Nicolas Maduro est réélu Président de la République
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El
chavismo volvió a ganar las elecciones en Venezuela. Son 22 de 24
elecciones celebradas en Venezuela desde el triunfo del Comande Chávez
en 1998, triunfo que inauguró el cambio de época en América Latina.
En
un claro ejemplo de disonancia cognitiva, una buena parte de la opinión
pública internacional, incluida la izquierda, no termina de entender
porque si Venezuela es una dictadura en medio de una guerra civil, se
celebran elecciones en paz, sin muertos, y con resultados parecidos, en
participación y apoyo al ganador, a otros procesos electorales del
continente.
Vamos con un breve abecedario para intentar comprender lo sucedido:
C de chavismo.
Este abecedario no comienza por la A, si no por la C de chavismo, que
más que un concepto teórico, es una teoría de acción colectiva, plebeya,
llevada a la práctica. Sin el chavismo político y sociológico, salvaje
en palabras de Reinaldo Iturriza, no sería posible entender no ya la
revolución bolivariana, si no la resistencia heroica a los ataques
políticos, económicos y mediáticos contra un proceso, ataques que
comenzaron desde la victoria de Chávez, pero se recrudecieron con su
muerte en 2013.
E de elecciones.
Celebradas en un ambiente de total calma y tranquilidad, y garantizadas
por un sistema electoral que la propia Unión Europea ha avalado, y que
el ex Presidente estadounidense Jimmy Carter ha considerado como “el más
seguro del mundo”. Es necesario destacar que el proceso para votar se
abre mediante la huella dactilar, única, de cada persona, que permite
realizar un voto electrónico en una máquina, que a su vez emite un
recibo, que a su vez se introduce en la urna. Por lo tanto, el proceso
tiene 3 salvaguardas que lo convierten en extremadamente seguro y
confiable ante cualquier auditoria.
F de Falcón.
Henry Falcón, el segundo candidato (de los 4 que había, 1 oficialista y
3 de oposición) más votado, ha demostrado que se puede ser opositor,
plantear medidas que suponen un regreso a la doctrina del shock
neoliberal, y competir electoralmente siempre que se haga de manera
democrática y no violenta. Otra cosa muy distinta es que el pueblo
venezolano fuese a dar la victoria a un candidato que defendía
abiertamente la dolarización de la moneda.
M de Maduro.
La ofensiva chavista que permitió ganar 20 de 23 estados en el país y
más de 300 alcaldías, así como las elecciones a la Asamblea
Constituyente, no hubiera sido posible sin el liderazgo de Nicolás
Maduro. Es necesario recordar que el actual Presidente venezolano no
solo fue un gran dirigente sindical ya desde los tiempos en que Chávez
daba el golpe cívico-militar de 1992, sino que además de Diputado, y
Constituyente, fue el mejor Canciller que ha tenido el ALBA, durando en
su cargo 6 años.
G de Guerra Económica.
Estas elecciones se han realizado en medio de una hiperinflación y
especulación cambiaria inducida, situación sumada a la caída de los
precios del petróleo que pasaron de 120 a 20 USD por barril en cuestión
de meses, y la corrupción presente en todo gobierno donde se mueven
cantidades millonarias en contratos públicos (desde México a la
Argentina). La diferencia es que otros presidentes no hubieran resistido
ni hubieran sido reelectos, como lo ha sido Nicolás Maduro.
O de Oposición.
Estas elecciones son la derrota de la oposición, con V de violenta. La
oposición violenta que asesinaba personas en las guarimbas o las quemaba
vivas por ser pobres, negras y/o chavistas. Apostaron por una
estrategia de confrontación violenta, estrategia que ha sido derrotada
por un pueblo organizado, que castigó electoralmente al chavismo en las
elecciones legislativas de 2015, pero no avaló electoral ni
políticamente la confrontación violenta y golpista.
S de Santo Domingo.
Seguimos esperando que un día se hagan públicos los acuerdos de Santo
Domingo que nunca llegaron a firmarse, y se explique a la opinión
pública internacional porqué la oposición venezolana, después de haber
acordado con la delegación del gobierno 6 puntos, incluida la
celebración de elecciones y el reconocimiento al resultado de las
mismas, nunca se sentó a firmar y ratificar el acuerdo consensuado por
ellos mismos.
U de United States.
Así, en la lengua del imperio, para entender la forma de pensar de un
país que ha hecho del imperialismo su doctrina política, económica y
militar; de un país que mientras se rodea de muros y expulsa migrantes,
siembra de bases militares América Latina e impulsa golpes de Estado; de
un país cuyo Comando Sur cree tener jurisdicción sobre países que
defienden su soberanía política, económica y territorial. El
imperialismo hoy está más presente que nunca en Venezuela (declarada
peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos), y el objetivo es
claro: el petróleo, gas, coltán y otros recursos estratégicos
venezolanos.
Z de Zapatero.
La agresión sufrida por el ex Presidente español José Luis Rodríguez
Zapatero, nada sospechoso de chavista, en un colegio electoral donde
votan las clases altas de Caracas, retrata a la oposición venezolana.
Una oposición con rasgos fascistas, que ha sido derrotada políticamente,
pero que todavía cuenta con un alto poder de fuego para continuar la
guerra económica y mediática.
Este
pequeño abecedario nos va a ayudar a entender lo que ha sucedido el día
de hoy, donde el chavismo se ha impuesto con rotundidad (casi 6
millones de votos frente a los menos de 2 obtenidos por Falcón) a una
oposición dividida en la táctica y estrategia a seguir. Pero toca estar
vigilantes, la estrategia envolvente que viene ahora pasa tanto por el
no reconocimiento del resultado electoral y aislamiento internacional de
la revolución bolivariana, como por una estrategia de desestabilización
para intentar ganar mediante la violencia lo que no han podido ganar en
las calles.
El gobierno
venezolano tiene muchos defectos, como todos los gobiernos del mundo,
pero el pueblo venezolano ha hablado en las calles y dado un voto de
confianza a Maduro para resolver una crisis económica inducida. Es claro
que el chavismo tiene más apoyo que el proyecto opositor que tiene como
objetivo la vuelta al neoliberalismo y eso es lo único que debería
importarnos; respetar la soberanía política, económica, territorial y
popular de un pueblo informado y politizado, que aun con la necesaria
crítica y autocrítica, no quiere volver al pasado.
Katu
Arkonada ha participado como observador y acompañante del proceso
electoral venezolano. Análisis enviado desde Caracas la noche del 20 de
mayo, y publicado en el diario mexicano La Jornada el 21 de mayo de
2018.
por Katu Arkonada
Opinión
21/05/2018
http://noticiasuruguayas.blogspot.com
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