Más de 200 familias se reúnen en un colectivo llamado La Alpargata Solidaria y establecen un vínculo directo con los campesinos para tejer nuevas redes de distribución de alimentos que eviten a los intermediarios.
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Del campo a la ciudad una manera directa de batallar contra la especulación y bachaqueo que nos tienen en jake |
Sábado 20 de agosto. Son las 6 de la mañana. A diferencia de otras
ciudades latinoamericanas, a esa hora Caracas (Venezuela) ya está en
plena ebullición.
En el parqueadero del centro cultural Tiuna El
Fuerte de Parroquia del Valle, al sur de la ciudad, una veintena de
jóvenes (hombres y mujeres) descargan un camión repleto de vegetales,
frutas y hortalizas.
Ese camión, al que aún se le siente el calor
que emana el motor, ha recorrido durante la madrugada los más de 368
kilómetros que separan a Barquisimeto (en el oeste del país) con la
capital y ha servido para que un grupo de campesinos puedan vender sus
productosde manera directa a unas 200 familias de varias zonas de
Caracas.
Son tiempos de guerra económica en la Venezuela
bolivariana y la gente busca opciones ante la escasez y el
acaparamiento. Algunos se organizan para sortear las perversas cadenas
de intermediarios, que triplican o cuadruplican los precios de los
productos.
Haciéndose cargo
Antes
de las 7 de la mañana de este sábado, ya hay un 'batallón' de personas
moviéndose en aquel parqueadero, distribuidas en varias tareas. Están
quienes descargaron el camión y las que van separando el contenido en
rubros:
-"¡Tomates para allá! ¿Quién es el responsable de los plátanos?", grita Antonio.
El
resto tiene una tarea definida: los que pesan en cantidades iguales,
los que embolsan, un grupo que cocina para todos, los que administran el
dinero, quienes se encargan de cuidar y hacer actividades para los
niños... y hasta quienes limpian el área al terminar la actividad.
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Camiones aportados por el Gobierno Bolivariano a las comunas organizadas |
Sin embargo, nada de eso ocurre de forma espontánea.
10
meses antes, el 24 de octubre de 2015, unas 170 personas reunidas en el
Ateneo Popular de Caracas vivieron la primera experiencia de consumo
colectivo gracias a la organización popular Sistema de Intercambio
Solidario de Caracas La Alpargata Solidaria, que sirvió de plataforma
para ese encuentro.
Pero el meollo del asunto no es comprar. Esta
mañana de agosto, en varias paredes hay carteles que le recuerdan a
quienes asisten el objetivo del encuentro:
"Somos un grupo de
personas que está conformando un sistema colectivo para comprar, vender,
truequear, donar, prestar o compartir bienes, saberes o servicios de
manera solidaria y cooperativa, con el fin de facilitar nuestros
consumos y crear comunidades económicas populares más allá del mercado
capitalista y para construir otro tipo de relaciones sociales basadas en
la construcción común".
Romper la cadena
Esta
forma de organización es completamente horizontal. Sus decisiones son
asamblearias y la responsabilidad en las tareas es rotativa. También los
une un convencimiento de que deben ocuparse en lugar de esperar a que
el Gobierno solucione todos los problemas.
"A finales del año
pasado, cuando empieza a arreciar más fuerte la guerra económica en
nuestro país, para derrocar al presidente, nos articulamos y generamos
propuestas, desde el poder popular, para quitarle un poco de
responsabilidad al Estado, o más bien, asumir la responsabilidad que
tenemos", cuenta el portal RNMA.
Aunque hay otras formas de explicar a la Alpargata Solidaria. Para Alejandra Laprea, es así:
"Más
de 150 personas, con o sin nuestras familias, nos reunimos para
organizar nuestro consumo de vegetales y verduras en La Alpargata
Solidaria" y "acordamos qué y cuánto queremos comprar, también nos
distribuimos los gastos de traslado. Compartimos café, té de hierbas,
desayuno, chistes, buenas conversaciones y una nueva manera de hacer
mercado".
En síntesis, la tarea consiste en contactar directamente
a unos productores, gestionar la forma de trasladar los productos y
pagar directamente. Así, un consumidor de la capital, que vive a cientos
de kilómetros de las zonas de siembra, se vincula en una parte de la
cadena productiva.
Comparando
Cuando
termina la jornada de trabajo, cada familia vuelve a su casa con 20
kilos de vegetales varios. En esta oportunidad llevaron a sus casas:
yuca (mandioca), maíz, plátano macho, zanahoria, papa, aguacate (persea o
palta), calabacín, berenjena, tomate, cebolla, pimentón (pimientos),
ajo porro (puerro) y naranjas.
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No solamente buscar las hortalizas sino ayudar a recojer cosechas es la mision de estos ilustres venezolanos |
Mediante ese trato directo con
los campesinos, el monto que debió pagar cada participante del consumo
masivo, fue de 6.810 Bs, aproximadamente.
Con esa misma
cantidad de dinero, en un supermercado cualquiera, apenas habría
alcanzado para comprar cuatro kilos de los rubros más costosos, según el
precio del día.
Solidaridad
Desde
hace algún tiempo han aparecido en Venezuela diversas iniciativas
populares que apuntan a la organización del poder de compra (Boicot) de
los ciudadanos para enfrentarse a la especulación.
El propio
presidente del país, Nicolás Maduro, citado por el diario '2001', se
refirió a la experiencia organizativa de La Alpargata Solidaria y señaló
que, aunque es una organización modesta, enseña un camino que debe
continuarse: "Es un mundo humano donde, a través del plan de La Alpargata Solidaria, las mismas familias producen (y gestionan) sus propios alimentos para su consumo (…) Eso es socialismo".
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