El presidente de Venezuela Nicolás
Maduro ha ratificado la importancia de fortalecer la alianza estratégica
entre Caracas y La Habana, que se mantiene desde que, en 2000, Fidel
Castro y Hugo Chávez firmaran el Acuerdo de Cooperación Cuba-Venezuela.
De allí surgieron, entre otros, programas de salud como la Operación
Milagro, la Misión Barrio Adentro o el Nuevo Programa de Formación de
Médicos Latinoamericanos, con un impacto en forma de millones de
personas beneficiadas.
Cuando el intento de golpe de estado de
abril de 2002 no existían aún las misiones sociales en Venezuela, y aún
no habían llegado desde Cuba los miles de médicos cooperantes, que se
incorporaron un año después. La derecha fascista atacó entonces la
embajada de Cuba, ubicada en Baruta, un municipio acomodado cuyo alcalde
era en aquel momento Henrique Capriles. Destrozaron los vehículos de la
sede y dejaron sin luz, agua y alimentos a todo el personal cubano,
incluidos niños y niñas. Henrique Capriles, cabecilla del asedio, llegó a
entrar a la Embajada para exigir que el embajador cubano le entregara a
Diosdado Cabello, entonces vicepresidente y hoy presidente de la
Asamblea Nacional quien, supuestamente, se había asilado allí.
Afortunadamente, el golpe fracasó horas después gracias a la
movilización popular.
En la ola de violencia fascista más
reciente, tras las elecciones de abril de 2013, los seguidores de
Capriles volvieron a dirigir su violencia contra la representación de
Cuba. En este caso fueron incendiados consultorios y Centros de
Diagnóstico Integral, donde trabajan médicos de la Isla.
Son ya cerca de 600 millones de
consultas médicas las ofrecidas en Venezuela por profesionales cubanos
de la salud desde el 2003, con centenares de miles de vidas salvadas. Y
la población usuaria de estos centros sabe que la renta petrolera, que
hoy sufraga estos programas de salud, volvería –si gobernara la derecha-
a los bolsillos de quienes dirigieron el país a sangre y fuego durante
40 años.
La alianza entre Cuba y Venezuela ha
sido el vértice de un huracán de cambios políticos que ha cambiado el
panorama político de América Latina entera en la última década, y que ha
hecho retrocer posiciones a las burguesías continentales y al Imperio.
Por ello la presencia del personal
cooperante cubano en Venezuela es tan molesta: representa el símbolo de
la victoria de una política de solidaridad frente a las políticas
neoliberales impuestas durante décadas. Y por ello es tan importante que
la línea política del Gobierno de Nicolás Maduro sea no solo la de
mantener la alianza entre ambos países, sino la de fortalecerla aún más.
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