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lunes, 7 de julio de 2025

Machado y Rubio en busca de recrudecer la agresión contra Venezuela

 

María Corina Machado presiona para tener una mayor atención de la Casa Blanca a favor de su agenda (Foto: Bloomberg)

Para Venezuela en particular, y en América Latina y el Caribe en general, uno de los hechos políticos con mayor repercusión en lo que va de año ha sido, más que la presidencia de Donald Trump, la investidura de Marco Rubio como secretario de Estado de Estados Unidos.

Esta designación marcó un punto de inflexión no solo en la administración de Trump sino en la reactivación de una agenda injerencista de Washington sobre la región, la cual desde entonces ha venido tomando vuelo.

Con su obsesión por Venezuela, Cuba y Nicaragua, Rubio ha intensificado el discurso que busca presentar el gobierno venezolano como una amenaza para la seguridad regional, algo que no es nuevo, pero que ahora toma un giro más agresivo.

Recientemente, los esfuerzos para retratarlo como un peligro real se han amplificado con temas como el "Tren de Aragua", la reedición del "Cartel de los soles" y las continuas operaciones de bandera falsa en las fronteras.

Tales eventos son parte de una estrategia más amplia con vistas a generar tensiones internas y externas que justifiquen una intervención, ya sea diplomática, económica o incluso militar.

Desde acusaciones infundadas hasta operaciones encubiertas con el respaldo de agencias estadounidenses, la agenda de desestabilización contra Venezuela sigue una pauta histórica que recuerda las justificaciones previas usadas por Washington en otras intervenciones, como en Irak.

De este modo, Venezuela se encuentra nuevamente en la mira, bajo un discurso que intenta crear la excusa perfecta para una agresión sistemática.

1. El enclave guyanés y la falsa bandera

  • El incidente del río Cuyuní (18 de febrero). En el Esequibo venezolano el gobierno de Guyana denunció un supuesto ataque contra sus tropas en la ribera del río Cuyuní. Según Georgetown, seis soldados guyaneses resultaron heridos por hombres armados "venezolanos". Caracas desmintió categóricamente la acusación calificándola como un "vil montaje" y señalando que era parte de una operación de falsa bandera. El canciller venezolano, Yván Gil, denunció que este incidente formaba parte de una estrategia para justificar la militarización de la zona con el respaldo del Comando Sur de Estados Unidos. Venezuela recordó que las violaciones al marco jurídico internacional por parte de Guyana son recurrentes, especialmente en la disputa territorial sobre el Esequibo.
  • Visita de Marco Rubio a Guyana (27 de marzo). La agenda de agresión se consolidó con la visita de Marco Rubio a ese país, donde firmó un memorando de entendimiento con su presidente, Irfaan Ali. El acuerdo se centró en la cooperación en seguridad, pero en la práctica se percibe como un mecanismo para reforzar la presencia militar estadounidense en Guyana utilizando el pretexto de combatir el "crimen organizado". Rubio y otros funcionarios estadounidenses alimentaron la narrativa de la presencia del Tren de Aragua, subterfugio que puede tener como consecuencia maniobras encubiertas, similares a las operaciones de bandera falsa que Estados Unidos ha utilizado en el pasado para justificar intervenciones militares.

"Así que creo que si tenemos información de que alguien ha entrado a su país [Guyana] con malas intenciones, queremos poder compartirla con su gobierno. Tenemos pistas sobre un miembro de la pandilla Tren de Aragua de Venezuela. Queremos asegurarnos de que colaboremos y compartamos noticias. Si tenemos información de que algunos narcotraficantes se están estableciendo aquí y han decidido convertir esto en una base de operaciones, lo cual podría generar violencia y guerra, como guerra entre pandillas, queremos proporcionársela", declaró en ese entonces el Secretario de Estado.

  • Otra operación de bandera falsa (15 de mayo). Hubo otra denuncia por parte de la administración de Ali sobre enfrentamientos en zonas aun no delimitadas de la frontera. Sin embargo, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) desmintió rotundamente tales acusaciones. En un comunicado se afirmó que los informes demostraban que las denuncias eran parte de una operación de falsa bandera orquestada para victimizar el gobierno de Guyana y fabricar tensiones artificiales en la línea fronteriza. En este sentido la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, advirtió que estos hechos son parte de una maniobra más amplia destinada a crear un casus belli, es decir, una excusa para justificar una escalada militar en la región.

