Un equipo de arqueólogos peruanos dio con el hallazgo del laboratorio
astronómico más antiguo jamás descubierto en América. Está situado en
la región de Lambayeque, en el norte de Perú, y tendría unos 4 mil años
de antigüedad.
El hallazgo se dio en el predio del complejo arqueológico de
Licurnique, en donde los expertos descubrieron un petroglifo, que se
especula pudo ser un altar lítico, conformado por una roca de grandes
dimensiones. Sobre su superficie llana, están labrados varios
observatorios astronómicos, a través de los cuales civilizaciones
muchísimo anteriores a las que conformaron el incanato del Tahuantinsuyo
realizaron el seguimiento de las estrellas.

Hasta este hallazgo, el laboratorio astronómico más antiguo sobre el
que se tenía conocimiento correspondía a las Trece Torres de Chankillo,
construidas hace unos 2.300 años sobre las costas de Perú. Algunos de
los centros más importantes para la observación de cuerpos celestes en
la cultura andina estuvieron situados en la ciudadela de Machu Picchu,
aunque no surgieron sino hasta el año 1.400 de nuestra era.
Según los investigadores, estos calendarios grabados en la roca
permitieron a los habitantes de la época pronosticar con asombrosa
precisión la llegada de lluvias y ordenar los períodos de siembra,
cosecha y consumo.
Además, precisaron que el observatorio está situado sobre las
márgenes de un río que ya no existe, aunque sus vestigios son todavía
claramente visibles. Las excavaciones continuarán para intentar precisar
la época exacta a la que pertenecieron las instalaciones del
laboratorio.

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