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sábado, 14 de octubre de 2023

Un nuevo golpe sobre la mesa de las primarias

Recientemente, el candidato de Primero Justicia (PJ) para las primarias opositoras del 22 de octubre, Henrique Capriles Radonski, anunció a través de una carta su decisión de no continuar en el proceso a causa de la inhabilitación que pesa sobre él.

Más allá del "compromiso inquebrantable" que en su misiva dice tener con Venezuela y su futuro, la misma revela la profunda fractura interna existente en ese bloque opositor que, más allá de achicarse, pareciera ampliarse con mucha más fuerza ya no solo ante la realización de las primarias, sino para los eventos que posteriormente a ella se deriven.

Si bien no son secretos los profundos desacuerdos que históricamente mantienen los liderazgos de las oposiciones, en esta ocasión pareciera que se está disputando una estrategia, una narrativa y hasta un proyecto de cómo debería abordarse la relación con el gobierno nacional, todo esto en un marco donde la lucha entre los egos por cuotas de poder es crónica. Por ello esa apelación que hace de que el contexto actual "nos necesita a todos, sin mezquindades ni intereses personales".

El anuncio de Capriles enmarcado en este escenario profundiza y agudiza las fracturas de cara a nuevos pronunciamientos que se sumarían a las ya conocidas renuncias de las juntas electorales y miembros de la Comisión Nacional de Primarias, que podrían estar signando de manera definitiva la realización de las elecciones opositoras.

Días después del pronunciamiento del excandidato de PJ, Voluntad Popular (VP) decidió retirar la candidatura de Freddy Superlano a favor de la aspirante María Corina Machado de Vente Venezuela (VV).


 
Más allá de lo obvio

La frase "pongo mi candidatura a la primaria, a la orden de las bases que me eligieron en mi partido", más allá de señalar un paso al costado del candidato de PJ, característica de un liderazgo supuestamente "desprendido", podría estar señalando el camino para terminar de dinamitar otras candidaturas que, al igual que la de Capriles, no podrían dar certidumbre a los electores opositores de cara a las presidenciales de 2024, por las inhabilitaciones que pesan sobre ellos.

Más allá de condenar la inhabilitación, cosa que realiza en varios párrafos de la misiva, la misma expone y cuestiona la estrategia de otros candidatos que, estando en su misma situación, siguen apostando por la presión que lleve al levantamiento de las inhabilitaciones permitiendo la participación en las presidenciales de 2024.

Cuando Capriles afirma que "la discusión y el debate no puede ser mi inhabilitación", dejando en evidencia que las primarias podrían estarse usando para negociar cuotas de poder a costa de la escogencia de una personalidad que enfrente al candidato del chavismo.

Aquella frase da argumentos que permiten resituar la discusión, ya no en unas primarias ineficientes para la escogencia de una candidatura, sino en la construcción necesaria de un consenso de cara a una propuesta viable en términos electorales.

Esta visión choca con la narrativa de "hasta el final" de María Corina Machado, que presenta a las primarias como el acto de unción o coronación de un liderazgo opositor en el que se erigiría como única líder de ese sector (atendiendo a las encuestas de empresas ligadas a las oposiciones), desconociendo con ello lo diverso y amplio que es ese espectro político, al menos desde 2019.

Además, recuerda mucho al "vamos a Miraflores" durante los acontecimientos previos al golpe de Estado de abril de 2002 y que inauguró formalmente las vías violentas que han caracterizado el accionar de gran parte del espectro opositor venezolano.

Ciertos estudios que estarían validando la implementación de acciones violentas en torno al proceso de primarias; así, el Observatorio Venezolano de Violencia asegura que dos quintas partes (41%) de la población estaría dispuesta a protestar contra el gobierno, 37,8% asegura que protestaría si se impidiese la realización de las primarias y 42% dijo estar dispuesto a dar la pelea en la calle si el candidato ganador en las primarias no logra inscribirse en las elecciones presidenciales.

Con este enfoque, las primarias estarían siendo un globo de ensayo para reactivar la agenda de violencia política en el país, a la usanza de 2014 y 2017. Quizá por este motivo se observe una referencia constante, realizada por el líder de PJ, a que la salida de la situación actual debe ser a través de la participación política y electoral pacífica.

Ante ese escenario, el presidente Nicolás Maduro ha ordenado el despliegue de las Unidades Populares para la Paz (Uppaz) y el Consejo Especial por la Paz (Cepaz), anticipándose a posibles amenazas de desestabilización.
 

Sobre lo evidente

La carta no es un reclamo en contra de las inhabilitaciones, es un emplazamiento a María Corina Machado y a Freddy Superlano, ambos inhabilitados como Capriles, a asumir posturas racionales de cara a las elecciones primarias. Es una exigencia de construcción de un programa de consenso que permita representar al sector opositor más allá del liderazgo que lo asuma.

Aunque esa no sea la visión que tanto Capriles como su partido PJ intentan posicionar, es lo que se observa en las reacciones que critican la decisión del líder de la tolda amarilla. Él sabía que estaba inhabilitado desde el mismo momento de su inscripción para las primarias, pero en esa ocasión los argumentos de hoy no fueron sopesados ni valorados por el político.

Pero pensar solo en estos aspectos significa no querer ampliar el análisis ignorando lo evidente, en este caso enfocado en el debilitamiento del liderazgo de Capriles Radonski y PJ como opciones electorales reales para captar el voto opositor. A pesar de que muchas encuestas lo colocaban posicionado en segundo lugar, la distancia en relación con Machado era muy amplia.

Así, la inhabilitación sería la excusa perfecta para salirse de un proceso que le afectaba en lo inmediato, confiando que futuras negociaciones entre Estados Unidos y Venezuela pudieran modificar su estatus dentro del liderazgo opositor (incluyendo quizá un levantamiento de la inhabilitación que resulta muy lejano).