2. La frontera con Colombia no pierde la costumbre

  • Denuncia de inacción por parte de Colombia (finales de abril). El presidente Nicolás Maduro denunció la total inacción de las autoridades colombianas frente a la creciente presencia de grupos irregulares, narcotráfico y violencia que cruzan hacia territorio venezolano. El mandatario venezolano enfatizó el silencio institucional del gobierno de Gustavo Petro afirmando que "los militares llaman a los militares de allá y no les contestan el teléfono", y que "llaman a la policía de allá y no les contesta el teléfono", lo que subrayaba la falta de respuesta ante la creciente crisis en la frontera.
  • Operativo de seguridad y detenciones (19 de mayo). El ministro Diosdado Cabello anunció un importante operativo de seguridad nacional para hacer frente a una trama de desestabilización orquestada desde Colombia. Se detuvieron a 38 individuos, entre los cuales había 17 extranjeros —colombianos, mexicanos, ucranianos y un albanés con nacionalidad colombiana—, quienes estaban involucrados en actividades de saboteo electoral y atentados con explosivos. Los capturados habían recibido entrenamiento paramilitar en Ecuador y contaban con el financiamiento del narcotráfico colombiano, vinculado a figuras políticas como Álvaro Uribe, Iván Duque y Juan Manuel Santos. Esta red criminal tenía como objetivo crear caos y desestabilizar las elecciones del 25 de mayo, cuando se eligió al gobernador y el Consejo Legislativo del estado Guayana Esequiba.
  • Conspiración internacional (julio 2025). El gobierno desmanteló una compleja trama de conspiración internacional dirigida desde Colombia, con el respaldo de agencias estadounidenses, que buscaba ejecutar atentados terroristas en territorio venezolano. El ministro Cabello reveló en rueda de prensa que los cuerpos de inteligencia del Estado lograron capturar a varios miembros de una red criminal involucrada en el tráfico de armas y la planificación de atentados políticos. Estos actores también estaban comprometidos en la creación de matrices falsas con el objetivo de justificar posibles agresiones extranjeras contra Venezuela. La operación, cuyo principal objetivo consistía en generar caos en el país previo a las elecciones municipales del 27 de julio, seguía el patrón de guerra híbrida y operaciones encubiertas utilizadas históricamente por sectores de poder en Washington. El ministro Cabello explicó que en esta red de desestabilización participaban sujetos de la facción extremista de la oposición, la cual incluye a María Corina Machado, quienes estaban vinculados con figuras del poder político colombiano y agencias de inteligencia extranjeras, como el FBI.

3. Relanzamiento del "narcoestado"

La reciente declaración de culpabilidad de Hugo "El Pollo" Carvajal ante una corte federal de Nueva York ha reactivado la narrativa del "narcoestado", un discurso utilizado por Estados Unidos para criminalizar el gobierno venezolano. Carvajal, quien se declaró culpable de conspiración para importar cocaína y narcoterrorismo, ha sido presentado como parte del llamado Cartel de los soles. Este relato ha sido usado históricamente por Washington como base para justificar políticas de presión, sanciones y amenazas de intervención. Sin embargo, a pesar de la falta de pruebas contundentes, el discurso se sostiene con relatos mediáticos y acusaciones judiciales, basados en confesiones como las de Carvajal.

4. María Corina Machado y la irresponsabilidad

María Corina Machado ha reaparecido con su agenda desestabilizadora y, sobre todo, con una irresponsabilidad manifiesta, aprovechando la tensión internacional generada por los ataques contra Irán para reavivar su desgastada narrativa sobre la "amenaza venezolana". En una reciente entrevista Machado, sin ningún tipo de evidencia, dijo: "¿Quién es el gran aliado de Putin en América Latina? Nicolás Maduro. ¿Quién es el gran aliado del régimen iraní en América Latina? Nicolás Maduro. Venezuela es el único otro país en el hemisferio occidental, además de Estados Unidos, que tiene capacidad de construcción de drones de combate, obviamente de origen iraní".

Además, señaló con cizaña que "Venezuela está a horas de Florida (Estados Unidos), no a la distancia de Teherán", lanzando la acusación de que esto constituye una "amenaza real".

Durante las investigaciones recientes sobre las acciones desestabilizadoras contra el país, se descubrió que un científico retirado, Armando José García Miragaya, exvicepresidente de Control de PDVSA, estaba en contacto con funcionarios del FBI suministrando información crítica sobre infraestructuras venezolanas cruciales, como la refinería de Amuay y la represa de Guri. Este operativo de espionaje, que buscaba justificar una intervención extranjera en Venezuela, fue directamente utilizado para intentar respaldar las acusaciones infundadas de Machado sobre la existencia de "bases militares iraníes" en el país.

5. Las agencias mediáticas suman a la intoxicación

En marzo el New York Post publicó un artículo titulado "El FBI intensifica operaciones contra cartel vinculado con el régimen represivo de Maduro en Venezuela", en el que reavivaron acusaciones desacreditadas reutilizando la patraña habitual que vincula el gobierno venezolano con el narcotráfico.

