PRODUCTOS VENEZOLANOS EN CUCUTA

 14 de junio de 2013

El amenazante anuncio que el miércoles lanzó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, contra las mafias de contrabandistas que se dedican a extraer alimentos y combustible de Venezuela, y que se refugian en Colombia, generó diferencias entre los habitantes del lado venezolano de la frontera, que en situaciones de tensión política acuden en masa a los supermercados y bodegas para abastecerse de los artículos básicos para su alimentación.

Algunos expresaron su apoyo a la medida del mandatario venezolano, quien manifestó que el gobierno de Colombia cooperará para capturar a quienes dirijan estas organizaciones de contrabandistas.

Julia Mayra Aguirre es madre cabeza de hogar y sostiene que semanalmente debe destinar un día para conseguir todos los alimentos básicos para su alimentación y la de sus dos hijos.

“Antes el problema era que con el sueldo mínimo no alcanzaba para comprar nada. Ahora el problema es que no se encuentra nada. Para hacer un mercado hay que dedicarle casi un día entero. Tiene uno que desplazarse por todos los abastos para encontrar lo que necesita”, afirma, aunque agrega que la decisión del presidente es la correcta pues considera que los responsables del contrabando no son únicamente los maleteros que cobran diariamente por cruzar la frontera con bultos de alimentos.

De otro lado, Ruth Arteaga Cruz opina que los anuncios del presidente y del gobernador del Táchira, de enfrentar los grupos de contrabandistas de la frontera, acabará de empeorar la situación de desabastecimiento que viven municipios como Bolívar y Pedro María Ureña.

“El verdadero problema está en los funcionarios oficiales o guardias que se dejan sobornar para que pasen los cargamentos de alimentos y nosotros quedemos acá sufriendo todos los días por conseguir las cosas”, afirmó.

No obstante, los críticos niveles de desabastecimiento en la frontera tachirense se vienen registrando desde finales de 2012, cuando los anaqueles de tiendas y supermercados empezaron a mostrar vacíos principalmente en las secciones de artículos de primera necesidad, como arroz, azúcar, harina y jabón.

Mientras tanto, en Cúcuta las bodegas ubicadas sobre la avenida Sexta del centro de la ciudad, o las tiendas y supermercados de La Parada, El Escobal y el Anillo Vial mantienen sus vitrinas llenas, en buena parte, de productos venezolanos que pasan por el puente internacional o por las trochas del río Táchira para alimentar a miles de cucuteños que prefiere los artículos venezolanos sobre los nacionales.

En un sondeo aplicado en 9 establecimientos comerciales de Ureña y San Antonio y posteriormente contrastado con los precios que manejan las bodegas y tiendas de Cúcuta que ofrecen productos venezolanos, La Opinión pudo confirmar que además de duplicar y hasta triplicar su valor comercial, los productos más escasos en la frontera venezolana abundan en los estantes de Cúcuta (ver gráfico).

Esta situación ha forzado a que actualmente decenas de venezolanos, principalmente los habitantes de Ureña, San Antonio y la Grita, tengan que cruzar hasta Cúcuta para adquirir los productos que son elaborados en Venezuela pero que se hacen prácticamente imposibles de conseguir del lado venezolano de la frontera.

Así, muchos venezolanos que tienen que subsistir con los 2.457 bolívares que representa el salario mínimo en el vecino país, se ven obligados a cambiarlo a pesos para poder conseguir una bolsa de harina pan, un litro de aceite o jabón.

De esta forma, mientras el gobierno de Nicolás Maduro persigue las mafias de contrabandistas que se esconden en la frontera, quienes viven en el área limítrofe continúan la peregrinación en busca de alimentos que, de las tiendas y supermercados de Ureña y San Antonio, se trasladó hasta las bodegas de Cúcuta.