Y si la carta no especifica a quién apoyaría Capriles ni su partido, cosa que se ha evitado por completo a diferencia de VP (cuya agenda desestabilizadora siempre ha estado a tono con la de Vente Venezuela), PJ tiene una estructura que le permitiría a su candidato una movilización de cara a las primarias, aunque ello ya dejaría en entredicho la participación de la militancia en el mismo proceso pues quedó clara la negativa de apoyar a candidatos inhabilitados; eso sería entrar en una contradicción.
A pocos días de unas primarias sui géneris

Más allá de los problemas intrínsecos que tiene la realización de las primarias como un ejercicio electoral eficaz, sobre todo en lo relativo a los inconvenientes relacionados con la autoorganización que eleva las posibilidades de vulneración de seguridad del voto, del material electoral, de la seguridad física de los lugares que se usarán como centros electorales y de los mismos electores, la apuesta de un sector opositor sigue siendo su realización, a pesar de que del resultado no surja la o el candidato que están esperando obtener.

El debate que se generará el día después de las primarias giraría entonces en si se avanzará en la vía de la confrontación que apuesta por el lema "hasta el final" arriesgando y desgastando un capital electoral en una exigencia (levantamiento de la inhabilitación) que no sucederá o buscar caminos (complicados) que permitan sustituir la candidatura ganadora de las primarias, pero inhabilitada para participar en unas elecciones presidenciales.

Este escenario, al que se le debe sumar la existencia de otras candidaturas opositoras que no están incorporadas en la lógica poco transparente de las primarias, hace muy difícil la unidad opositora de cara a unas elecciones donde sus liderazgos parecen atender más a cuotas de poder e influjo en el antichavismo nacional e internacional que en llevar a cabo algún tipo de programa político serio ante el país.

Misión Verdad 

miércoles, 31 de mayo de 2023

Informe especial: ¿Quiénes deciden la política de EE.UU. sobre Venezuela?

 

El Complejo Militar-Industrial-Congresional-Inteligencia-Medios-Academia-Think Tank moldea, diseña y toma las decisiones en Estados Unidos

El repaso de la actividad de tres think tanks estadounidenses de alta factura, circulación e influencia dentro de los ámbitos de poder del gobierno estadounidense y del universo corporativo, en su quehacer y aproximación a Venezuela, revela que se está "produciendo" una línea de investigación, discusión y análisis en torno a Colombia y su relación con Caracas.

¿Hacia dónde pudiera encauzarse dicha relación? Los think tanks tienen esa pregunta en cuenta en todo momento. El asunto está sujeto, claro está, al rumbo que tome y las actuaciones que realice el actual gobierno de Gustavo Petro en Colombia.

EL LUGAR DE LOS THINK TANKS

A pesar de lo cacofónico, farragoso e incluso gracioso del acrónimo, el exanalista de la CIA y uno de los fundadores del grupo Profesionales Veteranos de Inteligencia por la Cordura, Ray McGovern, refiere a la estructura de poder que efectivamente moldea, diseña y toma las decisiones en Estados Unidos como MICIMATT, abreviatura en inglés del español "Complejo Militar-Industrial-Congresional-Inteligencia-Medios-Academia-Think Tank".

La abreviatura define en esencia lo que compone el llamado "Estado profundo": las estructuras de poder no electas que no dependen de los ciclos comiciales para gobernar, ejercer peso, presencia, definición y operatividad dentro del Estado norteamericano.

Así, desde esa sinergia, queda claramente ubicado el lugar de los distintos think tanks en el proceso de creación de políticas, luego implementadas por alguna instancia del poder formal —bien sea la rama ejecutiva o la legislativa—, y cómo, también, sus actores y promotores circulan por el resto de eslabones que establecen el circuito de las letras que componen el acrónimo de McGovern.

Existen muchas competencias o áreas de estudio y diseño de políticas que los caracterizan, por ejemplo uno de tradición en materia de defensa y con fuerte vinculación con el Pentágono: Rand Corporation, desde donde pueden detectarse algunas recomendaciones y procedimientos que luego se emplean en teatros de operaciones o en el enfoque analítico que establecería el estado mayor conjunto del ejército o la burocracia de la Casa Blanca. En esencia, cuenta con los mismos esquemas de financiamiento y sistema de relaciones que cualquiera de los de alto nivel, pero ese se limita a dicha área de experticia.

Aparte del Rand, los de mayor prestigio, tradición e incluso longevidad se enfocan principalmente en política exterior y sus distintos campos conceptuales como comercio, energía, derechos humanos, migración y relaciones bilaterales —entre países particulares y Estados Unidos— o sobre la acción multilateral en los distintos foros políticos o comerciales.

Puede que en tal materia las organizaciones decanas en Estados Unidos sean el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés) fundado en 1921 y el Brookings Institution fundado en 1916.

Pero existe una "camada" que emergió tras el orden de postguerra a mitad del siglo pasado —otra forma de ponerlo sería en el marco de la Guerra Fría— que de suyo ha estructurado una tradición y un patrón de influencia, la cual en cierta medida, al igual que el CFR, se asume como no partidistas (non partisan) pero que en su propio reflejo ideológico, también como en gran medida el CFR, expresa la visión liberal que permea hoy en día la perspectiva de mundo generalizada dentro de los laberínticos pasillos del MICIMATT en Washington.

Los ejemplos más descriptivos de esto último podrían ser el Center for Strategic and International Studies (Centro para los Estudios Internacionales y Estratégicos, CSIS por sus siglas en inglés), el Atlantic Council (Consejo Atlántico) y el Woodrow Wilson International Center for Scholars (Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson —mejor conocido como el Wilson Center—.

Más a la derecha se encuentran también formaciones representativas como el American Enterprise Institute (AEI) o el Hudson Institute, por lo general explícitamente al servicio del Partido Republicano, por nombrar, junto a los de más arriba, los que tal vez representan el cúmulo principal y más conspicuo.

Sobre Venezuela han venido ocupando un sitial significativo en los últimos años, precisamente, los tres mencionados en el penúltimo párrafo. Que bajo una administración demócrata, como ahora, prevalezcan esos sobre los otros pone en entre líneas, precisamente, el presunto carácter "non partisan".