Este patrón de acusaciones infundadas es estratégicamente utilizado en momentos neurálgicos para justificar medidas de presión contra Venezuela. La publicación en el New York Post, firmada por Diana Glebova y Jennie Taer, repite los mismos mitos sobre el "Cartel de los soles", y recibió un fuerte respaldo de figuras como Marco Rubio, quien sigue impulsando una narrativa que busca generar condiciones para una intervención de mayor escala.

Asimismo, el New York Times publicó el 15 de enero de 2025 un artículo de Bret Stephens que refleja la reactivación de la campaña contra Venezuela al presentar el gobierno de Maduro como una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Stephens, cercano al lobby israelí, aboga por un enfoque de "diplomacia coercitiva" y, si fuera necesario, la opción de usar la fuerza, lo cual hace eco de la estrategia utilizada en Irak en 2003.

En su artículo Stephens plantea la necesidad de derrocar el gobierno venezolano mediante el argumento de que la permanencia de Maduro pone en peligro la estabilidad regional, en sustento de lo que señala su presunta vinculación con el narcotráfico y la creciente influencia de Irán.

Esta narrativa, a pesar de su falta de pruebas concretas, se convierte en una excusa que alimenta la justificación en el objetivo de imponer sanciones más severas y, eventualmente, una intervención militar directa.

El artículo de Stephens, al igual que la campaña de Rubio y las declaraciones de otros actores políticos de Washington, indica que la presión sobre Venezuela está lejos de cesar. En cambio, se busca reavivar la estrategia de "máxima presión" a partir de acusaciones infundadas y la amplificación de la supuesta amenaza venezolana, y así seguir avanzando hacia una agenda de agresión que, si bien se ha debilitado, sigue presente y persiste en las sombras del poder estadounidense.

La necesidad de crear la amenaza

Los eventos descritos reflejan una estrategia meticulosamente planificada cuyo objetivo final es crear el caldo de cultivo necesario para justificar una escalada contra Venezuela. Con el paso del tiempo, la táctica de Washington busca construir un expediente que sirva como base para una intervención, ya sea diplomática, económica o incluso militar.

En este escenario, las irresponsables acusaciones de María Corina Machado juegan un papel central. Su discurso, alimentado de mitos y distorsiones sobre el gobierno venezolano, ha reforzado constantemente el discurso de que Venezuela es una "amenaza" para la seguridad regional.

En su más reciente declaración Machado afirmó, sin pruebas, que Venezuela tiene la capacidad de fabricar drones de combate de origen iraní, una acusación tan infundada como peligrosa, que evoca paralelismos con el famoso caso de "Curveball" y la invasión a Irak en 2003.

Aunque más tarde se descubrió que este testimonio fue falso, la manipulación ya había sido suficiente para justificar la invasión. La narrativa se construyó y, con ella, se impulsó la intervención, que resultó ser devastadora.

De igual forma Machado, al igual que Marco Rubio, se ha alineado con esta maquinaria de desinformación, la cual ha contribuido con la construcción de un relato que justifique una intervención.

La patraña, aunque desconectada de la realidad, es aprovechada estratégicamente para crear el "evento chispa", el cual pueda captar la atención de la administración de Trump y presionar para que priorice la agenda enfocada en Venezuela. Estos conatos de conflicto de manera aglutinada se utilizarían como justificaciones con vistas a presionar a Washington a que tome medidas más duras contra el país.

La lógica detrás de esta operación es clara: si Venezuela se presenta como un enemigo regional, el gobierno de Estados Unidos, especialmente bajo el gobierno de Trump, se vería más inclinado a considerar Sudamérica y el Caribe como un punto clave para su política exterior y la necesidad de tomar medidas contra el país.

Este tipo de operación mediática y psicológica tiene como fin normalizar la idea de que Venezuela es una amenaza real para la seguridad internacional. Una vez que esta percepción se haya asentado, se abrirían las puertas para sanciones más severas, apoyo militar o incluso una intervención directa. El objetivo es que la Casa Blanca, respaldada por un Congreso controlado por figuras como Marco Rubio, impulse resoluciones o proyectos de ley que recrudezcan la agresión contra Venezuela.

Esta dinámica no es nueva. La creación de una amenaza ficticia para justificar una intervención ha sido una estrategia recurrente en la política exterior de Estados Unidos. Recordemos la invasión de Irak en 2003, cuando el gobierno de George W. Bush utilizó el falso testimonio de "Curveball" para justificar una invasión militar basada en la amenaza de armas de destrucción masiva. Aunque más tarde se reveló que esas acusaciones eran falsas, la manipulación de la información ya había permitido que la intervención se llevara a cabo.

