Nunca antes en la historia de Venezuela una
oposición había tenido tantos derechos garantizados, una realidad que
nadie puede negar
La oposición venezolana, que agrupa a los sectores más adinerados del
país, tiene todos sus derechos políticos garantizados: si quieren
marchar, marchan; si quieren denunciar por los medios de comunicación
nacionales e internacionales cualquier cosa, así sea mentira y no tengan
pruebas, lo denuncian; si quieren votar, votan; si quieren postularse a
cargos de elección popular se postulan y si son electos se les
reconoce; si quieren reunirse, se reúnen; si quieren hablar con el
Presidente, hablan con el Presidente; si quieren que venga un
funcionario del Vaticano para que sea garante del diálogo, viene un
enviado del Vaticano; si se quieren levantar de la mesa y congelar el
diálogo con el Presidente, se levantan, lo congelan y no pasa nada; si
quieren hacer una gira internacional para denunciar por el mundo “los
abusos” del Gobierno con total libertad hacen la gira; si quieren ser
visitados por cuestionados ex presidentes, son visitados; y hasta si
quieren recibir financiamiento del exterior, lo reciben violando
libremente las leyes, tal como lo ha evidenciado el Gobierno deBarack
Obama al autorizar para el año 2015 unos 5.5 millones de dólares para
apoyar a la oposición venezolana.
La oposición de Venezuela lo tiene todo.
El único “derecho” que no tiene es a dar un golpe de estado y con ello
provocar una guerra civil en el país.
Nunca antes en la historia de Venezuela
una oposición había tenido tantos derechos garantizados, una realidad
que nadie puede negar. Sólo basta con revisar la historia y confirmar
que durante los 40 años que gobernaron (1958-1998), desaparecieron y
asesinaron a más de 3 mil venezolanos opositores de entonces, y
encarcelaron y torturaron a otros cientos de estudiantes, trabajadores,
sindicalistas e incluso ilegalizaron por cuatro décadas al Partido
Comunista de Venezuela.
Sin embargo, si se lee lo que divulgan
las grandes corporaciones mediáticas sobre Venezuela o lo que dicen los
partidos de la derecha mundial, se podría llegar a pensar que esta
“democrática, sacrificada, noble y recién nacida oposición” esta
condenada a ser encarcelada tan sólo por pensar distinto y querer un
cambio en el país.
Recientemente hemos visto que distintos
personajes alrededor del mundo, encabezados por el propio Presidente
Barack Obama, han pedido la libertad de Leopoldo López, condenado el
encarcelamiento del Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma,
implicado por los propios militares convictos y confesos en planes de
golpes de estado, y han rechazado el procedimiento legal que se sigue
contra María Corina Machado por generar violencia con sus llamados a “la
salida” y luego pedir una intervención extranjera.
A estos 3 dirigentes los presentan como
las víctimas de un “régimen opresor”. Pero ninguno dice que estos 3
dirigentes son reincidentes en sus acciones antidemocráticas.
Todos fueron protagonistas del golpe de
estado de abril de 2002 contra el Presidente Hugo Chávez provocando 19
muertos, que derogaron todos los poderes públicos y suspendieron todas
las garantías constitucionales durante las 48 horas en las que fueron
gobierno en 2002, que todos participaron en el golpe petrolero de
2002-2003, que luego de perder el referéndum revocatorio de 2004
llamaron a acciones violentas de calle, que son aliados de los sectores
más guerreristas de EEUU, del sionismo israelí y de Álvaro Uribe Vélez.
No dicen que en 2009, esta oposición a través del apoyo del terrorista
internacional Luis Posada Carriles (cubano formado por la CIA que
ejecutó los peores ataques terroristas en la región como la voladura del
avión de Cubana de Aviación en 1976) intentó provocar acciones
terroristas comandadas por el también terrorista Francisco Chávez
Abarca, hoy condenado a 30 años de prisión en Cuba tras haber confesado
su participación en cientos de atentados terroristas.
Estos que hoy levantan la voz en apoyo a
la oposición, no dicen que en 2013 estos personajes se burlaron de la
muerte del Presidente Chávez hasta casi provocar la ira del pueblo
chavista y generar un enfrentamiento entre hermanos, y que el 14 de
abril de 2013 tras no asumir una nueva derrota electoral llamaron a
todos sus grupos violentos a salir a las calles a “drenar la arrechera”,
lo que provocó el asesinato de 11 chavistas. Todas estos personajes,
que fueron perdonadas por el Presidente Chávez el 31 de diciembre de
2007 a través de una amnistía, siguen apostando por los caminos
violentos y anticonstitucionales. Son ellos los que se han negado al
diálogo y a la paz.
El pasado 12 de febrero de 2014 llamaron a toda su militancia a salir a las calles para derrocar al Presidente Maduro,
un llamado que incluyó innumerables acciones violentas de calle,
infiltración del paramilitarismo colombiano y que provocó el asesinato
de 43 personas, la quema de universidades, hospitales, espacios públicos
y privados generando pérdidas para la nación calculadas en unos 10 mil
millones de dólares, según cifras oficiales.