VENEZUELA POLICY MAKING

El CSIS, el Wilson Center y el Atlantic Council de diversas formas han puesto especialmente en la mira a Venezuela estos últimos años. Vale decir que ostentan sendos programas de estudios regionales —es una marca habitual— de todo el globo, por lo general alguno de sus fellows, invitados o especialistas de planta abordan algún elemento de interés coyuntural, en materia electoral o de recursos en el que glosan el tema específico sin mucha más consecuencia en lo inmediato, al menos en apariencia.

Sin embargo, desde el inicio del "ciclo Guaidó" hasta nuestros días, con énfasis durante el "interinato", varios indicadores parecieran señalar un especial rol o interés de estas formaciones en el caso Venezuela.

Esto podría obedecer a varios patrones, pero uno de ellos es disponer, bajo la misma mecánica del MICIMATT, y suplir líneas de acción a la aproximación que ha tenido la actual rama ejecutiva, de suyo errática, sobre Venezuela. A su vez, una explicación la podría ofrecer la lógica implícita que representaba Guaidó, primero dentro de la campaña de "máxima presión" que caracterizó los últimos años de la administración Trump y, en segundo lugar, la disonancia extrema que en sí mismo representa el “proyecto Guaidó” en la armonización del "orden basado en reglas", el mantra totémico no sólo de la actual administración sino de la propia visión de mundo del orden liberal, o de cómo se arrea el burro imperial en el actual contexto.

Otro elemento, no sólo respecto a Venezuela sino a la región, podría ser la correlación política regional, muy distinta al consenso de restauración que imperó desde 2015 hasta 2020, es decir más o menos desde la victoria electoral de Macri en Argentina a finales de año —junto a la debacle electoral en Venezuela en las legislativas— hasta, quizás, el retorno a la democracia en Bolivia.

Hoy en día este punto se acentúa luego de que el año pasado sujetos regionales de peso como Colombia y Brasil, palabras más palabras menos, también cambiaron de signo político —un desarrollo sobre esto se presenta más adelante—. Atrás queda el consenso operativo que significó respecto a Venezuela, y en cierta medida y por extensión a Cuba y a Nicaragua, lo que aglutinó el Grupo de Lima como instancia "multilateral" capaz de otorgarle esa cobertura a la regionalización de las acciones de cambio de régimen contra Caracas.

Sobre el plano energético de Estados Unidos, mas no de Venezuela, ejerce un peso específico —que insta a ejercer una nueva mirada— el evento de mayor incidencia global en lo que ha ido de 2022 y 2023 con sus respectivas reverberaciones: la guerra en Ucrania y la inyección de esteroides al régimen de "sanciones" contra la Federación Rusa que, a su vez, ha puesto en jaque la propia dependencia energética transatlántica.

Una revisión somera de la producción de estos tres think tanks labra algunos puntos mínimos consensuales que, al mismo tiempo, son expresados por la propia Casa Blanca, a saber: el reconocimiento del fracaso de las vías disruptivas para efectuar el cambio de régimen, el reconocimiento del principio de la vía electoral como mecanismo para instrumentar ese "cambio" y "transición", el foco específico sobre migración y "crisis humanitaria" —junto con las formas especulativas para soliviantarlas—, los distintos papeles de los sujetos de la "sociedad civil" como refuerzo de los desvencijados partidos y, por último, al menos abrir el compás de la discusión sobre la función y efectividad de las medidas coercitivas unilaterales.

Inevitablemente esto conduce hacia el intento de reencarrilamiento en función de situaciones realmente existentes, como los diálogos en México, uno de los puntos fundamentales para establecer, a despecho de las diferencias entre los distintos grupos y "especialistas", la interlocución gobierno-oposición.

Otros elementos confluyen: lo que estos tres think tanks entienden por oposición —fundamentalmente el G4, en particular los más devaluados por los fracasos de la "máxima presión"—, la no modificación sobre la representación del gobierno venezolano y el presidente Nicolás Maduro como dictadura, y realzar a modo de causantes de la crisis más la mala administración, el autoritarismo y la corrupción dejando, dependiendo del caso, en un segundo o segundísimo plano la responsabilidad de las "sanciones" en el deterioro económico, financiero y comercial de la República Bolivariana.

Este es el marco dentro de donde operan las tres instituciones estudiadas para este informe.

IMPACTO, INCIDENCIA, INTERROGANTES

Sosteniendo la premisa de lo errático de la aproximación en política exterior de la administración Biden con Venezuela, y adoptando como punto definitorio la urgencia energética producto de la guerra, en algunos casos las recomendaciones explícitamente se enfocan sobre el qué hacer en cuanto al petróleo y gas venezolano y los intentos de reinserción dentro del mercado; en otros, sin reconocerlo, se fortalece la necesidad del pretendido "cambio de paradigma".

Ejemplo de esto último es la manera como se signó un contrapunto entre el esquema de recomendaciones y el análisis de situación que presentó en diciembre el Wilson Center y la "hoja de ruta" que estableció "buscando un rumbo distinto" en el cual se establece con precisión el marco descrito en el apartado anterior. No obstante, a pesar del cambio del lenguaje y los significantes, por el modo de comprender el lado del gobierno y el chavismo queda claro que lo de "cambio de paradigma" no es más que un recurso de óptica y decoración.

Pero el cúmulo de palabras claves y campo conceptual que ahí se establecía parecía, al menos hasta finales de marzo, reproducirse en el modo de aproximación indirecta que se vertebraba en torno a la "agenda de conflicto" del momento, cuando las instancias gremiales prevalecían sobre las partidistas tradicionales, toda vez que parecía sugerirse que o bien mediante las primarias o bien a través de eso mismo se lograría recobrar cierto grado de entidad e incidencia, y también se abría la posibilidad de la aparición del llamado outsider si fracasaba la recomposición de los partidos de preferencia para Estados Unidos, sean Demócratas o Republicanos.

