Un joven colombiano realiza prótesis con impresoras 3D a partir de
plástico derivado de almidón de maíz y con un costo de unos 50 dólares, para ayudar a las personas mutiladas en este país, muchas de ellas por minas.
“En marcha” es el nombre que le ha dado Juan Pablo Muñoz, un
estudiante de diseño industrial de la universidad Icesi en Cali
(suroeste), a un proyecto que cobra mayor relevancia dados los efectos
de las minas usadas en el conflicto colombiano, de las que se calcula
que han sido víctimas más de 10.000 personas.
“El proyecto nace de la necesidad de hacer una prótesis muy económica para que una persona que gana menos de un salario mínimo pueda acceder a ella“, dijo Muñoz en una entrevista con Colombia.inn, agencia operada por Efe.
Muñoz, de 22 años, explicó que sus prótesis están hechas a partir de
PLA, un plástico biodegradable derivado del almidón de maíz, el cual se
moldea en una impresora 3D.
“Cualquier persona puede usar esta prótesis”, aseguró Muñoz, y afirmó que para personalizar cada pieza se registran las medidas del paciente en un programa de computación.
El estudiante tuvo la idea de hacer esta innovación mientras discutía
con sus compañeros de clase sobre la problemática de las prótesis en
Colombia, que pueden resultar “bastante caras”.
Uno de los factores que hace de esta prótesis un producto innovador
es el poco tiempo que se emplea en su fabricación, que Muñoz calculó en
unas 20 horas desde el momento en el que “se le toman las medidas a la persona hasta que la puede usar”.
La diseñadora industrial y asesora del proyecto de tesis de Muñoz,
Luz América Martínez, manifestó que una de las características más
destacadas de esta prótesis es la rodilla, “una de las piezas más
importantes”, y que muchas veces “no es tenida en cuenta en el diseño”
de esta herramienta.
“La rodilla tiene características biomecánicas que son muy importantes durante la marcha, y está diseñada para que tenga el ángulo de movimiento que tiene naturalmente esta parte del cuerpo”, detalló.
Además las prótesis se diferencian por su precio, ya que pueden
llegar a costar 100.000 pesos (unos 50 dólares) mientras que una de
fabricación extranjera alcanza los 5 millones de pesos (2.500 dólares).
Esta prótesis es más económica debido a que los materiales usados para su fabricación
son relativamente baratos y alcanzan para hacer más de un producto,
puntualizó el emprendedor, al indicar que “de un rollo de PLA, que es de
un kilo, pueden salir tres prótesis”.
El proyecto se encuentra aún en la fase de “prototipo funcional” y en
adelante arrancará una etapa de reestructuración para definir el tipo
de usuario de las prótesis, que, según Muñoz, se espera que sean sobre
todo niños, ya que estas piezas de bajo costo se pueden ajustar a “su
rápido crecimiento”.
Este estudiante espera compartir su invento con fundaciones que apoyen a las personas que sufran una amputación o publicar su idea en internet para que alguien que tenga acceso a una impresora 3D pueda fabricar su propia prótesis.
“El diseñador industrial está en la obligación de innovar, de crear
proyectos nuevos para la sociedad, que generen bienestar”, argumentó el
director de proyectos de grado del departamento de diseño de Icesi,
Andrés Naranjo.
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