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martes, 8 de diciembre de 2015

¿Es posible gobernar un país con la mayoría del parlamento en contra?


 El gobierno de Nicolás Maduro se prepara para trabajar con el parlamento en contra durante los próximos años, por cuanto la incertidumbre radica en si los diputados de la nueva Asamblea Nacional dejarán trabajar al Ejecutivo.
Más allá de las fronteras venezolanas, son varios los mandatarios que en la actualidad deben enfrentar la circunstancia de no contar con el apoyo de la mayoría parlamentaria. Por ejemplo, el mismo Mauricio Macri, en Argentina, tendrá el congreso en contra cuando asuma el 10 de diciembre.
Entre los antecedentes más notorios de los presidentes que han tenido que enfrentar a un Legislativo adverso está el de Salvador Allende, cuyo partido perdió con la oposición en las elecciones parlamentarias de 1973.
El líder chileno buscó acercarse a sus contrincantes para solucionar la crisis que enfrentaba su nación, pero con el tiempo las diferencias resultaron en escenarios violentos que América no ha podido olvidar.
En la actualidad, la mayoría de las democracias del continente han podido avanzar pese a las diferencias entre ambos poderes públicos.
Con las excepciones de los casos de Manuel Zelaya en Honduras y Fernando Lugo en Paraguay -ambos destituidos por los congresos-, en la actualidad ha podido prosperar los mandatos de los presidentes de América Latina pese a no contar con el apoyo de los legisladores.

En Brasil, por ejemplo, la Cámara de Diputados está integrada por 513 representantes, de los cuales el partido de gobierno, es decir el de los Trabajadores (PT) tiene 70, lo que representa 13.64%; mientras que la oposición, compuesta por 14 partidos, con 240 escaños, tiene el 46.78 %.
Eso no ha impedido que Dilma Rousseff desarrolle sus funciones con normalidad, pese a las fuertes diferencias que ha tenido con los diputados en el segundo semestre de 2015.
Otro caso es del recién electo presidente de Panamá, Juan Carlos Valera, quién tiene que lidiar con un parlamento dominado por el partido de su rival Ricardo Martinelli.
Desde su elección, Valera ha llamado al diálogo a los sectores de oposición, frente a un panorama de Asamblea Constituyente, Valera aseguró que no seguirá los pasos de su antecesor Martinelli, pero si “desea” lograr un consenso sus adversarios.
 

Asimismo, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, solo tiene 11 de los 158 diputados en el Congreso, sobre lo que recientemente dijo: “Si sigo teniendo el respaldo del pueblo a través de una buena conducta y de buenas medidas políticas y económicas, creo que vamos a tener a la opinión pública de nuestro lado y ahí podemos gobernar”.
Al norte del continente, Barack Obama también desarrolla sus funciones simultáneamente con un congreso que cuenta con la mayoría Republicana.
En todo caso, no ha sido una relación fácil: el Congreso no ha respaldado por completo las propuestas de cambiar las leyes de inmigración ni las relativas a la salud. Además, ha puesto trabas en el camino al levantamiento del bloque a Cuba.
Las circunstancias aquí mencionadas dejan claro que el triunfo de la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo dependen de la voluntad política de las partes.

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