El presidente de EEUU, Joe Biden, se prepara para reducir las sanciones a
Venezuela para permitir que la petrolera estadounidense Chevron vuelva a
extraer crudo en ese país, informó el miércoles el 'Wall Street
Journal'.
La medida podría ayudar a aumentar la oferta mundial de petróleo y
frenar las subas de los precios de la energía a medida que la
administración Biden se dirige hacia las elecciones de mitad de período
en noviembre.
El informe del matutino surge el mismo día en el que la alianza
productora de petróleo OPEP+ anunció un gran recorte de la producción
para apuntalar los precios del crudo que han sido golpeados en los
últimos tres meses.
La decisión de la administración Biden podría allanar el camino para la
reapertura de los mercados de EEUU y Europa a las exportaciones de
petróleo de Venezuela, aseveró el Wall Street Journal citando a varias
personas familiarizadas con la propuesta.
El acuerdo entre Estados Unidos y Venezuela, cuyos términos se espera
que se apuntalen a finales de este mes de octubre, es la última señal de
que Washington está dispuesto a reducir una campaña de presión contra
el gobierno de Nicolás Maduro.
Con Chevron a cargo de todos los aspectos de los proyectos, y con la
autorización de EE.UU. para exportar petróleo, Venezuela podría
recuperar la relevancia en el mercado petrolero de la que gozaba a
principios de la década de 2000, cuando era uno de los principales
exportadores de crudo a EE.UU.
El país exporta ahora unos 450.000 barriles al día y podría duplicar esa
cifra en cuestión de meses, dicen fuentes que conocen la industria
petrolera venezolana y son optimistas sobre sus perspectivas.
Entre los proyectos potencialmente importantes en Venezuela se encuentra
el yacimiento de gas en alta mar de Perla, operado por Repsol de España
y ENI de Italia. Shell también está supervisando el progreso de un
posible acercamiento entre Estados Unidos y Venezuela para implementar
un acuerdo preliminar de producción de gas en alta mar, frente al
oriente de Venezuela, que abastecería una planta de licuefacción en la
vecina Trinidad y Tobago, según fuentes familiarizadas con la compañía.
Los proyectos de gas son especialmente relevantes en el mismo momento en
que Europa intenta sustituir el suministro de gas reducido de Rusia de
cara al invierno.
«Podría producirse un efecto dominó en cuanto a la puesta en marcha de
las cosas», dijo Monaldi. Pero, añadió que los yacimientos petrolíferos
están tan deteriorados por la falta de inversión que Venezuela tendría
dificultades para aumentar significativamente la producción en los
próximos dos años, incluso con la ayuda de empresas extranjeras.
«No creo que sea relevante para los mercados energéticos en general a corto y medio plazo», dijo.
El portavoz de Chevron, Ray Fohr, no comentó sobre el acuerdo propuesto,
pero dijo que en Venezuela, «tenemos inversiones dedicadas y una gran
fuerza de trabajo que dependen de nuestra presencia»; sin embargo, la
compañía cumple con el actual marco de sanciones, reporta el WSJ.
Ali Moshiri, un ex ejecutivo de Chevron quien supervisó la expansión de
las operaciones de la compañía en América Latina y trabajó estrechamente
con funcionarios venezolanos, dijo que el cambio de la administración
Biden parece reflejar la presión política que ha surgido con el aumento
de los precios de la energía y la escasez de suministros globales.
«Tiene mucho sentido que la administración Biden relaje algunas de las
sanciones hacia Venezuela, para permitir que múltiples recursos nos
ayuden a bajar los precios de la energía», dijo Moshiri, que estima que
el país podría alcanzar 1,5 millones de barriles diarios de producción
en dos años si Chevron y otras empresas pueden trabajar libremente.
Entre los proyectos potencialmente importantes en Venezuela se encuentra
el yacimiento de gas en alta mar de Perla, operado por Repsol de España
y ENI de Italia. Shell también está supervisando el progreso de un
posible acercamiento entre Estados Unidos y Venezuela para implementar
un acuerdo preliminar de producción de gas en alta mar, frente al
oriente de Venezuela, que abastecería una planta de licuefacción en la
vecina Trinidad y Tobago, según fuentes familiarizadas con la compañía.
Los proyectos de gas son especialmente relevantes en el mismo momento en
que Europa intenta sustituir el suministro de gas reducido de Rusia de
cara al invierno.
«Podría producirse un efecto dominó en cuanto a la puesta en marcha de
las cosas», dijo Monaldi. Pero, añadió que los yacimientos petrolíferos
están tan deteriorados por la falta de inversión que Venezuela tendría
dificultades para aumentar significativamente la producción en los
próximos dos años, incluso con la ayuda de empresas extranjeras.
«No creo que sea relevante para los mercados energéticos en general a corto y medio plazo», dijo.
El portavoz de Chevron, Ray Fohr, no comentó sobre el acuerdo propuesto,
pero dijo que en Venezuela, «tenemos inversiones dedicadas y una gran
fuerza de trabajo que dependen de nuestra presencia»; sin embargo, la
compañía cumple con el actual marco de sanciones, reporta el WSJ.
Ali Moshiri, un ex ejecutivo de Chevron quien supervisó la expansión de
las operaciones de la compañía en América Latina y trabajó estrechamente
con funcionarios venezolanos, dijo que el cambio de la administración
Biden parece reflejar la presión política que ha surgido con el aumento
de los precios de la energía y la escasez de suministros globales.
«Tiene mucho sentido que la administración Biden relaje algunas de las
sanciones hacia Venezuela, para permitir que múltiples recursos nos
ayuden a bajar los precios de la energía», dijo Moshiri, que estima que
el país podría alcanzar 1,5 millones de barriles diarios de producción
en dos años si Chevron y otras empresas pueden trabajar libremente.
Las conversaciones entre funcionarios de EE.UU. y Venezuela han estado
en marcha en silencio desde al menos marzo, pero cobraron impulso cuando
Venezuela liberó el sábado a seis ciudadanos estadounidenses y a un
residente permanente de EE.UU. que habían sido encarcelados en ese país.
A cambio, Estados Unidos liberó a dos hombres sobrinos de la primera
dama venezolana Cilia Flores.
Un funcionario estadounidense dijo que el intercambio creó algunas
«nuevas oportunidades» entre las dos partes que no existían hace una
semana.
Las empresas de Wall Street y los inversionistas estadounidenses también
llevaban meses presionando a la administración de Biden para que
levantara las sanciones para recuperar miles de millones de dólares de
deuda y cerrar acuerdos comerciales con Caracas.
Las sanciones más duras llegaron en 2019, cuando Estados Unidos y
decenas de sus aliados declararon que el líder opositor Juan Guaidó era
el presidente legítimo de Venezuela. Su movimiento, sin embargo, no
logró derrocar aMaduro, y la mayoría de los países ahora tratan
abiertamente con el gobierno de Maduro.
Chevron, el último gran productor de petróleo de Estados Unidos que aún
está en Venezuela, llegó a un acuerdo de servicio técnico preliminar con
Pdvsa este año para renovar sus empresas conjuntas. El pacto le daría a
Chevron una mayor participación en las operaciones, el comercio y las
adquisiciones, con el objetivo de expandir la producción de petróleo.
Esto también implicaría, según se señala en el WSJ, la liberación de "cientos de millones de dólares en fondos estatales venezolanos que se mantienen congelados en bancos estadounidenses".
Los pocos días que faltan para que empiece el invierno en Estados Unidos y Europa, y el suministro de gas de Rusia recortado, serían las razones principales del gobierno Biden para empezar a negociar con su similar de Venezuela.
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