Sin embargo, estrictamente sobre el plano político, la aparente armonización entre el producto del Wilson y lo que venía ocurriendo en la política nacional venezolana y su relación con Estados Unidos pareciera haber sufrido un desvío, que más bien planteó un viraje, tanto en la atención como en el modo de actuar. Respecto a lo primero, la jornada anticorrupción gobierno adentro sencillamente borró del panorama cualquier otro expediente del momento, planteando la interrogante de hasta dónde, en realidad, los movimientos reivindicativos en torno al salario gozaban de, digamos, energía orgánica para existir.

Luego, en el plano de las relaciones internacionales, un nuevo enfoque que se alejó del suspenso de los elementos alrededor del diálogo y la negociación en curso, la impronta política de 2022, a partir de los resultados indirectos de la conferencia sobre Venezuela que tuvo cita en Colombia en abril.

Si el Wilson Center tuvo un rol, pudiera decirse, "protagónico" en la esfera de "thintanklandia" en el primer trimestre, mucho de la discusión pública, conclusiones y recomendaciones comenzó a pasar después principalmente a través del propio Atlantic Council.

Da la impresión de que la vía principal de entrada en el aumento del perfil y atención se debe principalmente al cambio de gobierno en Colombia y la ruptura de estabilidad en materia de obediencia absoluta que ha signado las relaciones entre Washington y Bogotá.

La llegada de Gustavo Petro al Palacio de Nariño de suyo despierta atención y no menos inquietudes a pesar de que, en líneas generales, no se trata de una radicalidad alarmante, aunque sí lo sea dentro del contexto político colombiano.

La principal controversia o punto de ansiedad para Estados Unidos, a todas luces, es la relación con Venezuela, y dentro de eso el proceso de normalización y —pecado capital— de cooperación y colaboración entre Caracas y Bogotá.

Esto pudiera explicar el fichaje de Geoffrey Ramsey como Senior Fellow en sus filas el pasado 6 de marzo. "Especialista" emergente, uno de sus méritos fundamentales es "controlar" una materia de estudio con un nivel por encima de la media de interés, involucramiento y constancia, algo que poco tiene de mítico y más de nicho en un mundo de expertos: no más que el esfuerzo burocrático de ser de las tres personas con habilidades para comunicar que ha estudiado a Venezuela en el "mercado" MICIMATT.

Previamente jugando para WOLA, en segunda división, y montado sobre la ola del surfeo think tanker, se consolida como referencia entre los pocos estudiosos sobre Colombia y Venezuela en la anglósfera. Que no el único, pero uno que ha tenido cámara, es de una nueva camada y continuamente ha promovido una posición moderada, pragmática, pronegociaciones, a favor de la aproximación de Estados Unidos hacia Venezuela desde una perspectiva "no ideológica".

Aquí no hay puntada sin dedal. El Atlantic es oficialmente el centro de pensamiento de la OTAN, Colombia uno de los "socios globales" de la alianza, y Bogotá la principal vía de penetración para incidir en la política venezolana sin las regulaciones estrictas de lo formal; o así había sido hasta la llegada de Petro y su, ahora, gabinete "en batalla".

Por todo lo antes mencionado la explicación intuitiva menos complicada sobre estos movimientos también puede relacionarse con las ventajas operativas que el propio Atlantic Council tiene en tanto a formato de producción de contenidos —más sintetizados, conferencias y discusiones audiovisuales breves y continuas— con un alcance y proyección superior al propio Wilson Center.

La visita de Petro a Estados Unidos el 20 de abril, y las acciones de su gabinete en los días subsiguientes, en particular de su canciller Álvaro Leyva Durán, coinciden con el aumento de ritmo que se sugiere de la "producción de ideas" y discusiones sobre Venezuela pero, sobre todo, del papel de Colombia respecto a Caracas como un conducto de importancia de las propias políticas de Washington.

Es en el marco de esa visita que el Atlantic crea el Grupo de Asesoría Colombia-Estados Unidos. Claramente, el vacío que hay sobre Venezuela en materia de una política establecida por las instancias de relaciones exteriores del gobierno estadounidense ya era extensivo a Colombia desde los tiempos del propio Iván Duque donde, al igual que con Venezuela, parecía prevalecer la inercia frente a otro actor político de la región que se involucró profundamente con los desmanes de la administración Trump. Lo errático también afecta lo que ocurre en la zona neogranadina. Y con Petro, al menos en principio, lo incierto.

Que el CSIS también maneje una aproximación similar, pragmática, pronegociación, "no ideológica" en busca de soluciones, operando también sobre la admisión implícita del fracaso en el modelo "máxima presión", sobre todo en los últimos dos años de una forma constante, más que describir un esquema competitivo alude al consenso relativamente general en política exterior sobre la presunta necesidad de "renovar".

El CSIS asumió en años anteriores una posición notablemente beligerante, a tono con el espíritu de época que antecedió al actual, cuando hasta a puertas cerradas se analizaron y discutieron las opciones militares contra Caracas.

Y en este punto es factible decir que la confluencia en el abordaje de estos tres grupos de pensamiento de alto nivel no refiere exactamente a un asunto de competencia sino a un consenso inevitable con un trasfondo geopolítico que, principalmente, toca puntos existenciales de Estados Unidos.

Esto, además, viene acompañado de un reflejo estructural dentro de la lógica organizativa y de participación tanto del Atlantic Council, el CSIS y el Wilson Center: Los programas de estudios e instancias asesoras. Tanto el CSIS como el Atlantic Council, dentro de sus respectivos programas regionales, ostentan distintos grupos exclusivamente dedicados a Venezuela y, en el caso del Atlantic, ahora Colombia. El CSIS, dentro del Programa de las Américas, cuenta con la "Iniciativa para el Futuro de Venezuela", mientras que el Atlantic Council, bajo el paraguas del Adrienne Arsh Latin American Center, tiene el Grupo de Trabajo para Venezuela y el programa de becas de estudio Venezuela Transatlantic Fellowship, que hasta ahora ha otorgado dos ediciones.

