El Mar de Aral, con un
área de aproximadamente 68 mil kilómetros cuadrados, era considerado
hasta no hace mucho tiempo como el cuarto mayor lago del mundo. Situado
en Asia Central, entre las fronteras de Kazajstán y Uzbekistán, todo lo
que queda hoy de él es un desierto tóxico.
La tragedia ecológica comenzó en la década de 1960, cuando el agua de
los grandes ríos que alimentaban la cuenca lacustre fue desviada con el
objeto de brindar riego a millones de hectáreas sembradas con algodón.
La NASA documentó durante los últimos 14 años una serie de
fotografías satelitales que evidencian la extinción de cualquier rastro
de agua sobre lo que fue alguna vez fue el gran Mar de Aral.
Para documentar crudamente esta irreversible realidad, fueron dadas a
conocer dos imágenes, una correspondiente al 19 de agosto de 2014, y
otra al 25 de septiembre de 2000.
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