No necesitamos se expertos en artesanía para poder darnos cuenta de
nuestro destino en cuanto se refiere a la identidad que nos
caracteriza, tampoco necesitamos de técnicos o especialistas para poder
observar cómo van desapareciendo nuestras tradiciones y costumbres, lo
que simbólicamente nos identifica. Mientras esto pasa, los burócratas
del área pasan, por no decir pierden, el tiempo ideando propuestas y
proyectos; tales planes podríamos fácilmente denominar “bulto”.
Aunque nuestras costumbres y tradiciones han ido mermándose a
medida que el tiempo transcurre, aún se logran encontrar ciertos rasgos
que permanecen a través del tiempo y que de una u otra forma contribuyen
en la tenencia de nuestra identidad, en preservar nuestra memoria
cultural. Distintos y específicos son los puntos, donde de a poco, se
mantienen vivas algunas formas de expresión cultural que denotan nuestra
idiosincrasia.
Palmira es la capital del Municipio Guásimos, y es una de las
poblaciones más coloridas y pintorescas de los andes venezolanos;
después de San Cristóbal, Táriba y La Grita; Palmira junto con Capacho,
es el pueblo más antiguo del Táchira, en esta localidad se encuentra
ubicado, a 8 kilometros de San Cristóbal por la carretera Panamericana y
a 1 Kilometro de la Plaza Bolívar, el Corredor Turístico El Abejal, uno
de esos puntos concretos donde aún se muestran rasgos de nuestra raíces
culturales.
Las artesanías son actividades, destrezas y técnicas empíricas,
practicadas tradicionalmente por el pueblo, donde la cestería se
presenta como la manifestación más importante que muestra el municipio, y
constituye a su vez, factor principal en su economía. Su práctica es
muy antigua y sus técnicas de elaboración se han transmitido de
generación en generación. En el Corredor Turístico El Abejal se
especializan en la fabricación de cestas, cunas, petacas, entre otros
objetos elaborados a mano y utilizando como materia prima la caña
amarga, también conocida como “lata”, la cual se encuentra en lo más
remoto de las montañas de este municipio. Así como también destaca la
producción de tejidos y sombreros.
Los habitantes de esta zona comienzan sus actividades artesanales
en el mes de enero con la participación de los artesanos de la Feria de
San Sebastián que se celebra en San Cristóbal, ellos se preparan para la
elaboración de una carroza con la cual participan en el desfile, y
donde años anteriores han ocupado los primeros lugares. Continúan con el
22 de mayo “Día del artesano” ese día donan mercado a las personas de
escasos recursos económicos, se realizan diversas actividades,
igualmente festivales de música campesina, exposición artesanal,
actividades religiosas y culturales.
Desde hace más de 45 años que la señora Silvia Torres elabora
cestas, muñecas y adornos de “lata”, es una labor que realiza con pasión
porque “mantiene viva nuestras tradiciones”. En cuanto a la elaboración
destaca que una vez que se buscan los materiales en la montaña estos
deben procesarse, la caña se pela y se divide la varilla en varias
partes iguales, deben quedar bien delgadas y suaves, luego se ponen a
secar espacio de una hora y ya están listas para usar.
Por su parte José Emilio Delgado, presidente de la asociación de
artesanos de El Abejal de Palmira, se refirió al Centro Artesanal
inaugurado en diciembre de 2012 por el Gobernador Vielma Mora, “por fin
nosotros, los productores tendremos locales para ofrecer directamente a
quienes demanden nuestra artesanía. Como artesano y como presidente de
la Asociación Civil Artesanos del Abejal, estoy muy vigilante, atento y
comprometido porque quienes aspiren vender dentro del Centro Artesanal
Cultural el Abejal, sean netamente artesanos productores, los que
siempre han estado y están necesitando muchas cosas para mejorar su
calidad de vida.
Así mismo señaló que el centro artesanal trae numerosos beneficios
para los artesanos productores del municipio, “siempre hemos estado
veredas adentro, a veces olvidados, a veces tomados en cuenta,
realizando a diario el trabajo de la cestería a bajos costos para que
algunas personas que tienen sus ventas en el corredor turístico, es
decir los artesanos comerciantes, las vendan a precios de su
conveniencia”.
Por simple o compleja que parezca una artesanía, sería un error
apreciarla por su sencillez o compararla con otra más atractiva por su
acabado estético. Aparte del interés artístico por determinada pieza, lo
que cuenta es la identidad. Por eso nuestra artesanía lleva el sello de
país, en un mensaje espiritual transmitido por artesanos auténticos y
originales, inspirados en la esencia con etnias primitivas, fiel a
nuestras costumbres y tradiciones, como expresión genuina de la cultura
taina y respeto a nuestros antepasados.
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