Ya en este punto se puede desprender una clave esencial del universo de los think tanks y el circuito en esencia endogámico del MICIMATT. En las tres formaciones se reúne una serie de académicos —en su mayoría grises—, operadores políticos estadounidenses de las instancias de decisión de poder y, en particular, políticos devenidos en académicos o propietarios de ONG, a quienes incluso podemos encontrar en dos think tanks al mismo tiempo.

Tomemos por caso José Ignacio Hernández, el "procurador" del "interinato Guaidó": es fellow del Growth Lab y el Centro para el Desarrollo Internacional de Harvard pero, a la vez, afiliado tanto al Grupo de Trabajo para Venezuela del Atlantic Council como a la Iniciativa para el Futuro de Venezuela del CSIS.

Por otro lado, el Venezuela Transatlantic Fellowship reúne a miembros de gabinete o staffers del Congreso y del Senado estadounidense y del Parlamento Europeo. En el centro de este proyecto está la "cooperación transatlántica" para "promover una comprensión más profunda de la compleja crisis venezolana" además de "identificar políticas orientadas a la acción que pueden abordar los asuntos más resaltantes en torno a la crisis".

La programación de la Iniciativa del CSIS pone en una lista los objetivos de su trabajo, entre ellos:

  • Una hoja de ruta para las negociaciones en Venezuela.

  • Violencia e inseguridad frente a la presencia creciente de actores no estatales.

  • Desafíos geopolíticos en aumento propugnados por actores externos que mantienen el régimen de Nicolás Maduro.

  • Afrontar la degradación ecológica causada por la quema de gas y la minería ilegal.

  • El papel del sector petrolero en la degradación económica de Venezuela y su reconstrucción.

  • Mejorar la efectividad de la asistencia humanitaria a los migrantes venezolanos en los países vecinos y atender la crisis humanitaria que se desenvuelve en Venezuela.

  • Promover el involucramiento político de la juventud y las mujeres dentro de una transición democrática.

  • Los efectos y el futuro de las "sanciones" internacionales sobre Venezuela.

"El Grupo de Trabajo de Venezuela (VWG) es uno que informa a los políticos en los Estados Unidos, Europa y Latinoamérica sobre cómo avanzar en una visión a largo plazo y hacia políticas orientadas en acción para albergar estabilidad democrática en Venezuela. El VWG es parte de la programación continua del Centro Latinoamericano Adrienne Arsht, el cual promueve la restauración de las instituciones democráticas a través de una campaña sostenida, centrada en lo humano y que apunta hacia una resolución democrática a la crisis política liderada por la propia Venezuela", enuncia el propósito del VWG.

Lo anterior se completa con que sus miembros provienen de "contextos diversos, redes globales y un dominio profundo para enfrentar los asuntos más desafiantes en torno a una política sobre Venezuela, en niveles tanto domésticos como internacional".

Estos, también, son los tópicos centrales de los principales informes y debates que en los últimos dos años, pero con particular énfasis en 2022 y 2023, produce con otro temperamento estilístico el propio Wilson Center.

Las confluencias lexicales, de intenciones y propósitos claramente no son casuales y, además, comparten el mismo campo semántico de otras instancias del sistema, como por ejemplo la NED, la Usaid y la portavocería del Departamento de Estado y la Casa Blanca. No es coincidencia.

EL NICHO Y LA INCUBADORA

Hasta aquí pueden establecerse las líneas de "pensamiento" y moldeado político que luego se elevarían a instancias de toma de decisión, sobre todo en estos tiempos cuando, se insiste, Estados Unidos al menos respecto a Venezuela no ha logrado establecer una política de continuidad desde 2021 hasta mediados de 2023, con un nuevo cambio de tono y de seña que hasta cierto punto llega a desdecir lo que han planteado en mayor o menor medida los distintos productos, a excepción del uso de la presión mediante "sanciones" contemplado por prácticamente todos.

Fuera de eso, al realizar un acopio de la mayoría de nombres de los distintos fellows e invitados venezolanos recientes se puede desprender otra lógica, incluso otra mecánica a partir de la función y lugar de este eslabón del MICIMATT.

El VWG del Atlantic además de tener nombres, digamos, notables como el de Douglas Farrah —autor de la tesis del gobierno bolivariano como una empresa criminal— o personeros del mundo de la academia y los circuitos financieros como Francisco Monaldi, se encuentran nombres que ofrecen otro "timbre" a la composición de estos grupos.

Ricardo Patiño, Leopoldo Martínez y Adriana D'Elia (Primero Justicia); David Smolansky, Miguel Pizarro, José Ignacio Hernández (Voluntad Popular) y "funcionarios" del gobierno paralelo de Guaidó son alguno de los nombres que "engalanan" este grupo, habida cuenta de que al menos Smolansky y Pizarro no son exactamente luminarias o voces académicamente consistentes para hablar sobre nada pero que, no obstante, a la espera de mejores oportunidades políticas incuban dentro del sistema.

De manera similar la "iniciativa" del CSIS cuenta en su haber con figuras como Gerver Torres, pero también Alexandra Winkler y Moisés Rendón, ambos bien engranados dentro del aparato circulatorio de "thinktanklandia". La primera es la adjunta de Smolansky en El Hatillo —además es coautora de la mayoría de los trabajos junto a quien preside la iniciativa y el propio programa, Ryan Beck—, mientras que Rendón pertenece a la órbita de María Corina Machado. Verdaderos "aparatchiks" de los grupos políticos derrotados en los distintos ciclos disruptivos de cambio de régimen que hubo entre 2014 y 2019.

Además de esto Leopoldo López, ahora presunto animal de la fauna oenegera, también tuvo —breve e inestable como todo en su carrera— su propio fellowship en el Wilson Center, toda vez que da discursos ora como representante de ONG de maletín en Ginebra, ora "experto" sobre Venezuela en el Hudson Institute.

