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La mayoría de quienes me leen recordarán
que en varias ocasiones escribí sobre las colas para adquirir productos
de primera necesidad, de higiene personal y aseo, y expresaba mis
reservas sobre cuál podría ser su conducta electoral en las
parlamentarias. Si la incomodidad, la pérdida de tiempo, los altos
precios, cuando no se conseguían los regulados, podría incidir en la
forma como votarían algunos de las centenares de miles que cada día se
sometían a ese suplicio. Estas colas las forman usualmente quienes van
en busca de productos que necesitan; otros a comprar “por si acaso”,
para almacenarlos, y los bachaqueros. ¿Cuántos podrían abstenerse?
¿Cuántos votar por la oposición?
Estas interrogantes creo que se borraron después de las primarias
del domingo pasado. La movilización habida, el alto número de votantes,
como nunca antes en alguna primaria en Venezuela, me hizo llegar a la
conclusión de que me había equivocado. Parece que no habrá razones para
temer por los efectos que podrían generar esas colas durante tanto
tiempo. Pero no hay que confiarse, ni el Gobierno dejar de buscar
mecanismos que, al menos, reduzcan al mínimo esas colas, que combata la
especulación y derrote la escasez, y el Psuv y sus aliados no deben
descuidar la búsqueda de votos y multiplicar los del 28J.
Me equivoqué yo, y seguramente muchos de ustedes. Y se equivocó el
Psuv, su Dirección Nacional, si ésta fue materia suya, el comando de
campaña cuando decidieron que 20% de las máquinas era suficiente para
atender la votación esperada. Muchos dejaron de votar, era demasiado
tiempo que todavía debían esperar. Si hubiesen duplicado ese porcentaje,
seguramente el proceso no se hubiera alargado hasta altas horas de la
noche, ni hubiese habido electores que desistieran de su esfuerzo.
Si se equivocó el Psuv, ¿por qué no se podía equivocar la MUD, que
además confiaba en que no votaría tanta gente, que deseaba que no
hubiesen colas, y que se creyó eso de que prorrogaron el horario porque
no había votado casi nadie, o que las cifras fueron fraudulentas?
El problema de la MUD es que no ha demostrado interés en
rectificar, en abrir los ojos, y estar consciente de que a partir de esa
inesperada votación, y en contraste con la suya, se hace cada vez más
difícil seguir pensando que pueden ganar las parlamentarias y que
tendrán mayoría en la Asamblea Nacional. Si la campaña se desarrolla
como es previsible, en paz, sin ningún factor distorsionante, sin hechos
de violencia que pudiesen trastornar el proceso, lo más lógico es que
el Gran Polo Patriótico obtenga un sólido triunfo que le permita
conservar su mayoría. ¿Qué hará la oposición? Debían olvidarse de los
objetivos anunciados, de ganar esas elecciones del 6D, y ser más
realistas. Deben pelear cada voto para preservar su minoría. Pero, con
las divergencias internas inocultables, aparentemente irreconciliables,
cuando tengan que decidir que hacer, ¿podrán ponerse de acuerdo las dos o
más tendencias que los separan?
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