Por Maximiliano Sbarbi Osuna : http://pmundial.wordpress.com
El presidente Horacio Cartes va a intentar un acercamiento al Mercosur, pero al mismo tiempo procurará integrarse a la Alianza del Pacífico, el nuevo bloque que parece responder a los intereses norteamericanos en América Latina y que frena el avance comercial chino. ¿Por qué es muy cuestionado el nuevo canciller Eladio Loizaga? ¿Cómo será la relación del gobierno con los poderosos productores agropecuarios?
Con la restauración democrática, Paraguay
continúa por el mismo camino que trazó luego del golpe parlamentario
que el año pasado sufrió el presidente derrocado, Fernando Lugo.
UN GABINETE CUESTIONADO
El mandatario electo, Horacio Cartes, anunció quiénes serán los
ministros que lo van a acompañar, varios de ellos formados en Estados
Unidos y con un pronunciado acento norteamericano en su habla, lo que
recuerda al ex presidente neoliberal de Bolivia, Gonzalo Sánchez de
Lozada.
Pero, llama la atención la designación de su canciller Eladio
Loizaga, que fue funcionario de la dictadura de Alfredo Stroessner y
además militó activamente en la Liga Mundial Anticomunista (LAM), que
colaboró con el Plan Cóndor en Sudamérica y al que perteneció Osama Bin
Laden durante su lucha contra la URSS en Afganistán.
Sin embargo, a pesar e ser un ultraconservador, Loizaga es el
encargado de limar las asperezas con los otros miembros del Mercosur,
luego de que Paraguay haya sido suspendido tras el golpe express contra
Lugo.
Lejos de la verborragia agresiva que ostentan los sectores de derecha
con respecto a Argentina, Brasil y Uruguay, el ministro de Exteriores
Loizaga sólo se refiere con desprecio a Nicolás Maduro, el presidente de
Venezuela.
Maduro fue acusado de conspirar con militares paraguayos para apoyar
al derrocado Lugo. Para ello se mostró un video manipulado, el cuál ya
ha sido descartado como prueba de esa supuesta injerencia que jamás
existió.
¿MERCOSUR O ALIANZA DEL PACÍFICO?
Este ánimo dialoguista de Loizaga y de Cartes demuestra que a
Paraguay no le conviene quedar fuera del Mercosur, a pesar de las
deficiencias que presenta este bloque.
El gobierno del presidente de facto saliente, Federico Franco, apeló
al nacionalismo para mantener una cohesión interna. Por eso, el regreso
de Paraguay al Mercosur deberá ser presentado a sus ciudadanos como un
logro y no como una concesión a Argentina y Brasil.
El principal obstáculo fue la incorporación de Venezuela al bloque, que fue hecha cuando Paraguay estuvo suspendido.
Brasil y Argentina son socios comerciales importantísimos para la
nación guaraní, pero esto no significa que paralelamente Asunción
intente un acercamiento y una posterior admisión en la Alianza del
Pacífico, conformada por Chile, Perú, Colombia y México, en la que tanto
Paraguay como Estados Unidos son observadores.
Es muy probable que la creación de este bloque responda más que a
intereses comerciales a fines geopolíticos, dado que el crecimiento de
la Alianza del Pacífico divide a la UNASUR, disputa con el Mercosur por
su influencia regional y frena el avance de China en los mercados
latinoamericanos.
Todo indica que fue hecho a medida de los intereses políticos norteamericanos en América Latina.
Aunque aun esta alianza tiene varios obstáculos por superar, principalmente agropecuarios y financieros.
Por su lado, el Mercosur siempre ha sido desigual con sus miembros
más chicos. Las asimetrías y el proteccionismo de los grandes afectan a
las exportaciones de Paraguay y Uruguay.
DESAFÍOS DEL NUEVO GOBIERNO
Paraguay es uno de los países más desiguales de la región, con un
Parlamento dominado por agrodiputados, con empresas multinacionales muy
beneficiadas, bases militares norteamericanas enquistadas en el Mercosur
y en el Acuífero Guaraní y con más del 40% de la población por debajo
de la línea de la pobreza.
Cartes aspira a atraer una inversión de 30.000 millones de dólares,
que en su mayoría será destinada a mejorar las condiciones agropecuarias
de los grandes terratenientes, dejando de lado una vez más a los
pequeños agricultores y a los sin tierra.
Recordemos que la masacre de campesinos de Curuguaty fue la excusa
que encontró el Parlamento para destituir a Lugo, cuando los
legisladores que se rasgaron las vestiduras por los asesinatos son los
que defienden desde el Parlamento los intereses de los hacendados.
El cuarto exportador de soja tiene una población rural del 37%, y es
precisamente allí en donde se concentra la mayor cantidad de indigentes.
El giro neoliberal de Paraguay no es algo reciente, sino viene desde
la dictadura. Lugo poco pudo hacer para detenerlo. A pesar de su forzada
inacción, los sectores conservadores lo percibieron como un enemigo de
sus intereses, por eso forzaron el golpe y designaron a Cartes como su
nuevo referente.
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