La noticia ha sido censurada por la gran
prensa internacional: el riesgo país de Venezuela ha retrocedido
significativamente en las últimas semanas. Pero, ¿a qué se debe ese
comportamiento?
Según el índice elaborado por la
calificadora JP Morgan, que reseña el portal web ámbito.com, el riesgo
país de Venezuela se ubicó en 2.578 hasta ayer y, aunque sigue siendo
alto, es menor al pico de 4.145 que registró a mediados de febrero de
este año.
"Ha caído (el índice de riesgo país) en
los últimos tres meses casi mil puntos, lo que es un indicativo de que a
nivel internacional la banca de inversión empieza a mirar de manera
positiva las acciones que en materia de política económica estamos
tomando y eso va a facilitar también la búsqueda de financiamiento
fresco que nos permita encarar el nuevo plan de inversión en el país”,
dijo la semana pasada el ministro de Industrias, Miguel Pérez Abad,
citado una nota de prensa de la cartera.
La recuperación progresiva de los precios del petróleo es la principal razón para ese retroceso. Desde aquel fondo que llevó a las cotizaciones a rozar el fondo de los 20 dólares por barril (dpb), el mercado ha ido recuperándose para hacer escalar el crudo casi al doble.
El precio, que para Venezuela aún no es
idóneo para garantizar las necesarias inversiones en el sector, ha
enviado un mensaje positivo al mercado financiero internacional. El
hecho no es menor, teniendo en cuenta que el país había sido reputado
con el peor riesgo del mundo y, a peor calificación, más difícil (y
costoso) el acceso a créditos.
Senda de recuperación
La primera lectura del retroceso del riesgo país, para el economista Javier Rodríguez, es que Venezuela "está enrumbándose a una senda de mejoría, no sólo por la recuperación de los precios del petróleo sino por la llegada de productos de primera necesidad a los puertos".
En el último año, la caída del ingreso
petrolero -fuente principal de divisas para el país monoproductor-
afectó severamente su capacidad de importar bienes de consumo, lo que se
tradujo en escasez y desabastecimiento. A ese panorama pantagruélico se
sumó el boicot de la oposición política y los grandes empresarios para
desestabilizar el gobierno de Maduro.
La recuperación del ingreso le da un respiro a las cuentas públicas. El reto en lo inmediato es llenar los anaqueles de los rubros prioritarios, que son los únicos que escasean porque el Estado regula los precios para garantizar el acceso de las mayorías. En la desaparición de esos productos también inciden las mafias que los desvían al mercado ilegal para venderlos con sobreprecio y afectar la capacidad de compra de las familias.
Pero ese fenómeno, apunta el economista,
ha tenido su impacto positivo: "la crisis puso a producir al país con
organización y trabajo de las bases populares, por eso fue que no se ha
producido la hambruna ni el colapso que vaticinaron las calificadoras a
principios de este año".
"Tal vez por eso decidieron dejar de
presionar por la vía del riesgo país", agrega Rodríguez, quien considera
que el indicador no es más que una tenaza que se utiliza
convenientemente para favorecer los intereses hegemónicos de las élites
financieras.
El juego del crudo
Pero el comportamiento del mercado petrolero no ha sido "natural". La recuperación de las cotizaciones es consecuencia del trabajo realizado por los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y las naciones no pertenecientes al bloque, como Rusia.
El trabajo conjunto, entre otros
objetivos, se planteó para hacer frente a la estrategia de EE.UU. de
inundar el mercado para mantener a pique los precios, y con ello afectar
a las economías de los países que están a prudente distancia del
tutelaje de Washington. Entre ellos, Venezuela.
El presidente venezolano, Nicolás
Maduro, alertó a principios de esta año sobre el plan norteamericano:
"La causa de la caída son factores de la guerra geopolítica por el poder
en el mundo y tiene explicaciones específicas: la capacidad productiva y
ahora exportadora por parte de EE.UU. del petróleo a través de la
técnica de fracking, que vino a configurar una nueva situación de poder
junto a otros mecanismos de manipulación financiera, que acabaron con la
era de precios altos en el petróleo y de precios justos en el gas",
dijo citado por AVN.
Las gestiones han rendido frutos. Desde
que se emprendieron las negociaciones, el petróleo venezolano pasó de un
precio promedio de 24,33 dólares por barril en enero, a 39,73
dólares en lo que va de junio, revela el informe del Ministerio del
Petróleo. Sin embargo, las dificultades para a la economía no cesan.
Esta semana, el norteamericano Citibank
notificó a Venezuela que en 30 días eliminará el servicio de cuenta
corresponsal para pagos a terceros en el exterior, lo que limita la
capacidad del país para cancelar sus compromisos en moneda
estadounidense. El motivo, irónicamente, es un supuesto informe de
riesgo-país.
(RT)/La iguana
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