De manera similar, lo que comenzó como un relato de "defensa de los derechos humanos" en el caso de Venezuela se ha convertido con el tiempo en un pretexto para imponer sanciones ilegales y presionar por una intervención más directa. Desde 2014, Rubio y la oposición extremista venezolana han trabajado arduamente para construir el expediente necesario que presentara el gobierno de Nicolás Maduro como una amenaza, basados en la creacion de una narrativa que justificara medidas extremas, al igual que ocurrió con Irak.

El patrón se repite: primero se crea la amenaza, luego se presenta la evidencia manipulada y, finalmente, se usa esa evidencia para justificar una agresión contundente. Si la administración Trump logra convencer al Congreso de seguir adelante con nuevas sanciones y medidas más drásticas, el ciclo de intervención se repetirá, mismo guion imperial que tanto conocemos en el Sur Global.

La cadena de valor está transformando la economía venezolana

 

El encadenamiento productivo del sector construcción busca identificar puntos críticos en la cadena de suministro, además de promover la producción nacional de cemento, acero y madera

Venezuela ha sido sometida a una guerra económica sin precedentes desde hace más de una década, con un endurecimiento progresivo de sanciones internacionales lideradas por Estados Unidos. Estas 1 mil 28 medidas no solo han afectado el sector energético, principal fuente de ingresos del país, sino también el acceso a mercados internacionales, financiamiento externo, tecnologías esenciales y bienes estratégicos para la producción nacional.

89% de los venezolanos rechaza estas medidas impuestas ilegalmente, según la encuestadora Hinterlaces, lo que evidencia el impacto negativo que ellas tienen sobre la población civil.

La vicepresidenta ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, ha insistido en que "el objetivo de las sanciones es apoderarse del sector energético venezolano", a la vez que ha denunciado la clara intención por parte de la corporatocracia estadounidense de desestabilizar la economía para debilitar al Estado venezolano.

Frente a este contexto, el gobierno venezolano ha priorizado 13 motores productivos, una red de políticas orientadas a construir resiliencia económica mediante la sustitución de importaciones y el fortalecimiento de cadenas productivas nacionales. Para ello se han activado mesas de trabajo en diversos sectores industriales con el objetivo de articular factores locales y garantizar la continuidad productiva, aun bajo bloqueos externos.

El ministro de Industrias y Comercio, Álex Saab, ha liderado iniciativas claves como el fortalecimiento de estos sectores mediante mesas de encadenamiento productivo para consolidar alianzas globales y promover la integración regional. Asimismo, desde marzo pasado se activó el Comité de Comercio Exterior para impulsar la industria nacional, hecho que ha facilitado el acceso a insumos críticos y ha fomentado la exportación de productos terminados.

La consolidación de un modelo económico diversificado y sostenible se presenta como una respuesta soberana ante la agresión multiforme y el rentismo; para ello, la cadena de valor juega un papel central en la conformación de un tejido industrial competitivo.

En busca de la diversificación económica

El encadenamiento productivo se define como la integración de diferentes actores económicos —desde proveedores de materias primas hasta distribuidores— en un proceso de producción coordinado y eficiente.

La implementación de este concepto permite incrementar la competitividad de un sector al reducir costos, mejorar la calidad y generar valor agregado local.

En términos técnicos, se trata de establecer relaciones verticales entre empresas que producen bienes intermedios y aquellas que los transforman en productos finales.

Si, por ejemplo, las empresas nacionales se alimentan de insumos tecnológicos, repuestos, conocimientos o materias primas de otras, mayores o menores, esto haría menos costosa la producción manufacturera. Esta dinámica impulsa la innovación, mejora la productividad y reduce la dependencia externa, elementos fundamentales para cualquier proceso de desarrollo económico autónomo.

Para Venezuela, golpeada por décadas de monocultura petrolera y recientes bloqueos financieros, la articulación productiva representa una herramienta estratégica para avanzar hacia una economía diversificada. Al incorporar valor dentro del territorio nacional, se evita la fuga de divisas y se estimula el empleo calificado, la reinversión y la autonomía tecnológica.

Unificar potencialidades y fuerzas productivas no solo fortalece sectores estratégicos sino que también posibilita la conquista de nuevos mercados regionales e internacionales, algo crucial para un país como Venezuela, que busca romper su aislamiento comercial.

Un Estado propiciando oportunidades

En medio de las adversidades Venezuela viene implementando acciones concretas que reflejan el compromiso estatal con el desarrollo productivo interno. Entre otras destacan:

  • Activación del Comité de Comercio Exterior. Con el objetivo de revitalizar las exportaciones, importaciones estratégicas y facilitar el acceso a mercados aliados como China, Rusia, Türkiye e Irán, además de asegurar la llegada de componentes necesarios para la producción nacional.

