Julio Borges, el supuesto presidente de la Asamblea Nacional
(aún) en desacato, se reunió con el teniente general H.R. McMaster,
quien preside el Consejo de Seguridad Nacional del presidente Donald
Trump.
La
reunión formó parte de una visita por parte del dirigente de Primero
Justicia a Washington DC, quien coordina con las caras más visibles del
establishment estadounidense nuevas agresiones contra Venezuela luego
del anuncio de los senadores Marco Rubio, Ben Cardin, John McCain y
compañía de una próxima tanda de sanciones contra el país.
McMaster sería una figura muy importante en el marco de esta gira de
Borges, ya que luego de reunirse con senadores del Congreso gringo, Luis
Almagro y el vicepresidente Mike Pence, el asesor de seguridad nacional
de Trump es la figura más influyente para el presidente norteamericano
con relación a temas militares y geopolíticos.
Mcmaster y Borges concordaron en la necesidad de llevar la crisis #Venezuela a conclusión rápida y pacífica: comunicado Casa Blanca— Reuters Latam (@ReutersLatam) 6 de mayo de 2017
Precisamente, McMaster tiene conocimiento de causa sobre cómo se
fabrica una guerra para ser aceptada por la población civil
estadounidense y por la llamada comunidad internacional. Su libro Dereliction of Duty (podría traducirse como Negligencia del deber)
publicado en 1997 es un análisis sobre cómo el gobierno gringo mintió a
su pueblo y a los países aliados de EEUU para entrar en la guerra
contra Vietnam en los años 60 del siglo pasado, y las posteriores
consecuencias del fracaso norteamericano en esa guerra en particular.
Por supuesto, abogó por un mayor número de tropas y una beligerancia
mayor a la implantada por el ejército gringo.
McMaster se erige entonces como un conocedor de tácticas y
estrategias para fabricar una guerra, y por ello fue empujado a liderar
el Consejo de Seguridad Nacional actual. La reunión con Julio Borges no
está signada por la inocencia.
McMaster de la guerra
El teniente general McMaster es considerado un aventajado alumno de
James Petraeus, renombrado militar neoconservador. George W. Bush lo
puso como jefe de la Fuerza Multinacional-Irak,
puesto desde el cual comandó a todas las fuerzas de coalición en Irak.
También fue director de la CIA entre 2011 y 2012 durante la
administración Obama.
A McMaster le fue encomendada la tarea, delegada por el presidente
Bush hijo, de sacar al ejército gringo del desastre militar que
representaba la insurgencia iraquí de 2003-2005 que tuvo su punto cenit
en la Operación Restaurando Derechos, muy elogiada tanto por el entonces Presidente de EEUU como por la mediática corporativa de ese país.
Bajo el mando de Petraeus en Irak, McMaster diseñó la guerra sectaria
entre suníes y chiíes de 2006-2007, que fracturó la resistencia
nacionalista iraquí en contra de las tropas invasoras estadounidenses.
Por este plan se ha ganado el mote de "pensador de la guerra".
Ese enfrentamiento entre grupos iraquíes, fabricado por la cizaña artificial provocada por los EEUU entre suníes y chiíes, condujo a la conformación de otras bandadas que mutaron luego en lo que hoy conocemos como Estado Islámico o Daesh.
La carrera militar de McMaster está signada por la fabricación de
guerras en diferentes escalas. Su experiencia sirve ahora al presidente
Trump en un momento crítico global.
En este reporte audiovisual de Newsbud
sobre McMaster se afirma que el asesor de seguridad nacional de Trump
manipula los informes de inteligencia para provocar una invasión de
facto en Siria, en un momento en el que la balanza contra los grupos
terroristas se encuentra a favor del ejército sirio y sus aliados. De
ahí el ataque de EEUU a una base siria en los primeros días de abril de
este año.
De hecho, McMaster ha invocado a través de los medios corporativos
estadounidenses un "cambio de régimen" en Siria, aun cuando la
popularidad del presidente Bashar al-Assad en su propio país es
irrefutable.
Igualmente, el experimentado McMaster se pronunció, a través del
citado comunicado de la Casa Blanca, sobre Venezuela y alienta también
el "cambio de régimen" en nuestro país. Otra evidencia de dónde proviene
la guarimba nacional e internacional.
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