Entre 2015 y mediados de 2019 en Venezuela, 19 productos que se encontraban bajo un férreo control de precios, solo estaban disponibles en el mercado negro que comercializaba los rubros hasta por tres veces el valor del precio controlado por el Estado venezolano.
Hoy
en día esta escasez prácticamente ha desaparecido, lo que se debe
principalmente a la unificación cambiaria – consecuencia de las mesas de
cambio- que ha permitido de alguna manera la dolarización del sector económico,
y la desaplicación informal de la Ley de Precios Justos por parte del Estado
venezolano, que han hecho que los rubros vuelvan a tener presencia en los
anaqueles.
La
reactivación comercial y empresarial de Venezuela se percibe entre la población
como una mejora económica, por lo que hacemos un balance de lo que ha ocurrido
estos dos últimos años.
En
Septiembre del 2018 el Banco Central de Venezuela, (BCV) publicó el Convenio
Cambiario Nª 1 con el objeto de “establecer la libre convertibilidad de la
moneda en todo el territorio nacional” . Se amagó con implantar un nuevo
sistema cambiario en el que oferentes y demandantes pactarían sus operaciones
de compra-venta sin restricción alguna; pero, contradictoriamente, se estableció
la centralización en el BCV de las operaciones de compra-venta de divisas
provenientes del sector público, las exportaciones privadas, la inversión
extranjera, las remesas, así como las operaciones de embajadas consulados y
organismos internacionales.
Con
la resolución Nº 19-05-01 del BCV, ya no es necesario pasar por el instituto
emisor. Así finalmente se libera el mercado cambiario y quienes necesiten
vender o comprar divisas ya no tendrán que hacerlo a través de las subastas
DICOM, sino que podrán hacerlo directamente a través de las mesas de cambio que
los bancos activaran para sus clientes y para las transacciones interbancarias.
En
adelante, las operaciones de compra-venta a través de la banca podrán
realizarse todos los días, y no solo cuando se convoquen subastas del DICOM. La
liquidación de las divisas se hará a través de los bancos, sin depender del BCV
que se limitara a publicar diariamente el tipo de cambio promedio ponderado a
partir de la información que le suministren los bancos
Porque se
libera el control cambiario luego de 16 años?
Recordemos que la caída de los precios del petróleo, en los años
2015,2016, 2017,2018 y parte del 2019, golpeó severamente el ingreso de
petrodivisas que se vendían muy baratas a través del control cambiario. El
derrumbe de la renta petrolera sentencio el fin de las divisas preferenciales,
el cupo para compras electrónicas y el cupo CADIVI para viajeros.
Luego,
las sanciones aplicadas a PDVSA por el gobierno estadunidense dejaron sin
mercado más de 500.000 barriles que PDVSA vendía a refinerías en los EUA. Como
estas eran las únicas exportaciones que prácticamente generan flujo de caja
neto en divisas, el BCV se quedo sin las mismas. Para compensar esta caída a
partir de Enero 2019 ocurrió un fenómeno
insólito y fue que la tasa de cambio
oficial DICOM comenzó a ser mayor que el paralelo, razón por la cual las
divisas privadas comenzaron a ser vendidas al BCV que ofrecía una tasa de
cambio más atractiva.
Ocurrió
después que el Departamento del Tesoro de los EEUU sancionara al BCV sumando al
bloqueo económico otra medida, los inversionistas extranjeros y las empresas
nacionales se inhibieron de hacer operaciones de compra venta a través del
DICOM para evitar ser sancionados también, aun cuando la tasa de cambio
ofrecida por el BCV fuese mayor al paralelo. Para evadir esta restricción y
evitar el colapso definitivo del aparato productivo, el BCV decidió liberar el
mercado cambiario para que los privados realicen directamente sus operaciones
de compra venta de divisas sin tener que pasar por el DICOM o por el BCV. Así,
esperan estimular nuevas fuentes de divisas por la vía de inversiones
extranjeras, repatriación de capitales de origen venezolano depositados en el
exterior, exportaciones privadas no petroleras, envío de remesas, turismo
internacional. Así como la venta de divisas que harán en esas mesas de dinero
las embajadas, consulados y organismos internacionales.
Liberación largamente esperada
Por
primera vez desde que se implantó el control cambiario en 2003, el sistema de
adjudicación de divisas ya no estará administrado por el gobierno. La
flexibilización y liberación del mercado cambiario ha sido una larga exigencia
de los exportadores no petroleros y de inversionistas extranjeros,
particularmente de los socios de PDVSA en las empresas mixtas. Los exportadores
privados estaban condenados a cambiar su ingreso en divisas a la desventajosa
tasa de cambio oficial, razón por la cual la cantidad de bolívares que recibían
no les alcanzaba para ganar los crecientes costos domésticos que llegaron a aumentar
en más de 1000% mensual.
