star-clicks

<!--Begin: Star-Clicks.com HTML Code--><script type='text/javascript' src='https://www.star-clicks.com/secure/ads.php?pid=07271320050789912'></script><!-- End: Star-Clicks.com -->

miércoles, 21 de agosto de 2013

El reinado del dólar: economía venezolana, importaciones y perspectivas

JUAN C. VILLEGAS | En el ámbito de la Economía Política, se hace cada vez mas relevante la discusión en torno a la necesidad de establecer las bases de una nueva arquitectura financiera internacional, lo cual supone la utilización mas extendida de un signo monetario alternativo al dólar de Estados Unidos de América (EUA) no sólo para las transacciones en el comercio internacional, sino también como moneda de reserva para los bancos centrales a nivel mundial.


Esta discusión ha llevado a la creencia de algunos economistas de que el dólar como signo monetario está sobrevalorado, por lo tanto es necesario abandonar o al menos disminuir la tenencia de reservas en dicha moneda y protegerse de una eventual devaluación. Del otro lado, existen quienes afirman que mientras EUA siga siendo la principal potencia a nivel mundial, su signo monetario seguirá dominando la escena internacional, más aun con la ya conocida crisis que afecta la zona Euro. Ahora bien, cabe hacer la pregunta: ¿Cómo se constituyó el dólar estadounidense como moneda hegemónica en las relaciones económicas internacionales?

Auge y caída del patrón oro

Para responder a esto hay que remontarse al acuerdo de Bretton Woods, cuyo objetivo fue el de consolidar el dominio económico financiero de EUA sobre el resto del mundo occidental, para ello se hacía necesario establecer al signo monetario norteamericano como principal moneda para los pagos internacionales, la cual a su vez estaba respaldada por reservas de oro en la Reserva Federal de EUA. (Este país no tiene banco central y su moneda es impresa por privados que la otorgan a cierta tasa de interés) Con toda Europa en ruinas a causa de la guerra, y el resto del mundo en crisis, se le hizo fácil a Harry White (representante de EUA en Bretton Woods) imponer los intereses norteamericanos en dicha conferencia. Una vez terminada la II guerra mundial, sólo quedaba una economía capitalista con la potencia suficiente para imponerse sobre el resto del mundo: la de EUA, de allí que Bretton Woods, solo era expresión en el plano financiero de lo que ocurría en la economía real.
El 15 de agosto de 1971, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, para poder financiar el enorme déficit fiscal acumulado por ese país, anuncia la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro o en cualquier otro instrumento de reserva, además de la intención de no sostener su paridad oficial, dejándolo flotar según la oferta y la demanda. En este punto hay que tener presente que dichas medidas suponían “una flagrante violación a los acuerdos establecidos en Bretton Woods con motivo de la creación del Fondo
Monetario Internacional, lo que desembocó en una flotación generalizada de las monedas, y en la necesidad de proceder a una reforma en profundidad del sistema”. Zafra (2003)i
A partir de entonces, la Reserva Federal de EUA, puede emitir dinero sin la necesidad de que estén respaldados por reservas de oro. El mercado internacional fue inundado por la emisión de dólares y este se convirtió en sustitución del oro, en la principal reserva de valor de la gran mayoría de los bancos centrales. El resultado ha sido además de lo anterior, la inestabilidad de los tipos de cambio y de los precios durante más de 40 años, en lo que constituye una etapa crítica del capitalismo a escala global.
Ahora bien, si no son las reservas en oro, entonces ¿Qué determina el valor del dólar y su hegemonía en el sistema monetario mundial? La respuesta a esta pregunta se encuentra en el centro mismo de la Economía Política Marxista: la teoría del valor. Efectivamente, el valor de la moneda es un síntoma de lo que ocurre en el plano de la economía real. La economía norteamericana durante la segunda mitad del siglo XX se constituyó en la economía con mayor producción de mercancías, con mayores flujos de intercambio comercial, con mayores niveles de acumulación de capital, y más importante aun, con mayores niveles de productividad laboralii. El hecho de que el dólar sea la moneda hegemónica a nivel mundial (al menos todavía), es consecuencia de que dicho país, haya sido por décadas el mayor exportador de mercancías, y para comprar dichas mercancías se necesitan dólares, de igual forma, es el mayor importador a nivel mundial y las mercancías que compra a otros países las paga en dólares.
Es así de simple, ellos son los dueños de la fiesta (de nuevo, al menos todavía) y todo gracias a que la clase obrera de ese país es la que por diversas razones (tecnología, economías de escala, formación para el trabajo, etc.) tiene uno de mayores niveles de productividad laboral a nivel mundial. Si esto no se tiene en cuenta, se dificulta la comprensión de los elementos que subyacen en la determinación del valor de una moneda a nivel internacional, con el peligro además de caer en explicaciones banales como las que ofrece la economía burguesa con aquel cuento de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA)iii. Además de lo anterior, elementos como la caída en la participación de la producción mundial de las empresas de EUA y sobre todo, de lo que es producido a lo interno de ese país, son determinantes para avizorar el futuro del reinado del dólar.

