Altos
mandos militares y políticos del país han denunciado en innumerables
oportunidades que desde la llegada al poder de Nicolás Maduro, se ha
intensificado una clase de guerra no convencional cuyo objetivo es
derrocar el Gobierno bolivariano.
Los esfuerzos de Estados Unidos en el empleo de esta guerra multidimensional han estado dirigidos
a "explotar las vulnerabilidades sicológicas, económicas, militares y
políticas" de Venezuela, tal como lo ha señalado el ministro de
Comunicación de la nación suramericana en una entrevista
concedida a la cadena rusa RT. El objetivo: convertir el país en un
gran laboratorio para desatar el caos a través de una "guerra mediática,
de acción permanente para incitar las emociones más primitivas" en la
población.
Las
tácticas han sido variadas y han tenido sus mayores picos justo en la
antesala de épocas electorales, tal como lo ha demostrado la economista
Pasqualina Curcio a propósito del ataque al sector económico.
Sin embargo, en las vísperas de una elección presidencial, prevista para el 22 de abril, la hipótesis que gana más fuerza es la intención de Estados Unidos de detener el posible éxito del petro, la criptomoneda que el Gobierno venezolano usará para saltarse las sanciones
impuestas contra el país y solventar así, la delicada situación
económica. Una acción que de resultar positiva, inclinaría la balanza
electoral a favor de Nicolás Maduro.
- Los cinco vértices de la ofensiva final
©
REUTERS/ Ricardo Moraes
Los factores que sirven de punta de lanza para la agresión contra Venezuela, en primer lugar tienen una Dimensión Psicológica, que se apoya en el concepto de "diáspora venezolana".
Ésta representa una de las mayores campañas de intervención psicológica
que han tenido lugar, y su enfoque ha estado dirigido a la juventud. El
llamado es a emigrar como única salida a la crisis política y económica
que se vive en el país. El tono de los mensajes que inundan las redes
sociales, programas de televisión y radiales, simplifican la compleja
realidad, a través de un único culpable: Nicolás Maduro.
En esta campaña propagandística impulsada
a través de internet, se han invertido ingentes sumas de dinero para
posicionar en los principales resultados de buscadores, así como en la
publicidad que aparece en las aplicaciones y juegos que se descargan en los teléfonos celulares,
tutoriales, noticias, historias de éxito que refuerzan la idea de
emigrar. No es inocente dicha táctica. Se busca utilizar este fenómeno
como base para legitimar, como veremos más adelante, el argumento de
intervención por causas "humanitarias".
El segundo aspecto de la agresión, es constituida por la Dimensión Económica.
No solo estamos atestiguando la hiperinflación de los precios en
Venezuela, como producto de la influencia de la web Dólar Today. Dicha
página ha sido denunciada
por el Banco Central de Venezuela ante tribunales norteamericanos por
ser la mayor responsable de la pérdida de poder adquisitivo del
venezolano.
Además, con el petróleo recuperando su precio en el mercado, Trump y sus socios en la Unión Europea refuerzan las severas sanciones económicas para
dificultar que las empresas venezolanas pudieran comerciar en el
exterior. Esto ha traído como consecuencia que en Venezuela no puedan
conseguirse medicinas y otros bienes esenciales. Altos funcionarios del
Gobierno calculan que el 30% de productos que se importaron y
produjeron en el 2014 fueron extraídos de forma ilegal hacia Colombia. Recientemente, Caracas ordenó investigar el contrabando hacia las islas del Caribe, especialmente Aruba y Curazao, de materiales estratégicos como el cobre y el oro.
Otra de las acciones en esta guerra no convencional, tiene su Dimensión Paramilitar.
En los últimos días se han reportado numerosos ataques al sistema
eléctrico nacional y acciones de carácter terrorista en los sistemas de transporte masivo de la capital y en infraestructura hospitalaria.
