Una protesta por el aumento del precio del pasaje en el transporte
público bogotano Transmilenio, terminó en enfrentamientos entre los
manifestantes y la policía, que empleó gases lacrimógenos para dispersar
la movilización popular.
Los participantes en la demostración bloquearon vías en el
suroccidente de esta ciudad para exigir también mejoras en ese servicio
de transportación, que quedó parcialmente interrumpido.
Una decena de personas resultaron heridas y más de una veintena de
buses terminaron averiados durante la manifestación iniciada en la
mañana y que continuaba en horas de la tarde.
Algunos de los protagonistas de la protesta lanzaron piedras a los
ómnibus de Transmilenio y a las instalaciones de varias estaciones.
Se trata del primer disturbio ocurrido luego de la toma de posesión
del nuevo alcalde de Bogotá, el derechista Enrique Peñalosa, quien
admitió en declaraciones a la prensa que hay mucho por mejorar en el
sistema Transmilenio, fundamental para la movilidad dentro de una urbe
sin metro aún donde viven casi ocho millones de personas.
No obstante el gobernante local atribuyó los hechos violentos a
saboteadores, argumento con el que justificó la intervención del
Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad).
En tanto un grupo de ciudadanos reprobó lo que consideró excesos y abusos de esa fuerza contra la población civil.
De acuerdo con reportes de televisoras, unas 70 personas fueron detenidas en el transcurso de la mañana.
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