Implicaciones para la economía venezolana

En el caso específico de Venezuela y su signo monetario, es necesario comprender en primer término el rasgo principal de la economía venezolana, la cual se fundamenta en el aprovechamiento (captación) de la renta a partir de la explotación de los hidrocarburos. Dicho de otra forma, la economía venezolana prácticamente no produce nada, solo se basa en la extracción de petróleo. Todo el petróleo que Venezuela le vende a EUA es pagado por
ese país en dólares y todo lo que compra Venezuela a EUA, hay que pagarlo en dólares. La renta captada constituye el lubricante de la economía interna, con dicha renta, el estado puede financiar sus actividades, dinamizar la economía a través del gasto público, financiar y subsidiar al sector privado, importar todos los bienes que no se producen en el país y acumular reservas en dólares.
El signo monetario venezolano no es ni puede ser fuerte en comparación con el dólar, mientras la mayor parte de bienes de consumo y de capital no se produzcan internamente, mientras la mayor parte de las importaciones provengan de EUA, mientras no exista una verdadera industrialización y mientras no aumenten los niveles de producción y de productividad. Por otra parte, los altos ingresos por concepto de exportación de petróleo han permitido que el tipo de cambio del bolívar frente al dólar haya estado sobrevaluado durante muchos años, lo cual deriva en que resulte mucho menos costoso importar que producir internamente, y que la burguesía local prácticamente se dedique a importar barato y vender caro.
Para ilustrar el carácter importador de mercancías de la economía venezolana, basta con revisar las estadísticas oficiales relacionadas con el valor de las importaciones y su país de origeniv. En el grafico No 1 se observa como EUA se mantiene como el principal país de origen de las importaciones que llegan a Venezuela. De hecho, en 2012 se observa el valor más alto de las importaciones provenientes de Estados Unidos en los últimos años al ubicarse en más de 12 mil millones de dólares según los datos del INE, lo cual representa el doble de lo observado en 1.998, año en el cual dicho valor se ubicaba un poco por encima de los 6 mil millones de dólares. Una revisión de las cifras globales de importación, arroja una tendencia igualmente creciente al triplicarse de 14 mil millones en 1.998 a más 47 mil millones en 2.012.
Esto explica la llamada “voracidad de dólares” que tanto menciona el ministro Jorge Giordani. En realidad se trata de una voracidad de productos importados alimentada por la sobrevaluación del tipo de cambio y la ausencia de una planificación de las importaciones con fundamento en las necesidades reales de la economía venezolana, situación que no se ha corregido debido a la falta de una política integral de industrialización y al hecho de que el comercio exterior siga siendo controlado por una burguesía que únicamente se dedica a importar a costa de los ingresos petroleros. A ello se le suma el negocio de la especulación cambiaria, consecuencia del tipo de cambio fijo y su diferencial con el paralelo, que permite hacer fortunas con la simple compra-venta de divisas, amprada por una corrupción sin límites.
CUADRO1
Si bien la mayoría de las importaciones venezolanas continúa siendo de origen norteamericano, es necesario también indicar el importante crecimiento que se observa en la participación de países como Argentina, Brasil y China. En el caso de Argentina, el crecimiento de las importaciones desde ese país ha tenido un crecimiento moderado que no obstante lo sitúa a la par de Colombia, país que presenta una tendencia decreciente en los últimos 5 años. Por su parte Brasil, desde 2.010 supera a aquella última como principal país en el ámbito suramericano en cuanto a origen de las importaciones de Venezuela.
El papel emergente de China
