El 22 de diciembre, dos buques de
exploración sísmica contratados por la transnacional
estadounidense Exxon Mobil fueron divisados por la Armada de Venezuela
en un zona de la fachada atlántica al norte del Delta del Orinoco.
La reacción de Caracas fue inmediata. El
Gobierno venezolano denunció mediante un comunicado la incursión como
una “flagrante violación” a su soberanía y procedió a aplicar “los
protocolos internacionales correspondientes a este tipo de hechos”,
según se lee en el documento oficial.
Cuando los oficiales de la Armada
venezolana solicitaron explicaciones, los capitanes de los dos buques
—propiedad de la petrolera noruega Petroleum Geo-Services— dijeron que
disponían de un permiso “del Gobierno de la República Cooperativa de
Guyana”, indica el comunicado de la Cancillería venezolana.
El incidente ocurre al cierre del 2018,
un año marcado por el asedio y bloqueo internacional a Venezuela, en
medio de tensiones diplomática con Colombia y con la amenaza de algunos
gobiernos de desconocer el nuevo periodo constitucional del presidente
Nicolás Maduro el próximo 10 de enero.
Además, el pasado 22, el mismo día del
avistamiento de los buques, el Parlamento de Guyana aprobó —con 33 votos
y 32 en contra— una moción de censura contra el presidente David
Grandger, por lo que su Gobierno deberá abandonar el poder y convocar
elecciones en un lapso de 90 días.
La decisión parlamentaria se produjo
después que Granger regresó de Cuba, donde se sometió a
tratamientos médicos por un linfoma que le fue diagnosticado en
octubre.
La respuesta de Guyana
Tras el comunicado de Venezuela, el
Gobierno de Guyana no tardó en responder. Georgetown señaló a Caracas de
violar su “soberanía e integridad territorial”, según se lee en
un comunicado.
Las autoridades acusaron a Venezuela de
ser una “amenaza” para el desarrollo de Guyana. También indicaron que
están en proceso de informar a los gobiernos de la región sobre lo
ocurrido, lo cual incluye la redacción de una “comunicación formal” que
será enviada a Caracas.
No obstante, los buques salieron de la
zona de la fachada atlántica que reclama Venezuela como suya, según
confirmó la propia compañía naviera al diario Guyana Chronicle.
El canciller de Guyana, Carl Greenidge,
informó que por ahora no sabe que si los barcos regresarían al área
donde fueron interceptados. “Primero intentaremos explorar y agotar los
canales diplomáticos”, dijo a Reuters.
“EE.UU. impertinente”
El portavoz adjunto del Departamento de
Estado de EE.UU, Robert Palladino, exhortó a Venezuela a “respetar” el
derecho internacional y la soberanía de sus vecinos, al tiempo
que agregó que Guyana tiene el “derecho soberano” de explorar y explotar
los recursos en su zona económica exclusiva.
Por medio de un nuevo comunicado,
Caracas tildó las declaraciones de EE.UU. de “impertinentes” e
“injerencistas”, y, de nuevo, aclaró que los buques se encontraban en la
“proyección del Delta del Orinoco de Venezuela” y jamás estuvieron en
una zona económica exclusiva guyanesa.
La respuesta de Caricom
La Comunidad del Caribe (Caricom) vio
con “grave preocupación” la intercepción por parte de la Armada
venezolan de los buques en una área que considera como “zona económica
exclusiva” de la República de Guyana”.
Caracas, en otro comunicado, lamentó la
posición de la Caricom, y alegó que el organismo dispone de argumentos
“absolutamente inexactos” como resultado de obtener una “sola versión”
de los hechos.
No es la primera vez en este año que
Caricom se pronuncia a favor de Georgetown. Durante la última Asamblea
de Jefes de Estado y de Gobierno del bloque regional, celebrada en julio
pasado, los gobernantes caribeños reafirmaron su “firme e
inquebrantable apoyo” a la soberanía y a la integridad territorial de
Guyana, de acuerdo al comunicadode cierre del evento.
En esa ocasión, los mandatarios
dijeron que Venezuela “se negó” el 29 de marzo de 2018 a participar en
una audiencia solicitada por Guyana ante la Corte Internacional de
Justicia como vía para resolver la controversia territorial.
Por su parte, Caracas rechazó que la
Corte sea la instancia para resolver el conflicto, ya que carece
de “jurisdicción”, y también desestimó la solicitud planteada por
Guyana, a cuyo Gobierno lo invitó a resolver el diferendo territorial
mediante el Acuerdo de Ginebra de 1966.
¿Qué alegan Venezuela y Guyana?