  • Expo Metal 2025 (Motor de Minería e Industrias Básicas). Se propició el intercambio comercial y el sistema productivo integrado entre empresas básicas, más de 850 empresas y 30 países, mediante ruedas de negocios y alianzas estratégicas en minería, hierro, aluminio, dragado del río Orinoco, entre otros rubros.

  • Mesa en el sector constructor. Se instaló una mesa técnica para identificar puntos críticos en la cadena de suministro y promover la producción nacional de materiales básicos como cemento, acero y madera tratada.

  • Encadenamiento en el sector cerámico, vidrio y refractarios. Se impulsó una agenda integral que incorpora a proveedores locales de arcillas refractarias, hornos y tecnología asociada con vistas a disminuir la dependencia de insumos importados y aumentar la capacidad de exportación de productos terminados.

  • Feria "Hecho en Venezuela" en Türkiye. Con la participación de más de 200 empresas, se impulsaron las exportaciones venezolanas, la calidad y la diversidad de la producción nacional ante el mercado euroasiático para lograr nuevas oportunidades de inversión y comercio bilateral.

  • Incentivo al sector maderero. Se está desarrollando una política forestal sostenible que articula comunidades indígenas, cooperativas locales y empresas procesadoras, lo cual permite el aprovechamiento racional de los bosques y la generación de empleo rural.

Estas acciones representan un avance significativo en el camino hacia una economía menos vulnerable a los embates externos. A través de la integración productiva, Venezuela está construyendo un nuevo modelo que prioriza la soberanía alimentaria, energética e industrial.

"Hoy, más que nunca, es la economía"

De acuerdo con información oficial, el país proyecta un crecimiento industrial de 11% para 2025, lo cual sería un hito significativo si se consolida el modelo económico diversificado anunciado por el Ejecutivo. Las perspectivas del encadenamiento productivo en Venezuela requieren un esfuerzo sostenido en inversión, planificación estratégica y gobernanza institucional, por lo que el gobierno ha invertido esfuerzo para que así sea.

En junio pasado el presidente Nicolás Maduro pidió a gobernadores y diputados electos un refuerzo en la economía y la recuperación de industrias y campos, además de ofrecer respaldo a productores de carne, leche, queso, café, el sector porcino y a los agricultores. Aseguró que es crucial apoyar a los emprendedores en este contexto: "Hoy, más que nunca, es la economía".

Por su parte, la vicepresidenta Rodríguez ha señalado que Venezuela "sigue consolidando un modelo económico diversificado y sostenible", lo que implica superar el rentismo petrolero y apostar por la industria, la agricultura y el turismo como motores de desarrollo. Esta visión se alinea con la necesidad de construir una base productiva sólida capaz de resistir nuevas agresiones externas.

Sin embargo, persisten desafíos importantes como la modernización del parque industrial, la capacitación técnica de la fuerza laboral y la atracción de inversiones confiables. Además, el acceso limitado a tecnologías avanzadas y maquinaria especializada sigue siendo un reto a vencer para elevar la productividad a niveles competitivos.

Sin embargo, el avance en la cadena de valor muestra que es posible construir una economía más resiliente y justa, incluso bajo condiciones extremadamente adversas. El éxito de esta estrategia dependerá no solo de la voluntad gubernamental sino también de la participación activa de trabajadores, empresarios y comunidades organizadas en torno a la recuperación productiva de Venezuela.

En marzo pasado, el presidente Maduro clausuró la Expo Metal 2025 y además activó el Motor Minero y de las Industrias Básicas (Foto: CVG Ferrominera Orinoco)

El encadenamiento productivo no es solo una medida coyuntural frente a las sanciones, es también una herramienta estratégica para construir una economía diversificada y soberana. En un contexto marcado por la hostilidad internacional y la guerra económica, Venezuela apunta a repensar su modelo productivo desde lo local, integrando sectores claves y generando valor en cada eslabón de la cadena.

Este proceso, aunque complejo y lento, representa una alternativa real de desarrollo económico para el país. Si bien las sanciones siguen siendo un obstáculo importante, la apuesta por la creación de valor agregado demuestra que Venezuela puede construir su futuro desde dentro, con miras a una inserción más equitativa en la economía global

Misión Verdad

El eterno retorno del terrorismo transnacional contra Venezuela

 

El ministro Diosdado Cabello expone los planes terroristas promovidos por políticos de la oposición extremista (Foto: Telesur)

En rueda de prensa del 1.° de julio, el ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, reveló una compleja trama de conspiración internacional que, desde Colombia y con respaldo logístico de agencias estadounidenses, pretendía ejecutar atentados terroristas en territorio venezolano.