Aún más: Juan Guaidó tras su salida sin gloria de Venezuela recibió aire y electroshock a su entidad, precisamente como orador invitado por el Wilson Center, junto con otro "aparatchik" de la talla de Mark Green y el exembajador William Brownfield, quien por su parte es fellow senior del Wilson y asesor senior de los afiliados "no residentes" de la Iniciativa para el Futuro de Venezuela del CSIS. Hablemos de políticas de puertas giratorias.

En resumidas cuentas, esta panorámica ya puede preliminarmente concluir que tanto en la "producción de ideas", con distintos grados de seriedad y rigor académico —del Wilson Center hacia abajo—, todas estas agrupaciones dentro de la burocracia extrema de los think tanks de la calle K de Washington D.C. siguen siendo, básicamente, aparatos de influencia y enunciación del discurso —no importa cuán repetitivo sea esto—. Al final los tres ostentan más o menos los mismos financistas, capaces de pagarles a los distintos mariachis la misma canción.

Visto así cobra un nuevo sentido la creación justo ahora del grupo de asesores para Colombia en el Atlantic Council, cuando el gobierno de Petro comienza a enfrentarse a su primera prueba de alto voltaje en materia de política interna, y el logro fundamental —y tal vez único— que significó la Conferencia sobre Venezuela giró en torno al reconocimiento hacia el gobierno venezolano y a la presidencia de Nicolás Maduro —con Juan Guaidó saliendo por la puerta de la cocina de la historia por enésima vez— y para consolidar el consenso de que las medidas coercitivas unilaterales no son parte de la solución y deben levantarse, así ciertas condiciones apliquen.

De este modo, con bombos y platillos el día cuando se inauguró el grupo para asesorar en las relaciones Colombia-Estados Unidos con el canciller Leyva Durán podrá ser muy vistoso pero se trata, a las primeras de cambio, de un presente envenenado.

No es tan descabellado predecir que de prevalecer Petro y, por lo tanto, ingresar en nuevos estadios en los que le tocará enfrentar a las "furias de la historia" de su propio país —el choque entre el orden nuevo y el ancién regime, ese grupo pase a ser otra arma dentro del arsenal.

Pero, aún más, de confirmarse este pronóstico, así sea parcialmente, no es de sorprender que ahora sea de forma explícita el abordaje hacia Colombia junto con Venezuela, bajo la misma forma en que se concibió lo regional en casos como Afganistán y Pakistán (AfPak) o Siria e Iraq (Syriaq), muy del gusto de la lógica neoconservadora que de suyo medra detrás del envoltorio liberal en positivo que hasta ahora se ha podido glosar.

En resumidas cuentas, difícilmente puede entenderse la interacción de estos grupos como un asunto de competencia más allá de un nivel superficial y que, por el contrario, sus propios mecanismos internos y sus propósitos de agenda política, aunque laberínticos, se retroalimentan y establecen sinergias en un momento cuando Estados Unidos —y la eurósfera— sufre una crisis de sobreproducción de élites, mal síntoma en el mediano plazo para el mundo transatlántico.

miércoles, 29 de marzo de 2023

El día en que un piloto mexicano pronunció un ‘mensaje extraterrestre’ en pleno vuelo

 La historia de Rafael Pacheco es una de las más extrañas ocurridas en México que tendrían supuesta relación con seres de otros planetas.

Rafael Pacheco Pérez era alumno de la Escuela de Aviación México. El 21 de junio de 1976 sobrevolaba la zona de Chimalhuacán, Estado de México a bordo de la avioneta XB-ZOX cuando los radares dejaron de captarlo.

Una hora después, la nave reapareció de manera inexplicable en los radares de otro destino: el puerto de Acapulco. Sin embargo, esto era extraño: llegar hasta dicho destino le habría llevado unas tres horas en total, tomando en cuenta el modelo de la avioneta.

¿Qué ocurrió en esa hora perdida y cómo fue que el joven piloto llegó hasta Acapulco en tan poco tiempo? A estas incógnitas hay que sumarle la que quizás sea la parte más extraña y siniestra de esta historia. Probablemente en un estado de trance, Pacheco Pérez pronunció un mensaje indescifrable en su significado que quedará por siempre en la memoria.

Rafael Pacheco Pérez piloto mexicano
Rafael Pacheco Pérez, piloto mexicano.

El extraño mensaje de Rafael Pacheco Pérez

“Él está hablando porque así se le ordena, es decir, esta es su voz, él está hablando pero no por su propia voluntad. Lo estamos utilizando a él como si fuera… sí, lo estamos utilizando como un micrófono.

“No importamos mucho, ni de dónde somos, ni de dónde venimos, básteles saber que nosotros somos seres de este universo al que ustedes pertenecen. Nuestro planeta está a muchos años luz, pero eso lo vuelve a repetir antes que parezca confuso: nosotros somos físicamente iguales a ustedes, les vuelvo a repetir que todas las razas del universo somos físicamente iguales.

“Ustedes no están solos en el universo y hay otras razas que estamos alejando de ustedes pero los estamos observando”, en este punto aparentemente concluye el mensaje.

La recepción del mensaje

Este mensaje misterioso e incluso escalofriante fue recibido a través de la frecuencia 123.45 megahertz por el controlador de tráfico aéreo Carlos de Kretschy, quien rápidamente dio aviso a las autoridades.

Cuando el joven piloto tocó tierra, lo recibieron autoridades policiales y de salud, quienes lo llevaron al Centro de Salud de Acapulco para analizar su estado físico. De manera sorpresiva, se dieron cuenta de que no había ingerido ninguna sustancia que pudiera alterar su mente o lucidez.

Un técnico de Aeroméxico analizó el estado de la avioneta y se dio cuenta de que traía casi la totalidad del combustible, algo extraño tomando en cuenta que el viaje desde el centro del país hasta Acapulco lo hubiera consumido casi en su totalidad.

Acerca de lo ocurrido hay constancia de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), así como de diversos medios de comunicación que retomaron la historia en su momento.

A Rafael Pacheco lo entrevistaron diversos periodistas para conocer su versión de los hechos. Dijo que no recordaba nada de lo ocurrido y se negaba a aceptar que los seres que lo poseyeron fueran buenos. De lo contrario, no hubieran perjudicado su carrera como piloto aviador.

