La
mejor forma de conocerlo es verificar las principales tesis de los
tanques de pensamiento que hoy dibujan la política exterior
estadounidense, a partir de los intereses de las corporaciones que las
financian.
Decimos esto ya que la Administración Trump, lejos de haber
inaugurado una nueva política exterior estadounidense, ha continuado con
las líneas generales de la estrategia del pensamiento neoconservador
que hoy coloniza la mayoría de las tomas de decisiones de su gobierno,
junto a las acciones que se adelantan desde el congreso estadounidense.
En este sentido, difícilmente se pueda comprender la urgencia por
derribar al chavismo, sin tomar en cuenta las tesis planteadas por los
principales tanques de pensamiento a nivel global y regional. Tanto por
su nivel de influencia, como por su relación con los hechos ocurridos en
la arena internacional, es que este ejercicio de ubicación política
busca codificar la situación venezolana en el marco de una estrategia
global.
Una hoja de ruta global para comenzar a entender la inserción del conflicto venezolano
A mediados de 2016, el Centro para una Nueva Seguridad Americano (CNAS) presentó un informe
titulado "Expansión del Poder Americano", basado en una serie de
recomendaciones destinadas a generar un consenso en la clase política
estadounidense para "asegurar la longevidad del sistema internacional
favorable a los Estados Unidos".
En este trabajo el tanque de pensamiento bipartidista recomienda
reformas económicas puertas adentro, como una reestructuración de la
deuda y una reforma fiscal, para fortalecer las bases del aparato
estadounidense con el fin de aumentar los gastos militares, económicos y
diplomáticos para extender su poder en Asia, Europa y Medio Oriente,
las tres regiones reconocidas como claves para el futuro global.
De esta forma, Estados Unidos "podría disuadir diplomáticamente y
militarmente a las potencias revisionistas (en referencia a China y
Rusia) de cuestionar el actual orden internacional liberal, evitando un
conflicto militar a nivel mundial (sic)". Con base a estas propuestas es
que este tanque de pensamiento plantea militarizar el Mar Sur de China y
propone una reforma de la OTAN para fortalecer su despliegue en las
fronteras europeas con Rusia.
Todas propuestas que la administración Trump ha aplicado en la
práctica, como continuación de las políticas de Obama, junto a otras de
índole específico directamente relacionadas con Rusia, como es la conformación
de "una zona segura en el norte de Siria para ubicar allí a refugiados y
fuerzas aliadas de Estados Unidos" con el fin de promover la partición
de este país y poner un freno a Moscú luego de su ingreso en esta
guerra.
Incluso hasta los últimos encuentros de Trump con el presidente
chino, Xi Jinping, forman parte de esta búsqueda de que la potencia
asiática ascienda pacíficamente dentro del orden internacional favorable
a las corporaciones estadounidenses. Es por eso que esta hoja de ruta
global bien vale la pena ser citada ya que forma parte de un consenso
generalizado en los tanques de pensamiento relacionados a
figuras de la administración Trump, como el secretario de Defensa James
Mattis, y el asesor de seguridad nacional H.R. McMaster.
Buscan llevar el actual conflicto venezolano a un terreno de "suma cero"
¿Qué tiene que ver Venezuela con esto?
Como es sabido, Venezuela es la principal fuente de recursos
petroleros del mundo, junto a una gran gama de reservorios acuíferos,
gasíferos y mineros estratégicos para la industria tecnológica, espacial
y militar de cualquier aparato que pretenda proyectar poder en otras
partes del mundo. Es por eso que asegurar este territorio como una línea
de suministro barata y segura es estratégico para cualquier plan de
expansión de poder proyectado en el mundo.
El ejemplo más claro se encuentra en el extracto del trabajo del
Centro para una Nueva Seguridad Americana en el que se habla de la
importancia de que Estados Unidos obtenga cierta ventaja en los mercados
energéticos que le ayude a extender el poder en otras partes del mundo.
Lo que significa que Venezuela regrese a su estatus anterior, en la que
las herederas de la Standard Oil Company (Exxon, Chevron, Conoco
Phillips, entre otras) controlaban directa e indirectamente la industria petrolera venezolana dándoles precisamente esa ventaja estratégica.
En este momento es ampliamente sabido que en Venezuela hay, al menos,
24 transnacionales petroleras en acuerdos con Pdvsa y el Estado
venezolano, bajo esquemas mixtos de explotación. Desde esta perspectiva
es que se comprende que transnacionales como Exxon Mobil y Chevron
financien sanciones contra Venezuela, incluso controlando el
Departamento de Estado, y que tengan especial relación con el dinero de
los tanques de pensamiento que diseñan iniciativas contra el país.
Entre los muchos ejemplos se encuentra la reciente propuesta
del Consejo de Relaciones Exteriores, realizada en el congreso
estadounidense, para afianzar el cerco externo a través de la OEA, y la
visita de Luis Almagro al Instituto Americano de la Empresa días antes
de la presentación de su pedido de aplicación de la Carta Democrática
contra Venezuela.
Todas iniciativas que se han venido conjugando con el apoyo explícito
de otros tanques de pensamiento como el Consejo de las Américas y del
Atlántico, ambos constituidos por compañías especialmente interesadas en
los recursos naturales del país, sin la mediación del Estado
venezolano.
¿Y la ecuación regional?
Sin embargo, Venezuela también debe ser entendida como la llave para
asegurar a América Latina como una línea de suministro de recursos
naturales y mano de obra barata para la misma estrategia antes
mencionada a nivel global, después de los cambios de gobierno favorables
a esta política en Argentina y Brasil.
En ese sentido es que se encuentra la propuesta del Consejo del
Atlántico para que el Mercosur y la Alianza del Pacífico converjan en un
área de libre comercio, que permita a la región ingresar a una
megaplataforma comercial con Estados Unidos y Europa para penetrar con
mayor fuerza en Asia. Iniciativa que se encuentra en pleno proceso de
aplicación con las conversaciones entre los dos organismos regionales,
previo a haber suspendido a Venezuela del Mercosur violando la
legislación de esta unión comercial.
Sin duda sacar al chavismo de la ecuación prácticamente terminaría
con el principal escollo para este plan regional, acorde a la estrategia
global promovida por estos tanques de pensamiento.
De esta forma es que se comprende el nivel de intensidad puesto a
presionar contra Venezuela para terminar también con su "mala
influencia" en la región, buscando llevar el actual conflicto político a
un terreno de "suma cero" en el que se sabotee desde fuera todo intento
de lograr un consenso político nacional, que no sea tutelado y deje en
los venezolanos la resolución de su crisis.
Como si estuvieran aplicando todas las ideas e iniciativas que los embajadores de Estados Unidos en América Latina discutieran allá por el año 2007 para acabar con la influencia "negativa" de Hugo Chávez.
Bruno Sgarzini / Mision Verdad
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