Es propicia la ocasión para reflexionar en medio del día mundial de
la libertad de prensa, sobre el comportamiento de todos los medios de
comunicación, es decir, privados, alternativos, públicos y comunitarios,
teniendo como referente la situación política global y nacional,
reflejada por la autocensura y el ocultamiento de la realidad, tal como
sucede en nuestro suelo patrio, donde el ochenta por ciento de medios
impresos, audiovisuales y radioeléctricos, se dedican a generar
violencia, de formas literal con la campaña permanente de guerra,
vertiendo odio a toda la población.
Es inaudito ver, escuchar o leer a los cipayos de la burguesía
mediática, exigiendo libertad de prensa en Venezuela, cuando la realidad
indica que a diario vomitan su odio por los medios que regentan, sin
importar las normativas de la comunicación social, la ética, los códigos
de honor y las consecuencias derivadas de las irresponsabilidades
permanentes, además del descarado silencio calculado a las acciones de
gobierno ejercidas a lo largo y ancho del territorio nacional, ejemplo,
el boicot informativo a la recién asumida labor del Gobierno de calle
asumido por el Presidente Maduro en el Zulia y Miranda.
En Venezuela la Libertad de prensa está indigestada, reflejado este
concepto en los excesos presentados, alcanzando a tener según números e
investigaciones casos únicos en el planeta, donde la ofensa y el
vilipendio está en magnitudes incalculables, protegidos por el Chantaje
Burgués de la canalla mediática nacional e internacional, quien asume un
poder casi celestial y divino, negándose a cumplir con su papel y
deontología comunicacional.
La revolución debe asumir la inexorable necesidad de potenciar
medios alternativos y privados que cumplan con la verdad, respetando a
todos los sectores de la población y propugnando la paz, tranquilidad y
salud mental de todos los que aquí vivimos…
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