Si la promesa electoral de Trump, que aseguró que deportaría al menos
a tres millones de ‘sin papeles’ con antecedentes penales, se convirtió
en una pesadilla para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que
viven en EE UU, las primeras noticias sobre redadas de inmigración son
ese temor hecho realidad.
La Agencia de Inmigración y Aduanas
(ICE, por sus siglas en inglés) ha confirmado que las primeras redadas
de la era Trump han tenido lugar tanto en viviendas como lugares de
trabajo de Atlanta, Chicago, Nueva York, Los Ángeles, Carolina del Norte
y Carolina del Sur. ICE ha descrito las redadas como “un incremento” en
la aplicación de las leyes vigentes y las desliga de la orden
migratoria de Trump contra la inmigración ilegal, aprobada el pasado 26 de enero.
La
oficina de ICE en Atlanta, que cubre tres Estados del Sur del país,
confirmó la detención de 200 personas. En Los Ángeles, ICE arrestó a 161
más, según ha confirmado el director de la agencia local, pero las
autoridades alegan que solo cinco de ellos estaban afectados por el
decreto presidencial.
La difusión en las redes sociales de
numerosos vídeos que muestran a agentes de inmigración deteniendo a
indocumentados en aparcamientos públicos o después de llamar
aleatoriamente a la puerta de una vivienda, han provocado en los últimos
días un escalofrío en la comunidad hispana. El caso de Guadalupe García
de Rayos, deportada tras acudir a un control rutinario con las
autoridades en Phoenix (Arizona), ha llevado al Gobierno de México a
alertar este viernes a sus ciudadanos residentes en EE UU de una “nueva
realidad” y les recomendó “tomar precauciones”.
“La historia de
[Guadalupe] no es distinta de la de mi madre y su familia no es
diferente de la mía”, declaró la portavoz de United We Dream, Cristina
Jimenez. “No nos equivoquemos, Trump nos quiere fuera del país cueste lo
que cueste”. El director ejecutivo del National Immigration Forum, Ali
Noorani, añade que la preocupación entre los 11 millones de
indocumentados y sus familias está en aumento. "El temor que recorre las
casas de los inmigrantes y los estadounidenses que queremos a los
inmigrantes como amigos y familia es palpable", ha señalado.
El
portavoz de ICE en Los Ángeles, David Marin, ha desligado las redadas
del cambio de gobierno. "El aumento de los puntos de revisión del ICE y
redadas al azar, todo eso es falso, peligroso e irresponsable", declaró
el viernes a la agencia Reuters. "Las informaciones como estas crean
pánico". La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Gillian
Christensen, utilizó sin embargo un lenguaje que solo intensifica el
miedo de la comunidad inmigrante. Para Christensen, los detenidos en las
redadas son “personas que suponen una amenaza para la seguridad
pública”.
Grupos como United We Dream han reaccionado a las
redadas inundado las redes sociales, sus páginas webs y los espacios
publicitarios de las emisoras locales con mensajes que aclaran los
derechos de los indocumentados durante las redadas o si un agente de
inmigración llama a su puerta. También piden información sobre cualquier
persona que haya sido detenida por los agentes migratorios.
En una de sus primeras órdenes ejecutivas tras asumir el cargo, Trump ha ampliado las categorías de los inmigrantes que pueden ser deportados,
distanciándose de la política migratoria de Obama. Durante los últimos
cuatro años, los indocumentados sin antecedentes penales sabían que su
deportación no era una prioridad. Ahora, padres ‘sin papeles’ —se estima
que la mitad tiene hijos estadounidenses— se arriesgan a ser deportados
automáticamente si les paran en un control de tráfico o si ICE acude a
su vivienda.
msn
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