La operación, desmantelada por cuerpos de inteligencia del Estado, ha permitido la detención de múltiples actores implicados en una red criminal dedicada al tráfico de armas, planificación de atentados de alto impacto político y articulación de matrices falsas para justificar posibles agresiones extranjeras contra Venezuela.

Según explicó el ministro Cabello, esta estructura clandestina tenía como objetivo generar caos en el país en vísperas del proceso electoral municipal del próximo 27 de julio, replicando mecanismos de guerra híbrida y operaciones encubiertas promovidas históricamente por sectores de poder en Washington.

La operación encaja en una serie de acciones que el Estado venezolano ha denunciado como parte de una estrategia persistente de desestabilización, en la cual confluyen actores políticos de la extrema derecha local, como María Corina Machado y otros dirigentes opositores, con figuras del poder político colombiano y agencias extranjeras de inteligencia, en particular el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).

Traslado de explosivos a la capital

El ministro Cabello anunció la captura de Ender Yesid Gómez Soto, ciudadano colombiano cuya misión era introducir explosivos desde Colombia hasta Caracas, donde planeaba detonar cargas en instituciones públicas como el Consejo Nacional Electoral (CNE), el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el Fuerte Tiuna y la Embajada de Colombia.

El detenido portaba dispositivos capaces de activar detonadores eléctricos conectados a cargas de C4 mediante frecuencias radiales. Este tipo de tecnología, con capacidad para activar explosivos a más de tres cuadras de distancia, demuestra el grado de sofisticación de la operación.

Durante su testimonio, Gómez Soto confesó haber sido reclutado por otros ciudadanos colombianos identificados como alias Abel y alias El Flaco.

Según su declaración, recibió pagos para trasladar explosivos y ha estado involucrado en operaciones similares desde 2024, incluso transportando ciudadanos extranjeros, uno de ellos estadounidense, con intenciones de ejecutar atentados contra líderes políticos venezolanos.

"El día 9 de junio del presente año, alias Abel me contactó para trasladarle unos explosivos escondidos en una llanta de repuesto hasta Ureña (Venezuela), los cuales iban a ser entregados a alias el Flaco. Él los iba a trasladar hasta Caracas e instalar en el Fuerte Tiuna, en el CNE, en el TSJ, en la Embajada de Colombia ubicada en Venezuela y por esa misión me dieron la suma de 700 mil pesos colombianos", confesó Gómez Soto.

Las fuerzas de seguridad también detuvieron a otros ciudadanos implicados directamente con esta célula. Entre ellos destacan Eleomar Vargas, alias "Zacarías", y Marlon Meza, quienes portaban fusiles, granadas y teléfonos celulares con información comprometedora.

Las detenciones ocurrieron en operativos desplegados en Caracas, específicamente en Los Ruices, y en regiones fronterizas como el estado Zulia.

El propio Cabello advirtió que "no es solo una operación de narcotráfico, es una trama de conspiración, terrorismo y bandas que han perdido por completo los escrúpulos", añadiendo que se identificaron objetivos estratégicos como sistemas eléctricos, hospitales y embajadas como blancos de esta organización criminal.

El ministro venezolano indicó también que las autoridades han desplegado protocolos especiales en las zonas orientales del país, donde se presume la existencia de células dormidas.

"Todo lo que planea la extrema derecha tiene un fin: generar condiciones en Venezuela para que quien tenga las armas salga y con eso enviar un mensaje a Estados Unidos para que piensen que están haciendo algo y ver si consiguen un traidor a la patria", advirtió.

Asimismo, Cabello recordó que el gobierno venezolano ya había denunciado previamente que Iván Simonovis articulaba planes para provocar explosiones en hospitales y otros espacios públicos. En ese contexto, se incautaron explosivos y detonadores eléctricos en el estado Barinas.

El caso del científico

Dentro de las investigaciones en curso, el ministro Cabello informó sobre la detención de Armando José García Miragaya, ciudadano venezolano y exvicepresidente de Control de PDVSA en 2003. De acuerdo con los elementos presentados, García Miragaya, científico retirado, mantenía comunicación con funcionarios del FBI, a quienes habría suministrado información relacionada con ubicaciones estratégicas en el territorio nacional.

La misión del exfuncionario consistía en proveer coordenadas de infraestructuras críticas, como la refinería de Amuay en Falcón y zonas cercanas a la represa de Guri en Bolívar, para alimentar el expediente de una posible intervención extranjera.

La información enviada tenía como propósito reforzar las acusaciones infundadas de María Corina Machado sobre la supuesta existencia de "bases militares iraníes" en territorio venezolano, un argumento orientado a justificar una posible acción militar contra el país por parte de Estados Unidos o sus aliados.

Cabello fue enfático al señalar que el FBI no actúa de forma autónoma y que estas operaciones responden a una línea estratégica autorizada desde los niveles superiores del poder político en Washington.

