Han pasado 2 años de la siembra de nuestro Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías y
a esta distancia de ese tristísimo suceso, uno tiene dos formas de
percibir el tiempo. Pudiera decirse que el tiempo ha pasado rápidamente y
que en este segundo año de recordación con todos los retos que ha
debido seguir enfrentando la Revolución Bolivariana, no ha habido tiempo de llorarlo suficientemente y de recordarlo día a día como se merece nuestro segundo Libertador,
pero, por otra parte, la fuerza del pueblo y de los dirigentes
revolucionarios para salir airosos y victoriosos de todas las
conspiraciones y las maniobras de sabotaje de los agentes del
imperialismo, convierten estos dos últimos lustros en un ejemplo claro y
en una muestra inequívoca de la huella indeleble en nuestra historia y
en nuestra sociedad de la presencia permanente de nuestro Comandante
como guía y norte de nuestra libertad y soberanía reconquistadas gracias
a él.
Los ataques no han cesado ni cesarán mientras el imperialismo norteamericano no se debilite y caiga, pero estamos seguros que la Revolución Bolivariana ya echó raíces suficientemente fuertes para seguir soportándolos con la fuerza de un pensamiento, un ejemplo y una acción revolucionaria como la que damos en Venezuela y que marca un hito en la historia universal.
En estos tiempos de guerra económica y
de sabotaje permanente debemos estar más unidos que nunca y recordar
sus palabras de altísima sabiduría “Unirnos para ser cada vez más
libres, independientes y soberanos es algo que, social y políticamente,
impide el desarrollo de la agenda imperial y neocolonizadora gringa:
no olvidemos que el imperio, a lo largo de nuestra historia, ha logrado
mantenernos divididos para debilitarnos y, finalmente, dominarnos” (Hugo Chávez, Las Líneas de Chávez, 2010)
El último llamado de nuestro Comandante a la “Unidad, lucha, batalla y victoria” de diciembre del 2012, no era solamente una consigna para las nuevas elecciones que, por designios de Dios,
iban a darse, significaban más, era la visión extensa y profunda de
Hugo Chávez de prever estos momentos de ataques inclementes del
imperialismo. Era, sin duda, la certeza del estratega político, de la
amenaza que significaba para el capitalismo mundial el proceso revolucionario venezolano.
Es por ello, que todos los
revolucionarios debemos estar conscientes del momento que vivimos a 2
años de la siembra de nuestro Comandante Eterno, Hugo Chávez. Recordarlo
hoy, en la conmemoración de su siembra, es elevar al máximo las alertas
en defensa de nuestra Revolución. Los EE.UU ya atacan
directamente y no solamente a través de sus agentes lacayos en el país.
El monstruo del norte se está quitando la máscara, cada día más. Ya no
podemos tener dudas, a la luz de las últimas conspiraciones develadas,
de cuáles son las intenciones del imperio. Debemos recordar que mientras
más fuerza tenga la Revolución Bolivariana para enfrentar los ataques
de esta potencia, más agresiva será la respuesta imperial. Estamos frente a una guerra que va escalando todos los días. Estamos frente a un conjunto de estrategias integradas para llevar al país a una situación de caos que justifique una intervención directa que destruiría a la tierra de Bolívar.
Los revolucionarios no debemos dejar espacios a las debilidades internas partidistas. No debemos ver ni con reticencias ni márgenes, duda ninguna de las acciones que está tomando nuestro Presidente Nicolás Maduro.
Es imperativo internalizar la continuidad de esta gloriosa revolución
en manos de nuestro presidente obrero. Cualquier resquicio, cualquier
debilidad será aprovechada por el enemigo, tanto interno como externo.
Debemos acelerar la organización de nuestro pueblo para la defensa de la Revolución. Aquella frase de nuestro Comandante Eterno “Comuna o nada” debe
ser nuestra consigna primaria. Después de ella, o mejor dicho, gracias a
ella, todo lo conquistado y por conquistar será más sencillo y
alcanzable y el imperialismo, mientras camina hacia su muerte segura,
empezará a respetar a este pueblo de Bolívar que decidió con Chávez ser libre para siempre.
Es por ello que la tristeza y la nostalgia por la desaparición física de Chávez, deben transformarse en sentimientos de amor revolucionario:
el amor a la Patriaia, el trabajo organizativo junto a nuestro pueblo
para seguir avanzando eficientemente con las misiones y las demás
políticas públicas de la revolución y en fin, aquel grito de guerra dado
por el Comandante en el Salón Elíptico del Palacio Legislativo,
el 23 de noviembre de 2010 “¡Infantería a calar bayoneta!, a paso
redoblado, ¡Caballería al galope! En defensa de la Patria bolivariana,
de la Alianza Bolivariana de nuestro pueblo ¡Abajo el imperio yanqui!”
Desde este rincón fronterizo y
bolivariano -Táchira- queremos recordar un nuevo año de la siembra de
nuestro padre, maestro y líder, Hugo Chávez, haciendo llamados a
la unidad y organización del pueblo venezolano. Esta tierra andina,
escogida por la canalla imperialista para sus ensayos
desestabilizadores, sigue en pie de lucha permanente y hoy como nunca
debemos decir junto a nuestro Comandante Eterno, Hugo Chávez “Hoy
tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en
fuego sagrado. Solo me resta decirles… ¡Hasta la victoria siempre!”.
Así será, te lo juramos nuevamente Comandante.
José Vielma Mora
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