En
presencia de una voraz hiperinflación, el freno que el gobierno aplicaba a la
evolución de la tasa de cambio oficial obligaba a los inversionistas
extranjeros a traer más divisas para poder cubrir los crecientes costos
nacionales, castigando así la rentabilidad de la inversión.
Resultaba
más que necesaria una tasa de cambio libre y flotante para hacer rendir las
divisas provenientes de las exportaciones no petroleras, inversión extranjera y
repatriación de capitales destinadas a la inversión productiva. Al obtener más
bolívares por cada dólar se puede estimular un aumento de la inversión y la
producción, en función de superar los problemas de escasez que azotaban a la
población.
En
una tasa de cambio flotante que les permita obtener suficientes bolívares para
cubrir los encarecidos costos domésticos, los exportadores nacionales y los
inversionistas extranjeros se verán estimulados a traer cada vez más divisas
para cambiarlas por bolívares en las mesas de cambio que activaron en la banca.
Medida necesaria más no suficiente
Pero
despenalizar, flexibilizar y finalmente liberar el mercado cambiario son
incentivos necesarios más no suficientes.
Lamentablemente, esta decisión se toma en el marco de una economía
colapsada que genera pocas divisas y de un sistema bancario sin posibilidades
de cumplir con su papel de intermediación financiera, debido a que prácticamente todos los bolívares que capta
del público los debe depositar en el BCV como encaje legal. El BCV aplicó
medidas muy restrictivas a la banca al subir el encaje legal ordinario a 57% de
los depósitos y a 100% el encaje legal marginal. Prácticamente ha dejado a los
bancos sin liquidez para cubrir las operaciones del mercado cambiario.
Tengamos
en cuenta que para comprar divisas se necesitan bolívares y para pagarlas
también. Al elevar el máximo el porcentaje de captaciones del público que los
bancos no pueden mover, se limita el otorgamiento de créditos en bolívares para
la producción y el consumo. Si aumenta la oferta de divisas pero al mismo
tiempo hay menos bolívares para comprar, la tasa de cambio tenderá a
estabilizarse y bajar, pero al precio de terminar de quebrar la muy precaria
economía venezolana que no encontrara posibilidades de financiamiento en la
banca comercial. Para que el levantamiento del control de cambio tenga un
efecto positivo sobre la actividad productiva y no solo sobre el precio de la
divisa es necesario flexibilizar la rígida política de encaje legal que está
estrangulando a los bancos y poniendo en un serio peligro todo el sistema
financiero.
Pretender
frenar el exceso de liquidez monetaria limitando la creación de dinero
bancario, mientras el BCV sigue emitiendo dinero inorgánico para cubrir el
déficit de las empresas públicas es totalmente contraproducente. Restringir la
liquidez en bolívares para forzar la oferta de divisas por parte de las
empresas privadas e instituciones nacionales e internacionales que mantienen
operaciones en Venezuela, puede desembocar en un colapso aun mayor del aparato
productivo y un agravamiento de la escasez.
De donde saldrán las divisas?
La
repatriación de capitales, la inversión extranjera y las exportaciones no
petroleras crecerán a la velocidad y montos que el país necesita siempre y cuando
se logre la estabilidad macroeconómica, se garantice la seguridad jurídica y
los derechos de propiedad, transparencia y flexibilidad en los trámites administrativos,
paz laboral, así como buenos servicios públicos de electricidad, agua, gas,
telecomunicaciones y una adecuada infraestructura de autopistas, ferrovías,
puertos y aeropuertos que creen un ambiente propicio para la actividad
productiva.
En
consecuencia, para activar nuevas fuentes de divisas que alimenten el mercado
cambiario se requiere un programa de reformas económicas con las medidas
correctas, aplicadas en su secuencia lógica y a un ritmo adecuado. Esto
permitirá estabilizar la macroeconomía y garantizar la seguridad jurídica y
derechos de propiedad que permita abrir los siguientes grifos de divisas
-
Inversión extranjera
-
Exportaciones privadas
-
Repatriación de capitales
-
Remesas
-
Turismo internacional
-
Embajadas, consulados y organismos
internacionales.
Que es lo que está pasando en nuestra
economía actualmente?