“No recuerdo nada, solo sentí que tenía sueño y que estaba a punto de dormirme”.

Hoy se sigue recordando la historia de Rafael Pacheco Pérez como una de las más extrañas ocurridas en México que tendrían supuesta relación con seres de otros planetas. El misterio nunca fue resuelto.


viernes, 24 de marzo de 2023

Cómo Irán ayudó a la reactivación de la refinería El Palito

 


En declaraciones del día lunes 20 de marzo el ministro de Petróleo iraní, Yavad Oyi, informó que Irán suministró 2 millones 800 mil piezas de repuesto a Venezuela con la meta de volver a poner en funcionamiento la refinería El Palito, paralizada tras las "sanciones" de Estados Unidos.

"El procesamiento [de petróleo] en la refinería El Palito de Venezuela, que había llegado a cero tras el retiro de Estados Unidos [del país latinoamericano], alcanzó los 100 mil barriles por día gracias al suministro por las industrias iraníes de 2 millones 800 mil piezas que necesitaban", dijo el funcionario, recoge HispanTV.

La producción petrolífera en El Palito, agregó el ministro iraní, aumentará a los 140 mil barriles por día (bpd) en los próximos meses.

"Estamos activos en el extranjero y construimos la refinería El Palito en Venezuela, y parte de su petróleo se exporta desde Irán", detalló.

En mayo de 2022 una unidad de la Compañía Nacional Iraní de Petróleo (NIOC, por sus siglas en inglés) rubricó un contrato de 116 millones de dólares con PDVSA para arreglar y ampliar la refinería El Palito, ubicada en el estado Carabobo.

Operación contra la corrupción es "una oportunidad para construir lo nuevo"

 


Desde los meses de octubre y noviembre del año pasado el presidente Nicolás Maduro ha estado dirigiendo investigaciones para detectar y desmantelar grupos de corrupción incrustados en los aparatos económico, judicial y político de Venezuela. En la operación participa la Policía Nacional Anticorrupción y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), los cuales cuentan con la colaboración del Ministerio Público y la Contraloría General de la República.

Los primeros resultados se dieron a conocer de manera pública en el transcurso del mes con las detenciones de funcionarios que ostentan cargos importantes en el sistema judicial, en Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y en la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), acusados de formar parte de las mafias de corrupción.

El 20 de marzo, en horas de la noche, el jefe de Estado venezolano hizo una alocución para explicar la operación en curso y ofrecer su reflexión al respecto. Estaba acompañado de los 20 integrantes del buró político ampliado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

En principio, el presidente Maduro confirmó que esta nueva etapa de la lucha contra la corrupción en Venezuela está llevándose a cabo con la presencia de la alta dirigencia política del Gobierno, y que se trata de un primer avance que estará seguido de otras acciones hasta llegar a "la raíz misma para desmembrar todas estas mafias que hemos descubierto con las manos en la masa".

Lo central de su discurso estuvo en ubicar el flagelo de la corrupción como un comportamiento estructural, vinculado con las prácticas del capitalismo y en detrimento de la cual la Revolución Bolivariana se presentó como una alternativa, lo que debe seguir así.

"Nuestra revolución nació como una respuesta a la descomposición moral del antiguo régimen de la Cuarta República, nuestra revolución nació como una alternativa a la descomposición moral, a la desmoralización colectiva del modelo capitalista neoliberal y del modelo del capitalismo dominado por las oligarquías internas".

Antes de ahondar en este punto al que dio una extensa lectura, hay que mencionar algunos detalles que ofreció sobre los avances de la operación anticorrupción. Cuando habló de los arrestos de empresarios y funcionarios públicos por distintos crímenes de corrupción, hizo una mención especial a Pedro Hernández, alcalde del municipio Santos Michelena del estado Aragua (Las Tejerías), quien está acusado de tener vínculos con bandas criminales de la región, específicamente la liderada por Carlos Gómez, alias "El Conejo".

El presidente Maduro recordó que con este alcalde se realizaron coordinaciones para atender los estragos de las comunidades en Las Tejerías por eventos climáticos.

"Y quién iba a pensar que aquel que nos ponía la cara, sencillamente por detrás cuando se daba la vuelta estaba coordinando con uno de los criminales más buscados, enemigo público número uno de la paz y la estabilidad del pueblo aragüeño, criminal, narcotraficante, asesino, alias 'El Conejo'".

Aunque en esta ocasión se trata del desmantelamiento de bandas de corrupción a nivel interno, el presidente también hizo un llamado a responder a los crímenes cometidos por sectores de la oposición venezolana, que en el marco de la estrategia del falso interinato, y bajo instrucciones y tutelaje del gobierno de Estados Unidos, saquearon miles de millones de dólares pertenecientes a la nación y fueron los que clamaron por la imposición de sanciones ilegales. Nombró directamente a Juan Guaidó, pidiendo con firmeza su encarcelamiento.

"Juan Guaidó, por ejemplo, híper ladrón que debería estar detrás de las rejas hace tiempo. ¡Pido justicia! ¡Pido justicia por el dinero robado por esa ultraderecha también!".

Por otro lado, informó que había aceptado la renuncia del hasta entonces ministro de Petróleo, Tareck el Aissami.

"El ministro Tareck El Aissami me ha hecho llegar su renuncia al cargo de Ministro de Petróleo (...) Él ha ratificado su condición de militante revolucionario y está en la disposición de tener la voluntad de cooperar en todas las investigaciones. Yo he decidido aceptar la renuncia para facilitar todas las investigaciones".

Retomando lo anterior, el discurso del Jefe de Estado se enfocó en dar un análisis estructural al problema de la corrupción, y no fue indulgente en su lectura. De hecho, comenzó resaltando lo difícil que ha sido para la clase trabajadora generar los recursos del país en medio de la política de bloqueo y medidas coercitivas contra la industria petrolera y las instituciones financieras nacionales. Recursos que están dirigidos al bienestar social de la población venezolana, que se invierten en alimentación, educación, salud, vivienda y misiones sociales.