Las corporaciones mediáticas que hoy
hablan todos los días de Venezuela, callaron cuando en este país los
gobiernos amigos de EEUU cometieron las más horrendas masacres, como la
de Cantaura, Yumare, El Amparo o la del Caracazo, tan sólo en esta
última asesinaron a unos 3 mil venezolanos opositores entre el 27 de
febrero y el 3 marzo de 1989, y a muchos los sepultaron en fosas
comunes. Ahora, sin ningún tipo de vergüenza, arman escándalos
internacionales supuestamente indignados porque el Gobierno no respeta
los derechos humanos y encarcela a los que “piensan distinto” cuando
saben que no hay un solo asesinado, desaparecido, torturado o preso
político, porque lo que hay son políticos presos por delitos cometidos.
Son estas corporaciones mediáticas las que han creado campaña de
satanización y desprestigio contra Venezuela calificando al Presidente
Nicolás Maduro como un tirano, déspota y autoritario, tan sólo porque no
se deja dar un golpe y permite que la justicia actúe y encarcele a
todas aquellas personas vinculadas con acciones violentas,
antidemocráticas y anticonstitucionales.
¿Y qué pretendían? ¿Que como Presidente
Maduro se cruce de brazos, se siente en un sofá y permita que dirigentes
como Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma y Julio
Borges concreten sus planes golpistas y provoquen guerra civil? ¿Debe
Maduro permitir que ellos, en complicidad con EEUU, tal como lo han
revelado los militares detenidos, bombardeen Telesur, el Ministerio de
la Defensa, el Palacio de Gobierno, el Consejo Nacional Electoral y la
Asamblea Nacional? ¿Qué haría cualquier Presidente del mundo ante una
insurrección de este tipo? ¿Deben los venezolanos complacer los
caprichos de una minoría adinerada que quiere borrar del mapa a los más
pobres, a los chavistas? No, la oposición tiene todos sus derechos
garantizados, lo que no tienen es derecho a asesinar, bombardear, violar
la Constitución, pasar por encima de la voluntad popular y provocar una
guerra civil.
Ahora sale Estados Unidos, Álvaro Uribe
Vélez y los personajes más oscuros del Partido Popular español, todos
responsables de miles de muertos alrededor del mundo, a decir que se
encuentran horrorizados, perturbados y perplejos porque el pasado 24 de
febrero de 2015 un funcionario policial en el Estado Táchira asesinó a
un joven inocente de apenas 14 años, hecho repudiado y condenado por
toda la sociedad y el Gobierno Bolivariano en pleno. Pero ¿cómo creer
que Obama, Uribe, Aznar y sus cómplices, quienes han provocado guerras,
invasiones y han masacrado a sus propios pueblos, ahora sientan dolor y
pena por la muerte de un joven venezolano?, ¿Cómo entender que el
Gobierno de Estados Unidos se sienta preocupado por la muerte de este
joven, cuyo asesino ya está preso, imputado y el jefe de la policía de
ese estado destituido, y no sientan preocupación por los policías
blancos de su país que han asesinado indiscriminadamente a varios
jóvenes afroamericanos, y que además están libres y protegidos? ¿Hasta
dónde llega la doble moral de estos asesinos?
Es evidente que estos personajes utilizan
el tema de los derechos humanos y su defensa a los derechos civiles y
políticos como una herramienta para invadir países o instalar Gobiernos
títeres, tal como ya lo hicieron con Irak, Afganistán, Libia, Ucrania y
Siria, entre otros.
El problema de Estados Unidos contra
Venezuela no es con Maduro ni lo fue con Chávez, porque no es un
problema de personajes, es un problema de intereses. Estados Unidos, que
tiene el 5% de la población mundial consume 20% de la producción
petrolera de todo el planeta, necesitan 20 millones de barriles de
petróleo diarios para sostener su hegemonía, pero apenas logran producir
9.6 millones de barriles al día, cifra que incluye el petróleo de
esquisto que han logrado extraer en estos últimos años a través del
método fracking, que tantos daños ha provocado en los seres humanos y en
el planeta tierra.
Mientras tanto, Venezuela, país que no
controlan desde 1998, tiene las mayores reservas petrolíferas del mundo,
aproximadamente 513 mil millones de barriles de petróleo extraíbles,
más que cualquier otro país de la OPEP. Se estima que en los próximos 50 años, Venezuela será el único país del hemisferio occidental que podrá exportar petróleo.
Ya después de conocer estas cifras,
cualquiera puede comprender “la preocupación” creciente de Estados
Unidos por Venezuela, por qué ha emitido más de 50 declaraciones en lo
que va de año, por qué sostiene que el Gobierno Bolivariano va en una
mala dirección y aseguran que aplicarán sanciones o tomarán cualquier
medida para encausarlo. Ya se puede comprender por qué López, Ledezma y
Machado en el “Acuerdo de Transición” que firmaron y divulgaron el
pasado 11 de febrero de 2015 como señal para activar el golpe de estado,
confiesan en ese plan de gobierno que lo primero que harán al tomar el
poder es pedir financiamiento al Fondo Monetario Internacional y cambiar
la Directiva de PDVSA, la tercera empresa petrolífera más importante
del mundo. Dos medidas necesarias para que Estados Unidos recupere el
control de Venezuela.
Teniendo la oposición venezolana
mecanismos inéditos en su historia y en la historia mundial para cambiar
constitucionalmente un Gobierno, como convocar un referéndum
revocatorio a la mitad del período presidencial, que en este caso sería a
partir de abril 2016 ¿por qué tanto desespero y utilizan los atajos y
las salidas violentas, no democráticas?
La guerra del Gobierno de Estados Unidos
contra Venezuela está declarada. Sólo basta seguir la ruta del petróleo
para saber la ruta de la guerra.
vtv
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