Históricamente, el FBI ha participado en operaciones encubiertas fuera de Estados Unidos. Un ejemplo concreto de ello es la "Operación Intering", que trató de una campaña encubierta durante la Guerra Fría en la que el buró, mediante una red de intermediarios y fachadas, saboteaba tecnología enviada a la Unión Soviética.

Por su parte, la CIA era la agencia encargada de la entrega clandestina de armamento y apoyo a grupos en el extranjero, como en la Operación Ajax en Irán (1953) y en la asistencia a grupos anticomunistas en América Latina y otras regiones, complementando así el accionar coordinado de las instancias estadounidenses en intervenciones extranjeras.

"Esto no es una acción improvisada, es una operación encubierta estructurada con el fin de sembrar pruebas falsas que permitan legitimar un ataque a Venezuela", indicó el ministro.

La denuncia pública se produce en un contexto donde Venezuela ha venido alertando sobre intentos de desestabilización ejecutados en conjunto por actores locales, organizaciones criminales transnacionales y enemigos internacionales.

El ministro Cabello vinculó directamente a expresidentes colombianos, como Álvaro Uribe, Iván Duque y Andrés Pastrana, con las mafias del narcotráfico y conspiraciones contra Venezuela, destacando que sus acciones tienen por objetivo abrir corredores para el tráfico ilegal de armas y drogas con fines políticos.

Asimismo, señaló que un sector de la oposición venezolana continúa buscando provocar escenarios de caos en períodos electorales, como ya intentaron hacerlo durante las elecciones regionales y parlamentarias del 25 de mayo de 2025.

"Lo que buscan es mostrar que aquí hay una situación fuera de control para enviar señales al Departamento de Estado norteamericano y atraer una intervención internacional", reiteró Cabello.

El funcionario agregó que la operación continúa abierta, y que el Estado venezolano se mantendrá en alerta para prevenir cualquier nuevo intento de desestabilización.

Estas revelaciones, respaldadas por pruebas documentales y testimonios, refuerzan la denuncia sostenida por el Estado venezolano sobre la existencia de una estrategia internacional, promovida desde Washington, orientada a socavar la estabilidad del país: nada nuevo, a pesar de los métodos criminales para intentarlo. Se trata de una operación de largo aliento, donde convergen intereses políticos externos, redes delictivas transnacionales y actores locales alineados con la agenda de "cambio de régimen".

mision verdad

Venezuela comienza a exportar mucho más que petróleo


 

Durante más de un siglo la economía venezolana estuvo atrapada en la lógica del rentismo petrolero y la monoexportación, modelo que condicionó su desarrollo, debilitó la estructura productiva y profundizó su vulnerabilidad frente a los ciclos internacionales y, sobre todo, las agresiones externas.

No obstante, en los últimos años se observa un proceso de transformación progresiva orientado a diversificar la oferta exportadora y ampliar la inserción del país en nuevos mercados internacionales.

Cifras oficiales revelan que, solo en los primeros cuatro meses de 2025, las exportaciones no petroleras de Venezuela aumentaron 87,66% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Entre los productos más destacados se encuentra el ron, con más de 2 millones de cajas exportadas a más de 100 países, lo que representa 3% del PIB nacional.

Sector agrícola y acuícola

Este 23 de junio el presidente Nicolás Maduro informó sobre la exportación de productos del mar vía Asia, especialmente hacia China, en virtud de la pureza de las aguas venezolanas y de los estándares de calidad de las especies, que han permitido consolidar nuevos acuerdos comerciales en ese ámbito.

Se recuerda que el año pasado el ministro de Pesca y Acuicultura de Venezuela, Juan Carlos Loyo, firmó un protocolo comercial con China para enviar especies silvestres y de cultivo al principal mercado importador de este tipo de productos.

"Venezuela será uno de los únicos 15 países con permiso para exportar a China. Enviaremos camarones, pero también medusas y corvinas, entre otras especies", declaró el ministro Loyo en ese entonces.

Las exportaciones de productos del mar se han convertido en el principal sector exportador no petrolero.

Venezuela ocupa actualmente el décimo lugar a escala mundial como exportador de camarón, con una producción que se destina principalmente a mercados europeos como España, Francia, Países Bajos e Inglaterra, lo que refleja una ampliación de la base exportadora vinculada con la economía del mar.

De manera complementaria se han fortalecido los vínculos económicos con Türkiye, donde recientemente se celebró la feria empresarial "Hecho en Venezuela", destinada a promover productos nacionales, la oferta turística y a generar oportunidades para el intercambio comercial.

En el marco de esta iniciativa se concretaron acuerdos que incluyen la exportación de 3 mil toneladas de frijol chino, así como productos de mayor valor agregado como cacao, café y especies marinas.

