De acuerdo a la "agenda de lucha de la MUD", presentada al
final de la marcha del 1 de septiembre por Chúo Torrealba, las
expectativas creadas para el 7 suponían la elevación de sus capacidades
organizativas, de movilización y de agitación política, con el agregado
de no circunscribirse a Caracas sino a "todo el territorio nacional",
planteando como puntos de concentración las sedes regionales del CNE.
Septiembre 7 de 2016, 4:50 pm
Los
objetivos proyectados como estratégicos y tácticos para la MUD fueron
claros y contrastan con la realidad de hoy: mostrar mayor despliegue
político que el 1 de septiembre, descentralizar las manifestaciones en
el interior del país para arropar la opinión pública y conquistar varios
objetivos: fecha (ya definida por el CNE) y condiciones para la
recolección de las firmas del 20%. Todo en el marco de seguir inflando
expectativas falsas sobre un referendo revocatorio que fue solicitado a
destiempo y que según la normativa del CNE no podrá realizarse en 2016,
factor que les juega más en contra que a favor. Muestra de ello fue la
movilización de hoy.
El análisis en 11 claves realizado por Misión Verdad
después de la autodenominada "Toma de Caracas" del 1 de septiembre es
una lectura imprescindible para comprender la inefectividad de la
movilización opositora de hoy: los altos niveles de inversión política y
económica, el gasto monumental de cartuchos narrativos, redundaron en
la incapacidad objetiva de conquistar objetivos concretos que permitan
mantener a sus bases movilizadas en una agenda común y sobre todo con
posibilidades de llevarse a cabo.
Por lo que se pueden resumir los aspectos que involucraron la deficiente jornada del 7 de septiembre en:
1. Poca movilización con respecto a lo que fue
proyectado como la continuación de las acciones de calle propuestas el 1
de septiembre. No pudieron sostener ni incrementar su despliegue
operativo mostrado hace seis días, lo cual pone en evidencia que la
estrategia de descentralizar a lo interno del país las movilizaciones no
se tradujo en los resultados esperados de aumentar la afluencia de
personas. Las marchas no fueron tan concurridas si las comparamos estado
por estado. En estados como Zulia, Barinas, Anzoátegui, Apure y Carabobo
la afluencia de personas fue mínima, dejando la "protesta nacional"
anunciada por la MUD como simples concentraciones dispersas en algunos
estados del país. No hay un objetivo cumplido, ni en lo político ni en
lo mediático. Ninguna sede del CNE fue "tomada".
2. El comportamiento de los dirigentes y sus fisuras internas. Los
principales dirigentes de la MUD no hicieron presencia activa en las
concentraciones del interior del país. Chúo Torrealba, por su parte,
lanzó su proclama en la Plaza Brión de Chacaíto junto a Lilian Tintori
(luego de que ella diera su paseo por el CNE en Plaza Caracas), David
Smolansky, Patricia de Ceballos y Freddy Guevara, con poca gente
alrededor. Por otro lado, dirigentes de UNT (Delsa Solórzano), Miguel
Pizarro y otros de Primero Justicia intentaron capitalizar la jornada
desde Los Teques, estado Miranda. No hubo una declaración conjunta y
unificada en lo político para proveer líneas claras para su próxima fase
de movilización, pautada para el 14 de septiembre. Repetimos: Henrique
Capriles no hizo presencia en ninguno de los dos eventos más concurridos
y Voluntad Popular arrastró a Chúo para hegemonizar la jornada desde la
Brión.
El chavismo ha aprovechado la falta de liderazgo de la MUD para cercarla en la agenda revocatorio sin terrorismo
3. Fracaso de "la protesta" de 10 minutos. Más allá
de la toma a las sedes regionales del CNE y de la "movilización
nacional" proyectada por la MUD, fue la publicitada "protesta" de los 10
minutos la que generó mayores expectativas. Esta tampoco logró impactar
en la opinión pública ni generar el ánimo suficiente para próximos
intentos. Más bien sucedió todo lo contrario: en redes sociales los
efectos de esa "protesta" se prestaron para las burlas, lo que le
imprime falta de seriedad y credibilidad a lo que ellos mismos
promocionaron como un factor sorpresa para el 7 de septiembre.
4. Los medios esconden la mano. Sólo algunos medios
digitales (caso Sumarium) exponen en su parilla principal el transcurrir
de las concentraciones de la oposición venezolana el día de hoy,
replicando notas de prensa elaboradas por medios internacionales como la
agencia española EFE. El resto del repertorio de la mediática opositora
(caso La Patilla, Caraota Digital, Runrunes, El Nacional,
entre otros) no muestran la jornada como algo relevante o significativo
que deba ser amplificado, optan por desplazar el curso de los
acontecimientos hacia las declaraciones de altos dirigentes de la MUD
para evitar hacer referencia a la escasa movilización en el interior del
país.
5. Desactivación del golpe. No podríamos hacer este
recuento del día 7 de septiembre si no fuera por la desactivación de los
planes violentos de la oposición venezolana que hiciera el Gobierno
Bolivariano y el aparato de seguridad del Estado. Se aúna lo anunciado
por el director del Sebin, Gustavo González López, quien refirió que los
planes desestabilizadores del 1 de septiembre se movieron para este 7 de septiembre, con el arsenal de armas, aviones, explosivos y morteros incautado
por el operativo comandado por el ministro de Interior, Justicia y Paz,
Néstor Reverol. Nuevamente, sin este desmontaje realizado a tiempo del
frente armado del golpe, la movilización de la MUD se hubiera visto
mediada por la violencia, como se buscaba el mismo 1 de septiembre. Ante
esta realidad y al ver que la propagandizada "agenda de lucha" por
ahora no puede consagrar objetivos, ponen a la MUD a pisar en un terreno
peligroso marcado por síntomas claros de desespero y fisuras internas
que se tienden a hacer más evidentes.
La MUD se ve arrinconada por su propia ineficacia política de poder
capitalizar el descontento de la población en movilizaciones y actos
multitudinarios sostenidos en el tiempo, sea en Caracas o en el interior
del país. El 7 de septiembre, al igual que el 1S, no fue el inicio ni el final de nada.
Asimismo, el chavismo ha aprovechado la falta de liderazgo de la MUD
para cercarla en su propia agenda -el revocatorio- y neutralizar toda
agenda (terrorista y no) que pudiera traducirse en una desestabilización
de facto y sistemática para la estabilidad del país.
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