Ex directivos aprovechan marco jurídico colombiano
Los “paras” sembraron el terror en poblados cercanos a los campos. Foto: Google |
La instalación de tres
empresas petroleras en Colombia promovidas por ex gerentes de Pdvsa
(Pacific Rubiales, Alange Energy Sucursal Colombia y Vetra) significó el
inicio de una extracción “legal” de productos derivados del petróleo
que se inició bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Según el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Fronteras,
Feijoo Colomine, la instalación de estos sistemas estuvo a cargo de los
venezolanos Luis Giusti, Ronald Pantin, José Francisco Arata, Humberto
Calderón Berti, Ignacio Layrisse y Alfredo Gruber, quienes, afirma
Colomine, continuaron su labor contra Pdvsa, para sustraer a través del
contrabando, gasolina, lubricantes y gas.
Fracking del otro lado. A esta denuncia, ahora se suma la extracción
de recursos desde Venezuela mediante la fracturación hidráulica
(conocida como fracking), a través del cual compañías petroleras
colombianas han robado el crudo nacional y han provocado importantes
daños ambientales en la región fronteriza.
“Es muy curioso que el gobierno colombiano solo invierta en la construcción de oleoductos y no en el campo, a pesar del alto costo que esto genera”, aseveró Colomine.
“Es muy curioso que el gobierno colombiano solo invierta en la construcción de oleoductos y no en el campo, a pesar del alto costo que esto genera”, aseveró Colomine.
El especialista petrolero David Paravisini explicó que en Colombia no
existe una legislación específica en materia de hidrocarburos, lo que
genera un atractivo para sistemas de explotación sin control.
Por esta razón, Pacific Rubiales se convirtió en una empresa primordial para el contrabando de crudo y gasolina y así acelerar el fortalecimiento de Ecopetrol, la estatal neogranadina.
Por esta razón, Pacific Rubiales se convirtió en una empresa primordial para el contrabando de crudo y gasolina y así acelerar el fortalecimiento de Ecopetrol, la estatal neogranadina.
En 2008, Pacific Stratus, compañía dirigida por los venezolanos
Ronald Pantin y José Francisco Arata, se asoció con Germán Efromovich,
dueño de Petro Rubiales y del contrato del campo Rubiales, dando como
resultado la creación de Pacific Rubiales Energy Corp, registrada en
Canadá.
A partir de este momento y aprovechándose de la flexibilidad del
Estado colombiano (bajo el amparo de los de los gobiernos de Álvaro
Uribe Vélez y Juan Manuel Santos), Pacific Rubiales encontró el
territorio propicio para su rápido crecimiento empresarial.
Tras los informes presentados en el 2004 por el analista colombiano
Gilberto Jaimes, en los cuales señalaba la declinación en la producción
de crudo por parte de Ecopetrol (por debajo de 400 mil barriles
diarios), Uribe desconoció los acuerdos firmados con Chávez y apoyó a
los ex gerentes venezolanos en la creación en 2005 de los llamados
“centros de acopio”.
Esta nueva herramienta utilizada por el gobierno neogranadino a
través de los decretos 2.337, 2.338, 2.339 y 2.340, serviría para
legalizar el ilícito fiscal y apropiarse sin pagar de cuantiosos
volúmenes de gasolina y diesel provenientes de Venezuela, ocasionando
pérdidas por el orden de los 100 mil millones de dólares a la economía
nacional.
El gobierno colombiano levantó todas las barreras
arancelarias, trayendo como consecuencia la fuga masiva de productos
escudados en la decisión aduanera que establece desde 2005 que
“cualquier mercancía proveniente de Venezuela, que traspase la frontera
automáticamente es nacionalizada sin pago de tasas”.
Según el Consejo Nacional de Fronteras, Pacific Rubiales fue una
empresa importante para el gobierno de Colombia, pues llegó a producir
un millón de barriles de crudo diario, sin tener la capacidad en
reserva, esto a través de mecanismos implementados por los ex directivos
de Pdvsa a través de los cuales eran extraídos cerca de 300.000
barriles de crudo de forma ilegal de Venezuela.
“Meritócratas”quiebran empresa. Después de esas irregularidades, y
aunque está conceptuada como una de las principales empresas en la
región, los malos manejos y los altos salarios de los exgerentes
meritócratas en Pacific Rubiales aceleraron su caída (sueldos de hasta
11 millones de dólares anuales), lo que representa 2 mil veces el
ingreso de un trabajador colombiano.
Los ejecutivos Miguel Ángel de la Campa, José Arata, Serafino Iacono y
Ronald Pantin ocuparon la posición N° 14 entre los 100 ejecutivos con
más altos salarios de Canadá, de acuerdo con un estudio realizado por el
Centro de Alternativas Políticas de Canadá.
A raíz de todo esto, la compañía recibió la peor calificación
crediticia, por parte de la agencia de valoración de riesgos Standard
& Poor’s. Este hecho generó que en enero (2016) el superintendente
de Sociedades, Francisco Reyes, iniciara un proceso de intervención a
Pacific, por los niveles de endeudamiento.
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