Esto es resultado de que los programas de producción de semillas y las alianzas con actores campesinos han experimentado avances significativos, porque rubros como el cacao tienen presencia internacional no solo a través de la exportación del grano sino también mediante productos derivados de mayor valor agregado, como chocolate líquido y licor de cacao.

Según estimaciones del presidente de la Asociación de Industriales y Empresarios Independientes de Türkiye (Musiad-Venezuela), Hayri Kucukyavuzuna, estos acuerdos forman parte de una agenda bilateral que busca incrementar el intercambio comercial bilateral, que pasó de apenas 50 millones de dólares en 2018 a mantenerse actualmente entre 800 y 1 000 millones de dólares anuales.

"Nuestra meta para estos próximos 3 años es alcanzar los 3 000 millones", afirmó Kucukyavuzuna, cuestión que confirma el salto cualitativo de la oferta exportadora venezolana y el amplio potencial de expansión en el eje turco.

Reactivación de las industrias

En el ámbito de la industria, la Corporación Socialista del Cemento logró en marzo la exportación de más de 15 mil toneladas de cemento hacia diversos mercados internacionales.

El ministro de Industrias y Producción Nacional, Álex Saab, expresó que "hemos aumentado la producción de cemento en los últimos tres meses, lo que nos permite abastecer el mercado interno y reanudar las exportaciones de forma sostenible".

La exportación fue el resultado de un plan estratégico integral para optimizar los procesos de producción y fortalecer la cadena logística. Esto se desarrolla tras las recientes mejoras de infraestructura en el puerto Pertigalete, Anzoátegui, considerado ahora un punto clave para reactivar el comercio exterior industrial del país.

Asimismo, la empresa estatal Maderas del Orinoco ha reactivado exportaciones de astillas de madera hacia mercados como China y Asia Occidental, resultado de la optimización logística y la recuperación de la operatividad en el eje fluvial del Orinoco.

La recuperación de estas exportaciones corresponde con la alta demanda internacional de productos como el cemento y los insumos forestales, áreas en las que Venezuela cuenta con condiciones ideales para aprovechar nuevas oportunidades comerciales.

Comercio con Colombia

Desde la reanudación formal de relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia en 2022, el comercio bilateral ha experimentado una evolución sostenida que consolida la frontera como uno de los ejes económicos más dinámicos de la región.

El acuerdo firmado en 2023 entre los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro, que eliminó barreras arancelarias y sentó las bases para una Zona Económica Especial entre Norte de Santander y Táchira, ha comenzado a rendir frutos concretos en la balanza comercial binacional.

En el ámbito específico del intercambio con Colombia, los rubros más comercializados durante los últimos meses han sido fundición de hierro y acero, abonos, aluminio y sus manufacturas, combustibles y aceites, así como productos químicos orgánicos.

En el eje Cúcuta-San Antonio, epicentro del comercio fronterizo, se registra una reactivación sin precedentes tras más de siete años de cierre. "La actividad comercial de exportación/importación en San Antonio ha tenido un fuerte repunte", señaló Maximiliano Vásquez, presidente de Fedecámaras Táchira.

"La frontera estuvo cerrada por muchos años, y más de 60 agencias aduanales y hasta 30 almacenadoras estuvieron inactivas. Hoy han podido volver a trabajar gracias a la reapertura", dijo Vásquez. Esta reactivación ha generado efectos multiplicadores sobre el empleo, el transporte, la logística aduanal y la actividad empresarial en general.

También subrayó el potencial aun por desarrollar en esta relación bilateral:

"Colombia importa más de 60 mil millones de dólares del mundo y a nosotros nos está comprando apenas unos 6 millones el año pasado. Es decir, hay posibilidades de exportar hasta 100 veces más de lo que estamos exportando a Colombia en este momento".

La brecha evidencia el amplio margen de crecimiento para los productores venezolanos, especialmente si logran mantener estándares competitivos y afianzar la confianza en la institucionalidad comercial restaurada.

El repunte del comercio binacional no solo relanza zonas fronterizas que estuvieron paralizadas durante años sino que contribuye con estabilizar las economías locales y generar nuevas oportunidades de desarrollo en uno de los corredores estratégicos del continente.

Este balance permite afirmar que Venezuela ha comenzado, lenta pero acompasadamente, a superar las ataduras de la economía rentista y avanza en los planes estatales que delinean un modelo de inserción internacional basado en la diversificación, la soberanía productiva y el aprovechamiento de su potencial agrícola, industrial y marítimo.

Con el nuevo ciclo exportador, basado en la producción de bienes y el aprovechamiento de las capacidades internas, se marca un punto de inflexión histórico que pudiera estar desmontando progresivamente el viejo modelo económico.

Por mision Verdad