¿Sabrías identificar su adicción a las redes?

La ciberadicción, también conocida como trastorno de adicción a Internet (IAD) por sus siglas en inglés, es un desorden que se vincula al uso excesivo de Internet a través de distintos mecanismos: Teléfonos, tabletas, computadoras, etc. Este uso inadecuado de la Red incluye una gran variedad de conductas y problemas de control de los impulsos en la relación hombre-máquina que interfiere con la vida diaria.

Aunque existen detractores de la teoría de la adicción a las redes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta vinculados con las nuevas tecnologías.

En la actualidad los niños, niñas y adolescentes son más propensos a padecer esta patología, debido a que las nuevas tecnologías representan para el adolescente la posibilidad de perderse en un mundo de fantasía y de esta manera huir de su rutina, sin embargo, los adultos – aunque en menor medida- también son propensos a este trastorno.

¿Conoces a un adicto a Internet?

Aquí te contamos cómo identificar si tus hijos, amigos o nosotros mismos estamos enganchados a las nuevas tecnologías y cómo podemos prevenir la adicción.

1.- Aislamiento: Los jóvenes terminan por aislarse de la familia, debido a que quieren conectarse constantemente  a Internet. Debemos tener en cuenta que las redes permiten a los adolescentes no mostrarse tal y como son en realidad, sino que muestran una imagen artificial de sí mismos, lo que a su vez evidencia un problema de autoestima.

* Una solución viable es colocar la computadora en un lugar común del hogar, por ejemplo la sala. Es un error permitir a los niños, niñas y jóvenes tener los ordenadores en su habitación, ya que se hace más complicado verificar en que invierten el tiempo estando en la red.

2.- Cambio de hábitos: La rutina del joven varia de tal manera que sus intereses dejan de ser una prioridad, convirtiéndose Internet en el centro de su vida.

* Establecer valores pedagógicos y normas para el uso de las nuevas tecnologías es sumamente importante. Es necesario informar a los más chicos sobre la importancia de proteger su vida personal, enseñándoles el uso constructivo de las redes y sobre evitar publicación de datos, fotos y cualquier otra información de índole personal.

3.- Variaciones de carácter: es normal que los adolescentes varíen de humor, sin embargo, con el uso de las redes el carácter del afectado suele volverse irascible y brusco, evidenciando menor interés en la socialización, es decir, se muestra ausente y distante durante reuniones o eventos grupales.

*La comunicación es vital, los padres deben hablar con el joven, ofrecerle ayuda y explicarle lo que le está sucediendo, es probable que el chico o chica no tenga conciencia de la situación. La comunicación mejora las relaciones familiares y la salud emocional de sus miembros.

4.- Sensación de ansiedad: incluso los más pequeños sufren de ansiedad por no poder conectarse a las redes, se comportan como si fuese una tragedia y esto a su vez les ocasiona bajo rendimiento en los estudios.

*Para prevenir este aspecto es positivo eliminar Internet de casa y mejor potenciar el uso de la enciclopedia como herramienta de consulta en los estudios. No obstante, de no ser posible es importante limitarlo. También es adecuado contar con un profesor particular para que apoye al niño, niña y/o adolescente en la asignatura en la que tiene dificultades.

A Tomar en Cuenta

Todos los cambios físicos y psicológicos que se pasan en la adolescencia convierten a los jóvenes  en personas más vulnerables a nivel emocional. Por tal motivo, el adolescente puede buscar en ciertos momentos la seguridad que le falta dentro de sí mismo en las tecnologías.

El entorno familiar también influye en los hábitos que adquiere un niño. Existen padres que olvidan que las nuevas tecnologías  no una niñera, sino un entretenimiento que tiene que ser supervisado por un adulto.

Por otra parte, en algunos casos, la adicción a las tecnologías puede estar causada por un problema previo que tiene que ser detectado. Por ejemplo, la falta de amigos y la soledad, lo que puede llevar al joven a refugiarse en las redes.