Publicado
26 octubre, 2013
Este sábado se celebra, con diversas actividades religiosas y culturales, el 149 aniversario de José Gregorio Hernández,
humilde hombre nacido en la población de Isnotú, municipio Rafael
Rangel, estado Trujillo, que se preparó como médico y se destacó por su
solidaridad con los más necesitados, virtud que lo hace ser considerado
como un santo, aun cuando no ha sido beatificado ni canonizado.
Llenos de fe y devoción, y con la esperanza puesta en manos del Papa
Francisco, los trujillanos ruegan por la beatificación de José Gregorio
Hernández, el médico de los pobres como también se le conoce a este
insigne trujillano que nació el 26 de octubre de 1864.
Yulibeth Quevedo, nativa del municipio Trujillo
(capital), es fiel devota de José Gregorio Hernández, porque él “siempre
escucha a todo aquel que le pide con fe sanar alguna enfermedad”.
Al igual que muchos venezolanos, esta joven madre espera que el
Venerable (declarado así en 1986 por el Papa Juan Pablo II), sean
finalmente beatificado y canonizado y se convierta en un santo más de la
humanidad.
“José Gregorio Hernández fue ejemplo de humildad y bondad, y luego de
muerto son muchas las personas que aseguran haber recibido milagros de
parte de él. Espero y le pido a Dios porque pronto el Papa Francisco
declare su beatificación”, expresó Quevedo.
Fortunato Pabón es otro de los trujillanos cuya fe está puesta en
Dios y en este hombre, a quien ya considera un santo a pesar de no haber
sido canonizado.
“Siempre le pido a Dios porque José Gregorio Hernández sea
beatificado y reconocido a nivel mundial como otro santo; sin embargo,
para mí y muchos fieles creyentes del país ya lo es”, expresó.
Por su parte, el presbítero Emiro Suárez, párroco Isnotú, destacó que
es muy importante seguir orando por la beatificación del Siervo de
Dios, así mismo seguir con la esperanza y esperando con fe este momento.
“La beatificación de José Gregorio Hernández será un acontecimiento
que trasformará la vida de la iglesia y el pueblo venezolano, también
cambiará la vida de países vecinos como Colombia, Ecuador, Bolivia,
donde también hay muchos devotos”, sostuvo el presbítero.
Resaltó la importancia de notificar cualquier hecho que sea
considerado como un milagro, pues no sólo sirve de palabra, sino que
hace falta tener un registro médico que autentifique que realmente se
trata de una sanación milagrosa.
Los restos mortales de José Gregorio Hernández, quien falleció
trágicamente en Caracas el 29 de junio de 1919, reposan en la iglesia de
La Candelaria, en la Capital de la República.
Entretanto, en la bella población de Isnotú, se encuentra un
santuario en su memoria, el cual es visitado por miles de fieles y
devotos, no solo de Trujillo sino de todo el país y fuera de éste.
A este centro de religiosidad cientos de personas acuden a diario
pidiéndole milagros, así como también para pagar alguna promesa por un
favor ya concedido y para rogar por su pronta beatificación, la cual
está en proceso por parte de la iglesia católica venezolana desde el año
1949.
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