Ninguna guerra se ha
asociado tanto con lo paranormal como la I Guerra Mundial. La presencia
de soldados fantasmales en combate fue una constante en las trincheras,
al igual que lo fueron los ejércitos espectrales en los cielos, los
contactos espiritistas con los muertos y la desaparición inexplicable de
algún que otro regimiento. También hubo olas de zepelines invisibles y
no faltaron las profecías sobre tal advenimiento bélico.
Los relatos y leyendas
originados durante la I Guerra Mundial son legión, y algunos todavía
suscitan controversia en la actualidad. Muchos relacionados con factores
religiosos y la necesidad imperiosa de recibir noticias del Frente
dieron lugar a ángeles, nubes misteriosas y conspiraciones secretas. Esa
misma necesidad conllevó a su vez una explosión de interés en el
espiritualismo y la clarividencia», nos explica el historiador británico
James Hayward, autor de Mitos y Leyendas de la I Guerra Mundial (2002) y
diversas obras donde también analiza los fenómenos más extraños de
otras contiendas bélicas.
Además de los
factores citados por Hayward, hubo otros muchos que propiciaron la
creación de numerosos mitos y visiones fantasmales, desde el impacto de
las nuevas tecnologías en la conciencia colectiva, hasta la urgencia de
acabar con una contienda que, precisamente por los avances en el
armamento y que podía producir 20.000 muertos en un solo día, prolongaba
la agonía en las trincheras, y hacía sentir a los soldados que estaban
rodeados de almas en pena y habitaban un infierno en el más allá que se
parecía a las condiciones del frente.
Tan cruenta fue aquella guerra que muchos videntes profetizaron sobre ella bastante antes de que estallara…
ORÁCULOS DE LA TRAGEDIA
Muchas
de las predicciones en torno al estallido de la I Guerra Mundial fueron
tan ambiguas que difícilmente se las podría considerar auténticas. Sin
embargo, hubo algunos psíquicos que hicieron varias muy notables. En un
experimento efectuado por la Society for Psychical Research, en Londres,
la médium Dame Edith Lyttleton transmitió sus temores sobre el
estallido de la guerra mediante escritura automática: «El terrible grito
de los heridos… El aliento caliente de la guerra… Muchas lágrimas
derramadas… Todo el mundo está en guerra». La vidente alemana Madame de
Ferriëm hizo predicciones muy patrióticas sobre su país: «¡Qué amarga
será la guerra! Mucho más dura que la librada en 1870 y 1871… Años
sombríos nos esperan, pero saldremos victoriosos, y no porque seamos
alemanes, sino porque los espíritus de nuestros ancestros nos ayudarán a
ganar».
Mucho más atinadas fueron las
predicciones de la francesa Antoniette Savay, más conocida como Madame
de Thèbes, verdadero oráculo de la guerra. Las predicciones que
publicaba en su Almanac anual eran estudiadas con interés en todas las
embajadas europeas. En 1905, nueve años antes de que empezara la guerra,
predijo que un incidente en la pacífica Bélgica encendería Europa; en
1913 anunció que Alemania estaba amenazando a Europa en general y a
Francia en particular, pero perdería una costosa guerra que vería el fin
de los Hohenzollern. Profetizó que los días del Kaiser estaban contados
y que Alemania sufriría grandes cambios: «Hablo del reinado del Kaiser,
no de los días que le quedan por vivir», profetizó.
Probablemente
no hacía falta ser muy clarividente para darse cuenta de que en 1913
Alemania amenazaba a Europa, pero su predicción sobre el Kaiser y los
Hohenzollerns fue realmente impactante. Pocos años después el Kaiser fue
depuesto. Igualmente llamativa fue su predicción en 1913 sobre el
archiduque Fernardo. Según ella, el archiduque nunca llegaría a sentarse
en el trono imperial, mientras que en su lugar lo haría un joven que en
aquel entonces no tenía ninguna intención de reinar. Un año después
escribiría en su Almanac lo siguiente: «La tragedia en la Casa Imperial
de Austria, que ya predije el año pasado, tendrá lugar próximamente.
Nadie podrá evitarlo». Así ocurrió. El día 28 de julio de 1914, el
archiduque Fernando fue asesinado en Sarajevo y este incidente
desencadenó la I Guerra Mundial…
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