Después
de doscientos años, son muchas las razones para reivindicar la epopeya
libertaria en Venezuela, el atrevimiento mezclado con la infinita visión
del Libertador Simón Bolívar, la participación de los hermanos
neogranadinos y nuestros heroicos antepasados andinos, mujeres virtuosas
como María del Carmen Ramírez, Luisa Cáceres de Arismendi y todo el
significado de la Campaña Admirable para nuestra historia. Doscientos
años después, tenemos un pueblo con poco conocimiento de esta gesta
independentistas, según el Profesor Pável Rondón “solo un 30% de la
población conoce los relatos de la campaña admirable”, pero más allá del
poco o mucho conocimiento sobre los hechos ya bicentenarios, está la
reflexión necesaria sobre la conducta colectiva de un pueblo que debe
ser Admirable.
El
Gobernador Vielma Mora introduce el adjetivo Admirable al Táchira,
concepto cargado de mucho afecto y confianza a un pueblo merecedor de
villas y castillos, a pesar de su conducta adversa al proyecto de la
Patria, un estado altamente politizado, con raíces godas muy fuertes,
que a pesar de la huella admirable marcada por Bolívar y muchos de sus
herederos se ha resistido a ser realmente grande; Táchira Admirable
combate al Táchira contrabandista, al Táchira especulador, al Táchira
acaparador, al Táchira deshonesto, al Táchira irregular, debemos asumir,
interpretar y construir el título que de buena fe que nos otorga el
Capitán Bolivariano para poder ser dignos herederos de la gesta
emprendida por el Brigadier Bolívar.
Confieso
que nunca antes había presenciado la totalidad de un desfile
Cívico-Militar, quedando gratamente sorprendido al ver en un poco más de
una hora las muestras de un pueblo empeñado en ser admirable, misiones,
empresas estatales, estructuras de gobierno, colectivos sociales,
artistas, cultores, intelectuales, jóvenes y por supuesto los
componentes de la gloriosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana, quienes
asumen con orgullo su convicción de ser revolucionarios,
antiimperialistas y profundamente Chavistas, pueblo y soldado, soldado y
pueblo, tal como lo enseñó nuestro Comandante Supremo.
No
censuro a mis hermanos tachirenses por sus preferencias electorales a
nivel presidencial, tal vez el culpable no es el que pega, sino el que
le da el garrote, sin embargo, creo que es oportuno el momento para que
la vanguardia revolucionaria asuma la esencia de la salutación ofrecida
por Vielma Mora, en función de poder lograr un Táchira Potencia, es
decir, un Táchira Admirable.
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