La agenda golpista tiene que mantenerse a
pie, así se tenga que inventar con lo que esté a la mano. Para una
oposición deseperada en seguir acusando al gobierno de violación a los
derechos humanos, es vital guindarse de cualquier noticia que “narre”
muertes violentas, sean ciertas o no. Para quienes quieren controlar la
información y vender al mundo la idea de una guerra civil de
proporciones inéditas, es muy importante fomentar la
confusión/intoxicación/confrontación, así que cuando no haya muertes de
por medio, tengan que inventarlas.
El “hecho”
Así ocurrió el 12 de marzo. La versión web del vespertino Notitarde,
a través de su cuenta tuiter, aseguró que, producto de las
manifestaciones llevadas a cabo en el sector La Isabelica de Valencia
Edo Carabobo, una niña de seís años había perdido la vida.
Inmediatamente generadores de
opinión en la red se lanzaron de forma desbocada a reproducir la
información sobre el falso hecho, embelasado en su dósis necrofílica
diaria, arremetienron contra el Estado (culpable absoluto de todas las muertes)
multiplicando el supuesto hecho y gritando con los dedos S.O.S
Venezuela y simplificando criminal y concientemente los hechos ocurridos
ese día.
Ningún periodista se atrevió a esperar una versión oficial, y mucho menos a comprobar por su cuenta tan delicada información.
La ética periodística para
estos feroces mercenarios ya no es ni siquiera un punto al cual apelar,
la línea conspirativa abierta contra el Gobierno Bolivariano tiene que
mantenerse con lo que sea, con lo que haya a la mano. Necesidad personal
y necesidad del dueño de medio para quien trabajan. Obediencia debida.
La guerra
Nada de lo que se expone a
través de un medio de comunicación es casual, ningún medio se “equivoca”
al emitir una noticia, puesto que una vez disparada la información, así
se rectracte, el impacto inicial causado ya fue obtenido.
Por ello este tipo de acciones
en la guerra comunicacional que enfrentamos no debe sorprendernos, por
el contrario debemos estar preparados para ver muchas situaciones
parecidas a lo largo de esta battalla política librada hoy en nuestro
país.
Para el cierre de esta nota (noche del 12 de febrero) aún mantienen el párrafo que expresa:
“Pasadas las 05:00 de la tarde de este miércoles, se conoció acerca del
supuesto fallecimiento de una menor de edad herida por arma de fuego
dentro de una institución educativa, quien habría ingresado sin signos
vitales a la Clínica La Isabelica, tal información fue confirmada por
una doctora que prefirió mantener su nombre en anonimato, la profesional
de la salud afirmó estar en el centro asistencial y presenciado el
suceso”. Nota que, por cierto, necesitó de siete personas para ser
redactada.
La fuente del medio es una
médico que se negó a dar su nombre y que atendió un caso inexistente y
presenció la muerte inexistente de una niña inexistente. Para terminar
de oscurecer la mentira, Charito Rojas,
la “columnista estrella” del periódico, diciendo que la inexistente
doctora fue amenazada de muerte por hablar del inexistente hecho. En las
respuestas al mismo tuit le desmienten la información otros usuarios.
Los operadores de siempre
En este capítulo de la guerra
psicológica, los protagonistas del pornoperiodismno dejaron su huella
correspondiente, por ejemplo, la directora de NTN24 Idania Chirinos, una vez más, rebota de forma insidiosa la información desde su cuenta tuíter citando a Notitarde sin esperar verificación del hecho, recibiendo más de mil retuits en ese instante. Un acto reflejo escuálido.
Ni hablar del patetismo de José Pernalete,
quien después de borrar el tuit donde aseguraba hasta el sitio del
hecho, se lamentaba de tener que dar noticias confusas, la forma más
elegante de escurrir el bulto… desde Miami.
La conclusión incómoda (para algunos)
Adulterar lo que a esta clase de
submercenarios les enseñan en las escuelas de Comunicación Social como
“hecho noticioso”, no es exclusivamente un asunto de mediocridad
profesional o pura estupidez humana. No es un asunto de azar ni de
accidente ante el “fragor de la batalla”.
Notitarde es un instrumento de
guerra, y todo el paseo por hacer que aparezca una supuesta situación
que implica la trágica muerte de otra niña, tiene una función muy
específica: ocultar las verdaderas muertes acaecidas el 12 de marzo en
La Isabelica y Mañongo. La operación del vespertino necesita distraer la
atención sobre las verdaderas muertes de ese día.
Se hace necesario enturbiar y oscurecer
las causas por las que el estudiante Jesús Acosta (20 años) que no
participaba en el enfrentamiento ni se le conocía por opositor recibe un
tiro en la cabeza, o la de Guillermo García en similares circunstancias
en el ya violentado sector La Isabelica en
Naguanagua y el asesinato del Captián de la Guardia Nacional
Bolivariana, Ramso Bracho Bravo, en el distribuidor Mañongo en las
adyascencias del mismo sector.
Porque esas muertes quieren hacerlas
pasar por el comodín turbio de los “colectivos”, cuando se trata de la
violencia paramilitarizadaque los sectores ultras pagaron y desplegaron
en Carabobo. Los mismos irregulares que “intentaron” secuestrar, también
ayer al alcalde de Valencia, Cocchiola, y que son los responsables de
los tres asesinatos de ayer.
Notitarde es parte integral de la conspiración: su tarea es lavarle la cara a los verdaderos asesinos.
La mentira y la desinformación son sus armas de guerra.
Pablo Aure sabe de qué hablamos.
Fuente: Mision verdad 13-03-14
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