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lunes, 2 de diciembre de 2013

Hace 10 años Chávez calificó el paro petrolero como “Una caja negra”


Hoy se cumplen diez años de lo que en Venezuela, se conoce como Paro Petrolero de 2002-2003, cabe recordar que esta fue  la mayor huelga patronal de la historia latinoamericana donde una de las principales razones del paro fue la lucha por el control de la petrolera estatal Pdvsa, una industria vital para Venezuela como quinto mayor productor de petróleo a nivel mundial.
Ante dicho acto el presidente Chávez argumentaba que el mismo era una “caja negra”, que sus directivos se negaban a dar mayores informes sobre lo que ocurría dentro de la organización, y que la gerencia media no aceptaba instrucciones para cambiar las políticas de funcionamiento de la empresa. Dicha gerencia apostaba por mantener el control sobre las decisiones de la compañía, entre ellas las de vender grandes cantidades de crudo a bajos precios, lo que iba en choque directo con las políticas del Presidente Chávez de fortalecer la Organización de Países Exportadores de Petróleo(OPEP) y mantenerse dentro de las cuotas de producción asignadas en la organización petrolera.
Desde el punto de vista oficialista, esta huelga, también calificada como sabotaje petrolero, fue un paro patronal, con el objetivo de derrocar al gobierno de Chávez, promovida desde el exterior por EEUU, e internamente por sus “lacayos” de la central patronal Fedecámaras, secundado por la directiva y trabajadores de la nómina mayor de la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA), los partidos de oposición aglutinados en la coalición Coordinadora Democrática, la máxima central sindical de Venezuela Confederación de trabajadores de Venezuela (CTV), diversas organizaciones civiles como Súmate e incluso medios de comunicación privados de prensa, radio y televisión.
Desde el punto de vista no oficialista, fue una huelga general causada con los conflictos laborales entre el gobierno de Chávez y los empleados petroleros que estaban opuestos a su política de sustituir la asignación de cargos de un sistema de meritocracia (por méritos laborales), a un sistema de exclusivos simpatizantes del gobierno de Chavez. A la huelga petrolera se sumaron posteriormente en solidaridad, las máximas centrales de patronos Fedecámaras y de trabajadores (CTV), quienes dejando a un lado sus diferencias, que convocaron a una huelga general exigiendo inicialmente, la paralización de un paquete de leyes impopulares y de un referéndum a la gestión de Chávez, pero posteriormente la exigencia se concentró en la renuncia del presidente Chávez.
Pese a cualquiera de los diferentes puntos de vista, es necesario resaltar que esto trajo graves repercusiones sobre la población. Una vez que las dispensadoras de gasolina se quedaron vacías, fue común ver largas colas en las gasolineras. Asimismo el problema también fue crítico en las barriadas populares, donde se depende de bombonas de gas para cocinar. Era común ver en muchos lugares del interior del país a personas cocinando con leña, muebles viejos y con otros materiales inflamables.
Debilitamiento y fin del paro
Cabe destacar que la huelga petrolera y general, pese a su histórica duración, finalmente no cumplió ninguno de los objetivos que se planteó. En el área petrolera Chávez ordenó un despido general de todos los trabajadores petroleros directos o indirectos, que participaron en la huelga. Para sobrevivir la paralización de la principal industria nacional, el gobierno puso a la empresa, a nivel administrativo, en manos de simpatizantes suyos. A nivel operativo contrato a personal internacional para que dirigiera las refinerías venezolanas. Y a nivel del área de transporte marítimo, Chávez ordenó el arresto y desembarco forzado de todos los marinos mercantes en huelga, iniciándoles causas judiciales por sabotaje y traición a la patria. Estas causas fueron declaradas contra los otros huelguistas.
Las demandas de FEDECAMARAS y CTV, tampoco fueron satisfechas. Chávez dejo en claro que con las empresas y trabajadores del país paralizados, recurriría a indefinidos préstamos internacionales (poniendo como garantía las enormes reservas petroleras del país), y que fractura y polarización política de la sociedad.
El paro terminó el 3 de febrero de 2003,

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