El pan de jamón desde siempre ha sido un alimento imprescindible en la mesa de los venezolanos durante la época decembrina.
En todos los rincones del país este suculento alimento, elaborado con
harina de trigo, pasas, aceitunas, jamón, entre otros ingredientes,
acompaña el plato navideño tan característico en Venezuela.
Según Miro Popić, periodista y columnista venezolano especializado en gastronomía, la historia del pan de jamón se remonta al año 1905
y su receta se atribuye a Gustavo Ramella, propietario de una panadería
ubicada en las esquinas de Marcos Parra y Solís de la ciudad
de Caracas. Aparentemente, en aquel entonces, sólo llevaba jamón como
relleno y su rápida aceptación provocó que otras famosas panaderías,
como las de Montalbán y Banchs lo incorporaran a su oferta, añadiéndole
uvas pasas.
Para
los años 1920 ya habían variedades con otros ingredientes tales
como almendras, aceitunas, nueces y alcaparras. Posteriormente, gracias a
su atractivo y calidad, su consumo se fue expandiendo por todo el territorio nacional, muy especialmente durante las festividades navideñas.
Esta breve
reseña refleja la importancia que tiene el pan de jamón desde hace
décadas para el venezolano y, aunque no sea mal de morir, encontrar
precios que llegan a los 500 bolívares para adquirir este alimento genera incomodidad en la población.
Es importante destacar que la culpa de este hecho no la tienen los panaderos o propietarios de panadería, ya que al existir escasez de insumos para la elaboración del pan de jamón pues ellos también sufren los embates de comprar ingredientes a elevados precios.
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