La percibida y nueva bonanza producto de la dolarización nacional no es
más que una consecuencia de la inversión interna de los capitales privados en
dólares que el gobierno venezolano no ha podido sumarse por culpa del bloqueo
norteamericano. “Es una dolarización que hay que estudiar a fondo, porque proviene de los organismos multilaterales de
financiamiento, en algunos casos de la venta formal de petróleo u otros
minerales; y fondos que muchos provienen de fuentes formales de generación de
divisas como remesas enviadas de otros países y recursos propios del sector
privado
Se percibe una dolarización de la economía en un fenómeno donde, debido
a la fuerte distorsión económica que hay, la circulación del cono monetario
nacional es casi nula, y los billetes de menor denominación son sacados de
circulación por comerciantes y prestadores de servicios, quienes prefieren
recibir sus pagos en divisas”, siendo las más usadas el peso colombiano para
las transacciones cotidianas y el dólar para los negocios de mayor cuantía,
representa que un alto porcentaje en las zonas del Táchira y zulia de las transacciones
se hagan en estas divisas, y
a nivel nacional la cifra ronde el 60%; ello sumado a la exoneración del
Impuesto al Valor Agregado (IVA) en las importaciones hasta junio de 2020 y
el levantamiento no formal del control de cambio y el control de precios, que
ha permitido que algunas unidades de negocios se vayan configurando.
Estas unidades de negocios pertenecen principalmente al sector servicios
(restaurantes, comidas rápidas, franquicias). Así mismo se ha visto el
surgimiento de algunos bodegones, fenómeno que cobra una presencia muy
relevante no solo en Táchira, sino también en Caracas y otras ciudades de
Venezuela. Estos bodegones se dedican principalmente a la venta de exquisiteces
y productos importados y a la entrega puerta a puerta de mercancías que
importan principalmente vía marítima, dado que la frontera aérea está cerrada
con Estados Unidos.
Importar vs. Producir
Lamentablemente por ahora en Venezuela actualmente resulta más barato
importar que producir localmente, porque los productos manufacturados aún están
bajo los efectos de la hiperinflación, que en 2019 – según datos oficiales del
Banco Central de Venezuela (BCV)- cerró en más de 9.538%.
“Los productos locales están sujetos a estos desmanes económicos, hay en la actualidad una apreciación
del tipo de cambio real y esto se traduce en que, por ejemplo, en el mes de
enero, que la inflación fue del 65%, la variación del tipo de
cambio fue de aproximadamente 33,20%, lo que representa la mitad de la
inflación; y en febrero, la inflación
fue una de las más bajas de los últimos 3 años, al ubicarse en 19,20%, el tipo
de cambio se mantuvo fijo con una variación de apenas el 1%. En términos de
inversión resultaba mejor tener productos que tener dólares, con lo cual
importar resulta más rentable que producir en Venezuela”, dijo.
“En los primeros dos meses del año la inflación ha sido
cercana al 85% y la variación en el precio del dólar se mantuvo por debajo del
35%, esto hace que en algunos bodegones en el centro y
el oriente venezolano -que tienen productos importados de fuerte presencia
europea, pero más norteamericana-, ofrezcan mercancías a precios más baratos
que los de producción nacional”, apunta el experto.
Lo mismo sucede en el caso del Táchira, donde más del 70%
de los productos que se exhiben en los anaqueles son de origen colombiano,
dentro de los que destacan diversas marcas de harina de maíz precocida, pastas,
aceites, granos, leche e incluso verduras, legumbres, frutas y hortalizas que
también resultan mucho más baratos si provienen de Colombia. Todos estos
productos entran por las trochas, obviando el pago de aranceles de importación.
Por tanto en toda la zona fronteriza con Colombia el uso del peso colombiano
sobrepasa el volumen de transacciones en otras divisas.
Recuperación económica
En los últimos meses se ha
observado cómo han abierto gran cantidad de panaderías, bodegones, ventas de
hamburguesas y perros calientes, pizzerías, heladerías, restaurantes,
franquicias de comida rápida, aunque aún está lejos la recuperación económica”.
Fedecámaras afirma que en los últimos 20 años cerraron más de 350 mil
empresas y se estima que en 2020 han abierto unas 7 mil, todas ubicadas en el
sector servicio. “Para
hablar de una verdadera recuperación económica tendría que dinamizarse la
economía y crecer el Producto Interno Bruto (PIB) que en 2019, según cifras
oficiales del BCV, cayó en un 74%. El sector construcción,
que lleva ya siete años en caída libre, registra un descenso superior al 93%,
mientras el de manufacturas ha caído en 60%. Por otra parte, las reservas
internacionales de Venezuela están en los mínimos históricos de los últimos 20
años, en menos de 6.999 millones de dólares”, recordemos que cuando el
comandante Chávez asumió la presidencia en 1998 las reservas internacionales
solo contabilizaban mas de 2 mil millones de dólares
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