El caso de China requiere especial atención, pues se observa el acelerado crecimiento que ha tenido el gigante asiático en cuanto a su comercio con destino a Venezuela, ya que pasó de apenas 26 millones en 1.998 a casi 8 mil millones de dólares en 2.012. Estos cambios en la configuración de las importaciones venezolanas, son una señal de lo que ocurre en la economía global en la cual, China emerge como potencia mundial, hecho que de seguro tendrá repercusiones en el ámbito monetario a mediano plazo.
Revisando más exhaustivamente estas cifras, se puede obtener el porcentaje de participación del valor de las importaciones de cada país con base al total importado por Venezuela en el periodo de considerado. Tal situación puede visualizarse en el gráfico No 2:
Si bien como se mencionó antes, las importaciones provenientes de EUA se han duplicado en los últimos 15 años, la importancia relativa de éstas ha disminuido en tanto que en 1.998 representaban 43% del valor de las importaciones y para 2.012 llegaron a 26% con relación al total. En contraste, las importaciones desde China en 1.998 representaron un insignificante 0,2%, para pasar el año pasado a representar el 16%, colocándose en el segundo lugar después de EUA, y con una clara tendencia a la convergencia con las cifras de este ultimo país. Si esta situación continúa, no es aventurado afirmar que China se convertirá en el principal socio comercial de Venezuela en los próximos años.
Es cierto que la política exterior del gobierno venezolano en los últimos años ha influido decididamente en estas cifras de comercio exterior, pero no es menos cierto que también es resultado de la nueva correlación de fuerzas que se está configurando en la economía global, con China como principal protagonista. La continuidad del dólar como moneda dominante en la economía mundial dependerá entonces de lo que ocurra en el plano de la producción de mercancías.
CUADRO2
En razón de todo lo anterior, ¿se puede afirmar que el dólar pierde terreno y será el yuan chino el nuevo signo monetario dominante? Por ahora, esa pregunta no puede ser respondida en razón del alto nivel de interdependencia existente entre las economías de ambos países y fundamentada en la tenencia de bonos del tesoro norteamericano por parte de China. Basta saber que en la actualidad esta nación es la principal compradora de oro a nivel internacionalv, lo cual es señal de que existe la intención de disminuir la tenencia de dólares como activo de sus reservas internacionales. Esta política ha sido emulada por Venezuela cuyas reservas internacionales en oro pasaron de 2.900 millones de dólares en 1.999 a casi 20 mil millones en la actualidad, esto en detrimento de las reservas en divisa norteamericana, lo cual puede ser contraproducente teniendo en cuenta que existe un requerimiento importante el uso de ésta moneda para el normal funcionamiento de la economía venezolana.

Juan C. Villegas P. (Valencia, 17/07/2013)
Jcvillegasp@gmail.com www.alemcifo.org
i Zafra, Rafael. “La deuda externa.” En: Peláez, José (coord.). “Globalización, deuda externa y exigencias de justicia social.” Ediciones Akal, Madrid, 2003. pp. 167. Citado en Reyes (2010).
ii Para una revisión más exhaustiva de los indicadores de productividad laboral consúltese el portal de la OrganizaciónparalaCooperaciónyDesarrolloEconómico(OCDE) http://stats.oecd.org/
iii Una explicación muy didáctica de cómo funciona la PPA, y una crítica a dicho modelo puede encontrarse en el manual de Economía Internacional del premio Nobel de economía Paul Krugman.
iv Para efectos de este artículo sólo se consideran los cinco países con mayor comercio hacia Venezuela.
v Véase: China se amuralla con lingotes de oro: ¿catástrofe económica a la vista? Texto completo en: http://actualidad.rt.com/economia/view/94080-china-record-oro-crisis-dolar

No hay comentarios :

Publicar un comentario