"Cuánto cuesta parir los recursos, para que vengan grupos enquistados de mafiosos corruptos y ladrones a meterles la mano a los recursos que le pertenecen solo a nuestro pueblo. Por eso el castigo tiene que ser ejemplar con todos los bandidos, con todos los corruptos, estén donde estén".

Expuso la noción de que el frente externo influye en el interno, en un momento cuando el gobierno nacional y el propio pueblo venezolano resisten ante la guerra de varias avanzadas declarada por el gobierno estadounidense, con colaboración de la Unión Europea y otros subordinados.

"No solamente soportar la agresión imperialista, la persecución diaria del imperialismo contra la economía, las dificultades diarias, el sacrificio de nuestro pueblo, sino tener que enfrentar la corruptela, el ladronaje, el bandidaje, para darse grandes lujos, desvergonzados; es un frente indignante, amargo, doloroso, contra el que tenemos que unir fuerzas y esfuerzos".

Maduro caracterizó a aquellos funcionarios o personas con acceso a los poderes del Estado venezolano que se han aprovechado de ello para generar fortunas de manera ilícita. Actitudes de "nuevo rico" con "una forma de vida extravagante, una forma de vida de multimillonario, una forma de vida que no tiene nada que ver con la de un funcionario modesto, humilde, trabajador y honesto", dijo sobre ellos.

Las palabras y acciones del presidente Maduro han dejado claro que mantener una pose de supuesta afinidad política con el proyecto del chavismo no es sinónimo de tener inmunidad ante la determinación de hechos de corrupción. En esto fue enfático al dirigirse a los funcionarios públicos que tienen cargos claves en las instituciones venezolanas.

"Unamos las fuerzas de las redes sociales, de las redes del pueblo para dar esta batalla contra el bandidaje y los corruptos, estén donde estén. Corrupción que se vista de rojo rojito, o corrupción de esa derecha bandida desmoralizada".

La corrupción es un problema de fondo que cada cierto tiempo golpea al Estado venezolano, como si se tratara de olas, dijo el presidente; no merma en frecuencia porque aún nos encontramos dentro de los márgenes de una sociedad con valores y funcionamiento capitalista, en el seno de la que prelan "valores" como el consumismo, el individualismo y el robo. Los funcionarios que abusan de su poder lo hacen por intereses privados, queriendo mejorar su situación financiera a través de sobornos y malversación de dinero público; se puede definir que la corrupción empieza en el ámbito privado, y capitalistamente en el mundo corporativo.

"No es fácil pasar de una sociedad totalmente corrompida del capitalismo salvaje, a una sociedad verdaderamente de hombres y mujeres que vivamos en la honestidad, en la transparencia, en la ética, en el compartir, en la igualdad, en la solidaridad".

Con esa reflexión y haciendo una invitación a convertir este capítulo reciente en "una oportunidad para construir lo nuevo", el presidente venezolano pone en la mesa de debate un tema que es importante discutir a largo plazo para avanzar en la lucha contra la corrupción. Además de las barreras que se diseñen contra ella y la severidad con la que se castigue, se debe tener en cuenta que la corrupción es inherente al mantenimiento del sistema capitalista.

Esto sin pasar de lado el hecho de que privan las responsabilidades personales y los hechos punitivos sobre los autores materiales e intelectuales de la malversación y robo de los recursos de la nación. El análisis sistémico no borra la huella de los perpetradores que, también, afectan la estabilidad nacional con el despojo y desviación de los bienes de la república.

A 20 años de la invasión a Irak: un breve balance

 



El pasado lunes 20 de marzo se cumplieron 20 años de la invasión ilegal a Irak por parte de Estados Unidos y su socios, guerra injustificada que abrió una brecha de inseguridad regional, caos y muerte que se sigue prolongando hasta ahora con consecuencias catastróficas.

La excusa de esta incursión se basó en que el gobierno de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, retórica que amparó —sin que nadie se opusiera— muchas acciones arbitrarias, además asociadas con el impacto generado por el atentado del 11S de 2001. Al poco tiempo se demostró que tales armas no existían, pero no fue hasta diciembre de 2011 cuando las tropas extranjeras abandonaron el país.

Si bien no hay cifras concretas, a continuación presentamos un mínimo balance de lo que dejó la llamada Operación Nuevo Amanecer:

  • No se tiene la cantidad precisa de muertos, pero la encuestadora Opinion Research Business, con sede en Londres, señala que fueron más de 1 millón.
  • La guerra costó a Estados Unidos más de 2 billones de dólares.
  • Hubo matanzas y violaciones a mujeres que fueron conocidas en todo el mundo, como la masacre de Haditha en 2005 perpetrada por marines en la que murieron al menos 15 civiles, la mayoría mujeres y niños.
  • Las tropas de ocupación se robaron las reservas de oro de Irak valoradas en más de 1 mil millones de dólares.
  • Saquearon y quemaron los museos que albergaban tesoros arqueológicos de hace miles de años.
  • En las cárceles que estaban bajo mando estadounidense, como la de Camp Bucca, las torturas eran frecuentes. Años después, a través de su portal WikiLeaks, Julian Assange hizo públicos miles de documentos gubernamentales de Washington sobre las torturas del ejército estadounidense en la guerra de Irak, Afganistán y la prisión de Guantánamo.
  • Las fuerzas de ocupación bombardearon viviendas, mercados, escuelas, hospitales y emplearon fósforo blanco, un armamento letal que abrasa la piel de sus víctimas y que está prohibido por convenios internacionales. Las agresiones a la población civil mataron a colaboradores de la agencia de noticias británica Reuters.
  • Se supo que Estados Unidos usó mercenarios de Blackwater en la invasión y ocupación de Irak.
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  • Un cuarto de la población iraquí vive bajo el umbral de pobreza como consecuencia de la guerra.
El país quedó devastado, empobrecido y dividido, colmado de grupos armados de distinto signo político e ideológico.    
 
 
 
Fuente misión verdad