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domingo, 4 de febrero de 2018

Trujillo: Presencia de La Llorona en La Guafa

 El hombre siempre ha sido atraído por el misterio de lo desconocido, he ahí el nacimiento de la creencia humana en aparecidos, espantos y fantasmas creados y convertidos por el mismo hombre en mitos y leyendas, razón por la que la ciencia considera estos hechos como una superstición asentada en la psicología del ser humano

La Llorona en el Llano de La Guafa
El abogado y compositor Jorge Juárez Ruiz cuenta sobre este mítico personaje -son innumerables los cuentos, relatos, leyendas existentes sobre el espeluznante y mítico personaje de La Llorona en toda la geografía del municipio San Rafael de Carvajal de todo este referente recuerdo el encontronazo del célebre “Palillo” (+) con la doña. El mantenía públicamente. “Tuve un tenebroso encuentro con La Llorona a mediados de la década de los años 60 en plena Luna Llena durante el trascurrir de la medianoche de un miércoles de cuaresma, cuando traté de atravesar el desolado camino que usábamos a diario para ir a pie desde El Filo hasta La Cabecera, al pase por La Guafa de repente, en forma intempestiva fui envestido por la espantosa y tétrica figura de La Llorona quien a medida que se acercaba gritaba y lloraba más fuerte, y su difusa figura aumentaba de tamaño no conforme me araño y cayo a golpes hasta hacerme perder el conocimiento, me desmayé y al despertar estaba acostado en la sala de mi casa, había perdido el habla, esta situación me afectó por espacio de 15 días, durante los cuales recibía a diario la visita del cura local, además el susto fue tan grande que hasta se me cayó el cabello, mudé los dientes y las uñas, fue una experiencia desagradable y macabra que no le deseo ni a mi peor enemigo.
Otro hecho aconteció al momento de la invasión por gente de escasos recursos económicos para consolidar un techo propio el extenso lote de terreno que iba desde la entrada de La Guafa, bajando por el Serrucho, hasta el lindero de Rubén Monsalve y subiendo hasta la carretera que va hacia El Filo hasta el frente de Tulio Montilla, ya colindando con la Avenida 4, ese mismo lugar que en su momento deparó tantas alegrías a la juventud deportista de Carvajal fue escenario de otro conocido incidente con el espectro de La llorona. Esto sucedió de la siguiente manera al final de 1980.-Una adinerada dama carvajalense residenciada en la Capital de la República se adjudicaba la titularidad de este terreno, asimismo en Campo Alegre otro personaje decía ser el dueño de esta llanura en pendiente, mientras los abogados de ambos se reunían con los invasores amenazándolos con desalojarlos a la fuerza si no desistían de la ilegal incursión, varios jueces a solicitud de las partes visitaron varias veces el terreno, la fuerza policial asomó en varias ocasiones sin poder desalojar a los indebidos ocupantes, los presuntos propietarios del área tomada recurrían al soborno a la fuerza pública para tratar de obligarlos a proceder, parecía que no habría manera de sacar a nadie de la propiedad, a medida que pasaban los días asomaban improvisados ranchos de palos y láminas usadas de zinc, algunas de cartón y otras simples cambuches, asentados en cada lote de terreno asignado en el proceso de división realizados por los líderes del movimiento
Todo marchaba viento en popa para los usurpadores hasta que durante la madrugada sin luna de un domingo para amanecer lunes, más oscura y sombría de lo normal, se comenzaron a escuchar lo que inicialmente parecían débiles lamentos, poco a poco, fueron acentuándose hasta convertirse en pavorosos aullidos que erizaban los bellos de la piel, por todo el sector se sentían los desgarradores gritos de una mujer, las personas guarecidas en sus ranchos en medio de la oscuridad cerraban los ojos con toda su fuerza, rezando cuantas oraciones sabían, temblorosos imploraban al Altísimo su protección. Fueron minutos aterradores, de sobresaltos, que parecieron durar una eternidad, luego repentinamente vino el silencio. Al despuntar el alba, con los primeros rayos del sol, todos y cada uno de los que habían ocupado ilegítimamente aquel lugar, se marchaban despavoridos; algunos se llevaron presurosamente las latas, los cartones y los palos, otros no volvieron ni por la foto”.

A falta de ley
Lo que no pudieron hacer jueces, abogados, ni cuerpos de seguridad, lo hizo La Llorona en una sola noche, al parecer dicho paraje era uno de los preferidos de tan temible aparición.
 “Hacia los 350 años de Carvajal”

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