. Recursos que están dirigidos al bienestar social
de la población venezolana, que se invierten en alimentación,
educación, salud, vivienda y misiones sociales.
"Cuánto
cuesta parir los recursos, para que vengan grupos enquistados de
mafiosos corruptos y ladrones a meterles la mano a los recursos que le
pertenecen solo a nuestro pueblo. Por eso el castigo tiene que ser
ejemplar con todos los bandidos, con todos los corruptos, estén donde
estén".
Expuso la noción de que el frente externo
influye en el interno, en un momento cuando el gobierno nacional y el
propio pueblo venezolano resisten ante la guerra de varias
avanzadas declarada por el gobierno estadounidense, con colaboración de
la Unión Europea y otros subordinados.
"No
solamente soportar la agresión imperialista, la persecución diaria del
imperialismo contra la economía, las dificultades diarias, el sacrificio
de nuestro pueblo, sino tener que enfrentar la corruptela, el
ladronaje, el bandidaje, para darse grandes lujos, desvergonzados; es un
frente indignante, amargo, doloroso, contra el que tenemos que unir
fuerzas y esfuerzos".
Maduro caracterizó a aquellos funcionarios o
personas con acceso a los poderes del Estado venezolano que se han
aprovechado de ello para generar fortunas de manera ilícita. Actitudes
de "nuevo rico" con "una forma de vida extravagante, una forma de vida
de multimillonario, una forma de vida que no tiene nada que ver con la
de un funcionario modesto, humilde, trabajador y honesto", dijo sobre
ellos.
Las palabras y acciones del presidente Maduro
han dejado claro que mantener una pose de supuesta afinidad política
con el proyecto del chavismo no es sinónimo de tener inmunidad ante la
determinación de hechos de corrupción. En esto fue enfático al dirigirse
a los funcionarios públicos que tienen cargos claves en las
instituciones venezolanas.
"Unamos
las fuerzas de las redes sociales, de las redes del pueblo para dar esta
batalla contra el bandidaje y los corruptos, estén donde estén.
Corrupción que se vista de rojo rojito, o corrupción de esa derecha
bandida desmoralizada".
La corrupción es un problema de fondo que
cada cierto tiempo golpea al Estado venezolano, como si se tratara de
olas, dijo el presidente; no merma en frecuencia porque aún nos
encontramos dentro de los márgenes de una sociedad con valores y
funcionamiento capitalista, en el seno de la que prelan "valores" como
el consumismo, el individualismo y el robo. Los funcionarios que abusan
de su poder lo hacen por intereses privados, queriendo mejorar su
situación financiera a través de sobornos y malversación de dinero
público; se puede definir que la corrupción empieza en el ámbito
privado, y capitalistamente en el mundo corporativo.
"No es
fácil pasar de una sociedad totalmente corrompida del capitalismo
salvaje, a una sociedad verdaderamente de hombres y mujeres que vivamos
en la honestidad, en la transparencia, en la ética, en el compartir, en
la igualdad, en la solidaridad".
Con esa reflexión y haciendo una invitación a
convertir este capítulo reciente en "una oportunidad para construir lo
nuevo", el presidente venezolano pone en la mesa de debate un tema que
es importante discutir a largo plazo para avanzar en la lucha contra la
corrupción. Además de las barreras que se diseñen contra ella y la
severidad con la que se castigue, se debe tener en cuenta que la
corrupción es inherente al mantenimiento del sistema capitalista.
Esto sin pasar de lado el hecho de que
privan las responsabilidades personales y los hechos punitivos sobre los
autores materiales e intelectuales de la malversación y robo de los
recursos de la nación. El análisis sistémico no borra la huella de los
perpetradores que, también, afectan la estabilidad nacional con el
despojo y desviación de los bienes de la república.