Venezuela sostiene que los buques
interceptados navegaban por la proyección marítima del Delta del
Orinoco, “de indubitable soberanía de Venezuela”, dijo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores
venezolano informó que como Guyana “no tiene jurisdicción” en la
proyección marítima del Delta del Orinoco, los buques contratados por
la Exxon Mobil se fueron “hacia aguas de la extensa zona en reclamación
que proyecta la costa Esequiba”.
Por su parte, Guyana argumenta que las
embarcaciones navegaban por la “Zona Económica Exclusiva” de ese país,
una área que, de acuerdo a Georgetown, está situada a 140 kilómetros del
punto más cercano de la línea equidistante provisional con Venezuela.
En tanto, la compañía dueña de los
buques ratificó que incursionó en la zona con la venia de Guyana e
incluso detalló que, desde principio de ese mes, trabajaba en la
“adquisición” de datos 3-D de la parte occidental del Bloque Stabroek,
ubicado en la zona atlántica, recogió Guyana Chronicle.
Lo que busca la Exxon Mobil
En reiteradas ocasiones, Venezuela ha
denunciado las pretensiones de la compañía Exxon Mobil de extraer
petróleo en aguas sujetas a reclamación con Guyana. El Gobierno
venezolano señala que la zona marítima donde la transnacional ha
perforado son “aguas territoriales históricamente venezolanas”, según se
lee en el libro “El Esequibo es Nuestro”, editado por la Presidencia de
Venezuela.
En el documento, Caracas indica que
aunque la empresa norteamericana reconoció en el año 2000 “los derechos
de Venezuela” por conveniencia, en la actualidad los desconoce.
La compañía dueña de los buques
contratados por la Exxon Mobil detalló que su prioridad es el bloque
Stabroek, situado a casi 200 kilómetros de la zona marítima en disputa
con Venezuela.
La petrolera noruega Petroleum Geo-Services calcula que en esa zona hay más de 5.000 millones de barriles de petróleo.
El Gobierno venezolano, en el referido
libro, destaca que la Exxon Mobil usa el “supuesto” hallazgo petrolero
en aguas en disputa para presentar a Venezuela como un supuesto
“violador del derecho internacional”, obviando —según afirma Caracas—
que cualquier posible recurso mineral o energético en la zona está en
“discusión”, según los principios del Acuerdo de Ginebra.
Pese a esto, Steve Greenlee, presidente
de Exxon Mobil, dijo: “continuamos aumentando el valor del Bloque
Stabroek para Guyana, nuestros socios y Exxon Mobil con inversiones de
exploración exitosas”, según citó Guyana Chronicle.
Sin embargo, la Exxon Mobil tendrá que
superar un nuevo escollo para concretar sus propósitos. Tras la
destitución del presidente Granger, en marzo se espera la convocatoria
de nuevas elecciones, donde participará el opositor Partido Popular
Progresista de Guyana, que medirá fuerzas con la coalición saliente.
Esta agrupación política es crítica a la
beligerancia y condiciones favorables otorgadas, hasta ahora, a
la Exxon Mobil, y se muestran más proclive a debatir con Venezuela sobre
el territorio en reclamación. Un dato clave es que es el mismo partido
que promovió la salida de Granger.
Una vieja disputa
El incidente de los los dos buques reaviva una vieja disputa entre Venezuela y Guyana.
Para resolver el diferendo territorial
en una zona de reclamación calculada con una superficie de 159.500
kilómetros cuadrados, Georgetown ha insistido en acudir a la Corte
Internacional de Justicia para validar el Laudo Arbitral de París de
1899, que despoja a Venezuela del 90 % de su territorio en el Esequibo.
A principio de este año, el canciller
venezolano Jorge Arreza recordó que ese documento es “nulo e írrito” y
suscribió el Acuerdo de Ginebra (aprobado en 1966 y que anula el Laudo
de París), como punto de partida para la negociación.
El acuerdo establece mecanismos para que
ambos países busquen soluciones pacíficas y consensuadas. Aunque
en 1966 Guyana, después de declararse país independiente, reconoció
el pacto de Ginebra, las autoridades venezolanas han señalado que a la
fecha el país ha ignorado los lineamientos del tratado.
Fue en 2015 cuando Venezuela solicitó a
la ONU activar la figura de una buen oficiante para mediar en el
conflicto. Con la asunción en el 2016 de António Guterres como
secretario de general de Naciones Unidas, las comisiones de ambos
países se reunieron en el 2017 en Nueva York para explorar mecanismos
viables, en procura de resolver el diferendo territorial. Hasta
ahora, no ha habido acuerdos concretos para destrabar el asunto.
(Manuel Palma / RT)
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