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lunes, 30 de diciembre de 2013

RCTV, La gran plataforma de la mafia comunicacional de Marcel Granier

Marcel Granier

El pasado 28 de diciembre se cumplieron siete (7) años que el entonces Presidente  de la República, Hugo Chávez Frías, anunciara, en su acto de salutación a la Fuerza Armada, la no renovación de la concesión a RCTV. A propósito de la campaña de descredito desarrollada entonces por diversos medios de comunicación en contra del Gobierno Nacional, resulta oportuno hacer referencia a algunos antecedentes de este “emporio editorial”
Marcel Granier, quien hoy se autodenomina “Defensor de la libertad de expresión”, como reza su biografía en la cuenta de Twitter, fue muchas veces, junto a su socio Peter Bottome, capaz de usar despiadadamente la televisión como medio de presión para acorralar gobernantes, someter políticos y aniquilar competidores comerciales.
Como recuerda uno de los principales líderes políticos de la oposición venezolana, la dupla Granier-Bottome estaba acostumbrada, durante los gobiernos de la Cuarta República, a extorsionar la fracción parlamentaria de Acción Democrática para que le tramitaran los dólares que requerían la planta televisiva y otras varias empresas que manejaban. La negativa de los adecos a cumplir órdenes  de estos empresarios, motivó el inicio de una campaña de desprestigio contra de los líderes de la tolda blanca, posicionándolos como ladrones y corruptos.
“Marcel utilizó Radio Caracas Televisión para la extorsión, procurando desestabilizar desde entonces Gobiernos constitucionalmente electos”, aseveró el dirigente escuálido, dejando ver que las campañas contrarias a la gestión de Hugo Chávez Frías no era una práctica innovadora.
Sus anhelo por acumular más poder, hicieron a esta dupla meterse en el negocio de los medios impresos, adquiriendo El Diario de Caracas, convencidos que el Oligopolio Phelps sería como un boxeador, con una mano para golpear (RCTV –RCR) y otra para noquear (El Diario de Caracas). Esto hizo que a pesar de no ser un negocio rentable el periódico, incluso con pérdidas operacionales, costearan esto con las ganancias que la planta televisiva les daba, con la única finalidad de tener el medio para hacer campañas de descréditos a las que estaban acostumbrados.
Además del negocio que representaba la extorsión, los buenos vínculos a grupos de poder, fortalecieron a este “emporio comunicacional”. Ejemplo de esto fue que entre 1978 y 1979, periodo en el que fue comprado el Sierra Nevada, era Presidente de la Corporación Venezolana de Fomento, Jhonny Phelps, suegro de Marcel Granier. En la estatal, por órdenes del suegro de Granier,  se haría un  trueque, el Sierra Nevada por cinco muelles flotantes, muelles que para nada necesitaba Venezuela, pero que prometía un botín mil millonario para la banda de piratas capitaneada por CAP y MG.
Granier impuso la censura en todo aquello que no se arrollidara ante su arrogancia. Ejemplo de esto fue la salida de Renny Ottolina de la pantalla chica venezolana, como lo denunció la heredera del gran artífice, Rhona Ottolina.
Reny Ottolina
Con el criterio que Ottolina  representaba una carga económica para el canal 2 y que por consiguiente no les era rentable, haciéndolo ver incluso como “un problema” al no poder controlarlo; Granier incentivó una campaña para  sacar a Renny de la televisión, pero no solo del Canal  que él manejaba, sino de todas las plantas de televisión. Había que acabar con una “amenaza” a la que “no se le podía dejar seguir creciendo”.
Hoy, a pesar de no contar con medios a su disposición, ni aliados que permitan continuar con sus campañas sin fundamentos, insiste Granier en desprestigiar a empresarios honestos que contribuyen al desarrollo del país, a través las redes sociales.

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