El objetivo fundamental es deslegitimar la figura del Gobierno nacional
como responsable de mantener la seguridad de la población. Así como lo explica
el filósofo alemán Hans Enzensberger, teórico de la Guerra Civil
Molecular, el aumento de la violencia además de alienar a la población
para ser controlados a través del temor, también provoca la ruptura del
contrato social. Se pierde la fe en el Estado y por tanto poco a poco se
desintegra el tejido de la sociedad.
El cerco también incluye una Dimensión Jurídica. El pasado jueves 8 de febrero, la Corte Penal Internacional ha informado de su decisión de abrir un expediente al Gobierno venezolano por la supuesta represión evidenciada durante la contención de las protestas violentas
del año 2017. El plan es cohesionar a la comunidad internacional, y en
especial al consejo de seguridad, para lograr una medida de intervención
militar, similar a la aplicada en la extinta Yugoslavia durante el mandato de Slobodan Milosevic.
La aparente decisión de la oposición venezolana, de no presentar
candidato a las futuras elecciones presidenciales, tal y como lo pide su facción más radical, así como las declaraciones
hechas por Gobiernos de la región de no aceptar los futuros resultados
de esos comicios, serían la base política para deslegitimar el Estado
venezolano y darle fuerza a un hipotético veredicto de culpabilidad en
contra del Gobierno de Maduro.
El último aspecto de la agresión, es la Dimensión Militar.
El analista Arlenin Aguillón, entrevistado en exclusiva para el
presente artículo, ha informado que Colombia y Brasil están, en la
actualidad, movilizando tropas a la frontera con Venezuela con la excusa
de atender la "crisis humanitaria" provocada por la inmigración de
venezolanos. Según Aguillón "Santos aprobó la movilización de casi 3 mil
efectivos militares y de otros cuerpos de seguridad para reforzar la Operación Esparta que tendrá en Cúcuta su eje central. Paralelamente, el ministro de Defensa de Brasil, Raúl Jungmann, informó
que reforzarán la presencia militar en el estado de Roraima que limita
con el sureste del estado Bolívar de Venezuela". El presidente
neogranadino, Juan Manuel Santos, urgió al secretario de Estado
norteamericano, durante la visita que este realizara recientemente a ese
país, "restaurar el cauce democrático" en Venezuela".
©
AP Photo/ Rebecca Blackwell
Tillerson
a su vez consideró que Colombia era un "jugador clave" en las acciones
que se tomarían contra Venezuela, y ratificó la idea expresada hace casi un año por el Jefe del Comando Sur estadounidense, Kurt W. Tidd, en la cual afirmaba
que "La creciente crisis humanitaria en Venezuela podría obligar a una
respuesta regional". La última declaración hecha por el subsecretario de
Estado para Latinoamérica y el Caribe, Francisco Palmieri, de estar
evaluando la posibilidad de prestar "ayuda técnica"
a Santos y Temer para atender la situación en la frontera con
Venezuela, parecen presagiar una inminente movilización de fuerzas
regulares de EEUU en la región.
Este
es el escenario en el cual se encuentra Venezuela. Un polvorín bien
diseñado para desatar el "caos constructivo" que tanto necesita EEUU
para poner en marcha la ofensiva final. No resulta casual que el
principal líder de la oposición política, Julio Borges, luego de negarse a firmar
el acuerdo de convivencia democrática por Venezuela, haya sacado a su
familia del país y que el senador Marco Rubio, escribiese en su cuenta
de Twitter un mensaje dirigido a la Fuerza Armada Bolivariana para que derrocaran con un golpe militar el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro.
Quizá comparten Borges y el senador Rubio, el pensamiento del
inefable personaje de la saga 'Juego de tronos', Lord Baelish, quien en una memorable escena
afirma que "el caos no es un foso, sino una escalera". Lamentablemente
la historia nos ha demostrado que los únicos que ascienden por esos
peldaños, son la muerte y el sufrimiento de los pueblos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario