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sábado, 5 de julio de 2014

Dile no al bullying


Esta mañana leí en la prensa que los niños de Margarita marcharon contra el bullying, un problema importado, en inglés, que nuestros niños incorporaron a sus vidas con todas sus terribles consecuencias y contra las cuales ahora salen a marchar.
Nosotros los padres, los niños de ayer, tenemos que apelar al diccionario para saber contra qué marchan nuestros niños, pero la respuesta no está en ahí, está en la televisión. En cualquier programa de Cartoon Network, el bullying es el tema central, pero no como denuncia sino como una forma de ser “cool”.
En las comiquitas están los “loosers”, es decir, los niños “raros”, los estudiosos, los que se dejan besar por sus papás, y luego los “populares” que son los bellos, los que se copian en los exámenes, los que dicen que el perro les comió la tarea, los que visten a la moda, los que se burlan del profesor, los que refuerzan sus lazos y su popularidad maltratando al looser de su salón. 
Los populares no admiten diferencias. Las niñas se peinan todas con el mismo copete de lamida de vaca si es ese el peinado que dicta la moda “popular”, la plancha se impone y ¡Dios libre a la gafita que esté orgullosa de sus crespos! Lo mismo con los muchachos, si son pelos de pinchos, pues pelos de pinchos son. Del peinado a otros gustos: la misma música, los mismos deportes, las mismas marcas, porque las marcas de las cosas son importantísimas para poder ser popular. Y de los gustos a los disgustos: todos detestan lo mismo. Llama la atención cómo, de hace unos años para acá, nuestros niños aborrecen el brócoli, que ni siquiera es parte de nuestra dieta cotidiana, pero es el vegetal unánimemente detestado en los programas gringos de televisión. Como al brócoli, también detestan al niño que no es como ellos, al que no se doblega a la dictadura de la uniformidad que exige la “popularidad”. Y de los disgustos a las actitudes, entonces se impone la crueldad.
El bullying: Veinte niños “populares” dedicados a hacer miserable la vida de otro niño que nada les ha hecho. Así como los chamos “cool” de la tele, esos que el final de programa, a modo inútil de advertencia de caja de cigarrillos, les dicen compungidos, que el bullying que han promovido durante toda una hora es malo y no se debe hacer, así que, amiguito, ya sabes: “Dile no al bullying”.

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