Frente a un contrabando que amenaza su sustento, negocios y sindicatos convocan un paro |
Empresarios, sindicatos y gremios comerciales colombianos de Cúcuta, ciudad del Este de Colombia, hicieron un llamado a un paro cívico regional para el próximo 3 de abril. La ciudad, localizada en el departamento de Santander y en la frontera con Táchira en Venezuela, experimenta su peor crisis económica en décadas. En un principio, el paro ha sido convocado para durar nueve horas, pero si sus demandas no son satisfechas, los representantes sindicales advierten que podrían extenderlo indefinidamente.
Daniel Suárez, presidente del sindicato del Norte de Santander, afirmó:
“Estamos cansados de soluciones débiles, el gobierno promete y anuncia
que la realidad que vemos en la calle será diferente. Aquí no hay
oportunidades de empleo o acciones que generen empleos para el alto
número (de desempleados) que tenemos hoy, más del 14%”.
Suárez
también confirmó que cuentan con el apoyo de toda la población. Los
negocios no abrirán sus puertas y los sistemas de transporte de la
región se detendrán ese día. Más de 20 organizaciones han solicitado que
se realice una sesión del Consejo Ministerial para tomar medidas
inmediatas para resolver la crisis. Los elevados niveles de desempleo,
la crisis económica y los altos precios de los servicios públicos son
los puntos más importantes en su agenda. Sin embargo, hay un problema
que afecta su economía local, y según las organizaciones, es el más
preocupante de todos: El contrabando en la frontera.
Cúcuta se ha convertido en un corredor comercial entre Venezuela y
Colombia. Sin embargo, los crecientes subsidios, principalmente de la
comida y la gasolina, del gobierno de Venezuela han tenido un efecto
negativo en el Estado vecino.
Según los representantes sindicales, Cúcuta debería ser incluido en
el proceso nacional de desarrollo de Colombia, y no debería depender de
la dinámica económica de Venezuela.
“No podemos seguir esperando que el gobierno de Venezuela resuelva
sus problemas [económicos] para que Cúcuta pueda resolver los suyos”, dijo Suárez.
Los Organismos de seguridad del Venezuela han asestato duros golpes contra el contraabando pero ha sido insuficiente |
Las organizaciones también denunciaron la ausencia de políticas
específicas y diferenciadas para esta región en particular. Enrique
Pertuz Ariza, representante del sindicato, explicó que
Cúcuta no tiene ninguna iniciativa que pueda generar empleo formal: “La
informalidad y la tasa de desempleo demuestran claramente la falta de
dichas políticas”. Pero algo que también el sindicato ha exigido ha sido
medidas fuertes que ayuden a luchar contra el sector informal de la
economía, incluyendo el contrabando que pasa escondido de Venezuela.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas de
Colombia, Cúcuta tiene la tasa más alta de informalidad* en el país, con
72% , y la tercera tasa más alta de desempleo a nivel nacional, cerca de 14%.
La representante del gremio de centros comerciales, Mayra Camargo, aseveró que
más de 4.000 negocios han cerrado en febrero debido a la crisis
económica. Ella alega que no pueden competir en esas condiciones, “hay
mucha informalidad”.
“Hecho en Venezuela”
Más allá del fracaso de los funcionarios colombianos y de la economía
local, los sindicatos denuncian lo que para ellos es el gran problema:
el contrabando que entra a la región. Arroz, mantequilla, harina de
maíz, jabón y aceite para cocinar son algunos de los productos más
comunes que son traídos desde Venezuela —donde son subsidiados—, pasan a
través de la aduana, y llegan directo hasta los mercados de Cúcuta.
El teniente coronel Rodolfo Carrero, comandante de la Policía Fiscal y Aduanera de Cúcuta explica
que del total de la mercancía que entra al país ilegalmente, solo se
confisca el 20%. El 80% restante se vende, sin ser declarado y, por lo
tanto, sin pagar ningún impuesto.
Según el secretario de la Aduanas del Norte de Santander, Édgar Rodríguez Silva,
el contrabando no sólo afecta al sector privado, sino también al
Estado. Silva declaró que el contrabando genera un gran impacto negativo
en las finanzas públicas.
“Por ejemplo, no logramos la meta de recaudación [de ingresos] para
el 2013 y esto nos obligó a entrar en un programa de austeridad,
cancelar cualquier inversión que tuviéramos por el bien de la
comunidad”.
Ambos gobiernos han intentado activamente detener esta actividad
ilícita sin ningún éxito y la corrupción pareciera ser el culpable
principal. Aberlado Díaz,
diputado venezolano por el Táchira, cree que “el problema de
contrabando se ha convertido en un lugar común, en donde los
funcionarios administrativos y personal militar del gobierno terminan
siendo los que se benefician de este gran negocio que se ha generado”.
¿Por qué el contrabando es tan “buen negocio” al otro lado de la
frontera? Le pedimos al profesor universitario de economía Édgar Díaz
que nos explicara.
“La primera razón principal es el valor tan bajo que ha adquirido el
Bolívar venezolano en comparación con el peso colombiano, esto hace que
sea muy atractivo para que los comerciantes contrabandeen de Venezuela y
lo vendan en Colombia. Otro factor que los beneficia es el fuerte
control de precios que ha aplicado el gobierno venezolano en los insumos
básicos. Debido a que en el país vecino no hay dichos controles, el
mercado colombiano se ha vuelto un paraíso para estos comerciantes. Y
encima de todo, está el Mercal, el mercado del gobierno que vende
productos subsidiados. De esta manera, estos contrabandistas compran los
productos a un precio mucho más económico y los revenden al otro lado
de la frontera”.
El economista continúa: “Por desgracia, esta es otra consecuencia
desastrosa de la regulación de precios y subsidios. El libre mercado
siempre encuentra su camino, ya sea en el sector formal o en el sector
informal. El problema que ahora vemos en la economía de Cúcuta es que
las pequeñas y medianas empresas, que cumplen con las regulaciones del
Estado, son los más afectadas por el contrabando. Ellas enfrentan
mayores gastos tales como impuestos, salarios y alquileres, por lo
tanto, les es imposible competir con el sector informal, que no cumple
con estos pagos, y con una economía subsidiada como la de Venezuela”.
Con respecto a lo que ambos Estados pueden hacer para detener el
contrabando, el economista tiene una recomendación sencilla: “Mientras
que existan los controles de precio, siempre habrá un mercado negro”.
31-03-14
*La tasa de informalidad se mide dividiendo la Población Informal entre la Población Ocupada.
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